“La fuerza más poderosa, la voluntad”

  • Amado Andrade Galicia
A mi querida esposa Olga, con motivo de su cumpleaños

Para que las organizaciones o los individuos, logren sus metas y objetivos, es necesario que intervenga la decidida voluntad del ser humano. ¿Qué es la voluntad? “Voluntad (del latín voluntas) es la potestad de dirigir el accionar propio. Se trata de una propiedad de la personalidad que apela a una especie de fuerza para desarrollar una acción de acuerdo a un resultado esperado. La voluntad implica generalmente la esperanza de una recompensa futura, ya que la persona se esfuerza para reaccionar ante una tendencia actual en pos de un beneficio ulterior”. 1

En la medida en que haya un mayor involucramiento de las personas en la consecución de las metas de las empresas, o en sus propios objetivos personales y que además, muestren  empeño y determinación, será más viable, que haya éxito en la obtención de las metas.

Desde luego que no basta con sólo realizar acciones, porque para que una empresa tenga éxito, estas acciones deben estar debidamente  planeadas y el trabajo de todos, debe estar debidamente organizado, conforme a una adecuada división del trabajo y una apropiada dirección de todo el personal, por parte de sus directivos y gerentes, y desde luego contando con una férrea voluntad y una gran disciplina, de todos los integrantes de las organizaciones.

El famoso científico alemán Albert Einstein afirmaba: “Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad”, dando a entender que la voluntad es una fuerza muy poderosa, mediante la cual, los seres humanos pueden lograr lo que se propongan.

Y Pablo de Tarso, mejor conocido como San Pablo, decía: “Todo lo puedo en Aquel que me conforta” (Flp, 4-13), ya que estaba firmemente convencido de que poniendo su mejor empeño y voluntad y confiando en Dios, sin duda lograría todas las metas propuestas.

La formación de la voluntad es muy importante, especialmente en las etapas de la niñez y la juventud, por lo que niños y jóvenes, deben desarrollar hábitos de estudio, el hábito del orden y la limpieza, el hábito del control y dominio de sí mismo, entre otros, pero durante toda su vida, el ser humano  tendría que seguir cultivando su voluntad, para poder destacar en todas las facetas de su existencia.

El éxito o el fracaso, en la vida de todo ser humano, hombre o mujer, joven o adulto, probablemente radique, en una voluntad férrea y disciplinada, o en una malformación de la voluntad. Y desde luego, debemos tomar en cuenta, que las acciones que realicemos, deben realizarse en forma oportuna, conforme a lo planeado, ya que recordemos el famoso refrán de Benjamin Franklin: “Nunca dejes para mañana lo que puedes hacer hoy.”

En el ejercicio de la voluntad, debemos tener siempre presente que existe un código de conducta y ciertos principios éticos y morales, que debemos respetar, ya que en caso contrario, sufriremos las consecuencias de nuestras malas acciones. 

En la formación del carácter, es muy importante, el desarrollo adecuado de la voluntad, para lo cual se deben cultivar buenos hábitos. 

“Fortalecer la voluntad. Todos sabemos de la importancia de la fuerza de voluntad para formar  el carácter.  El asunto es ¿qué hacen, o qué hacemos, los que hemos nacido con menos voluntad?

La voluntad crece con su ejercicio continuado cuando se va entrenando en direcciones determinadas.  Y eso sólo se logra venciendo en la lucha que – queramos o no – vamos librando de día en día.     

Una voluntad recia no se consigue de la noche a la mañana. Hay que seguir una tabla de ejercicios para fortalecer los músculos de la voluntad, haciendo ejercicios repetidos, y que supongan esfuerzo. ¿Una tabla? Sí, y si esos ejercicios no suponen esfuerzo son inútiles”. 2

Para tener una voluntad disciplinada y formada, se requiere que tengamos buenos hábitos, los cuales expresan nuestro carácter.

“Básicamente, nuestro carácter está compuesto por nuestros hábitos. “Siembra un pensamiento, cosecha una acción; siembra una acción, cosecha un hábito. Siembra un hábito, cosecha un carácter; siembra un carácter, cosecha un destino”, dice el proverbio. Los hábitos son factores poderosos en nuestras vidas”. 3   

Con la práctica constante y la ejecución adecuada, podemos adquirir buenos hábitos, que nos van a permitir un mejor desarrollo de nuestra personalidad, y nos van a ayudar a lograr nuestras metas individuales, y a coadyuvar en el logro de los objetivos de nuestro centro de trabajo.   

“Yo soy tu más fiel compañero. Soy tu mayor apoyo o tu carga más pesada... Enséñame exactamente cómo quieres que haga una cosa, y al cabo de unas pocas lecciones lo haré automáticamente. Soy el servidor de todos los triunfadores y, desgraciadamente, de todos los fracasados también... Tómame, enséñame y sé firme conmigo y pondré el mundo a tus pies. Se blando conmigo y te destruiré. ¿Quién soy?  Yo soy el hábito. ANÓNIMO” 4

Ante la grave crisis en todos los órdenes, debido a la pandemia por el coronavirus (COVID-19), crisis que sufrimos los mexicanos, tanto en el aspecto político, como en el económico, el social, etc., es urgente y necesario que tanto gobernantes, como empresarios, organizaciones de la sociedad civil y todos los ciudadanos, pongamos nuestro mejor esfuerzo y nuestra decidida voluntad, en la solución de los múltiples problemas que nos aquejan, contribuyendo de esa manera, a lograr que México, nuestra querida patria, salga avante de esta crisis, y que con el esfuerzo y el trabajo coordinado de todos, se consiga un clima de paz, justicia y prosperidad.

Opinion para Interiores: 

Anteriores

Amado Andrade Galicia

Licenciado en Administración de Empresas por la UPAEP. Cursó la Maestría en Administración en el Instituto de Estudios Superiores de Tamaulipas, IEST.

Actualmente trabaja en el Instituto Tecnológico Superior de Atlixco, TecNM Campus Atlixco.