El virus que ocasiona la enfermedad COVID-19 se transmite por vía aérea

  • José Ramón Eguibar Cuenca

Desde un inicio se ha discutido si el coronavirus SARS-CoV2 puede transmitirse por vía aérea. Ya hemos dicho en colaboraciones anteriores que las gotas que contienen saliva, secreciones nasales o pulmonares se expulsan al toser o estornudar en un radio de 1.8 metros (6 pies). Pero adicionalmente se emiten gotas más pequeñas que forman aerosoles, como cuando usted ve a contraluz el humo de un cigarro, los cuales están formados por partículas de 2.5 micras o menores o PM2.5. Los aerosoles pueden desplazarse a decenas de metros desde donde la persona habla, tose o estornuda y además contienen altas concentraciones del coronavirus dependiendo de la temperatura y la humedad relativa del medioambiente. Así se ha podido determinar que a 25oC y humedad relativa de 79%, como una tarde lluviosa en Puebla, hasta dos tercios de los microorganismos que contengan las PM2.5 pueden sobrevivir 60 minutos. Mientras que a 38oC y 24% de humedad relativa, digamos en Monterrey, solo el 5% de los virus y bacterias sobreviven una hora después. Esto implica que en la próxima temporada otoño-invierno el coronavirus SARS-CoV2 tendrá condiciones ideales para su transmisión y es probable que se presente un rebrote. Es por esto que el uso del cubrebocas es fundamental y debe y para que sea efectivo se requiere que los usen 90% de las personas. Por otra parte, se sabe que los aires acondicionados, sobre todo cuando trabajan en modo de recirculación del aire, producen aereosolización de las secreciones por lo que deben tener filtros adecuados para las PM2.5 y de esta forma garantizar la no transmisión del virus. Esto es relevante ya que los equipos tipo minisplit o los centralizados que se emplean en edificios grandes como hoteles, centros de convenciones, etc., se sabe que también aereosolizan las secreciones y las gotas de saliva, por lo que son una vía más de transmisión. Estos datos deben de generar consciencia de que el uso de cubrebocas adecuados, esto es los que tienen tres capas, son fundamentales mientras no tengamos una cura o una vacuna eficaz para la enfermedad COVID-19.

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José Ramón Eguibar Cuenca

Director General de Investigación de la Vicerrectoría de Investigación y estudios de Posgrado BUAP, médico de profesión y doctor en neurociencias. Es miembro del SNI y la Academia Nacional de Medicina