Puebla: laboratorio morenista para la reelección

  • Eleusis Córdova Morán

Fingiendo una autocrítica que está muy lejos, pero muy lejos, de practicar, el Gobernador de Puebla Luis Miguel Barbosa Huerta declaró a los medios que, en virtud de que el tiempo le había ganado, solo envió la iniciativa de ley para limitar la publicidad política en el transporte público y en los anuncios espectaculares, para así terminar con la práctica  de camuflar la promoción de candidatos a través de  revistas y libros (sin tomar en cuenta que la industria del diseño gráfico se ve afectada con esta medida).

Para cerrar la pinza, buscando apuntalar la iniciativa del gobernador y haciéndola coincidente con la suya, el Lic. Gabriel Biestro Medinilla, Presidente de la Junta de Gobierno y Coordinación Política de la Cámara de Diputados local, y Coordinador de la bancada de Morena y adláteres, envió la iniciativa de ley que contempla tres reformas al Código de Instituciones y Procesos Electorales (COIPEP), que sintetizadas plantean:

1) Se propone impedir la formación de alianzas electorales, 

2) Propone recortar el financiamiento a partidos políticos y 

3) Suprimir la figura de “gran perdedor” para la asignación de diputaciones plurinominales.

Para cualquier ciudadano desprejuiciado y con cinco dedos de frente, tanto la iniciativa del Gobernador como la de Biestro, forman una pinza que indudablemente tiene el nada oculto propósito de asegurar el triunfo de Morena en las elecciones de 2021, mediante el estrangulamiento político y económico de sus rivales electorales. ¿Qué mejoramiento para la vida democrática del estado y del país traen las propuestas? Ninguno. ¿Qué beneficios para la permanencia de Morena en el poder traen consigo? Todos.  Los únicos  perjudicados  por la prohibición de propaganda en el transporte, en espectaculares y en revistas, son los partidos que no pueden usar los programas sociales del gobierno, como propaganda para obtener el voto ciudadano. Se trata, por tanto, de acotar la posibilidad a los demás partidos de dar a conocer sus principios, objetivos y programas, a la ciudadanía, manipulada y no manipulada por Morena; de evitar las coaliciones entre la chiquillería para obligarla, por la vía legaloide, a su desaparición y, por tanto, a incorporarse al partido que más canonjías pueda ofertarles. Los morenistas creen que ellos serán los que hagan las mejores ofertas y, por tanto, serán también ellos los seguros beneficiados con esta  reforma. Gran chasco se van a llevar los traviesos. En fracasos mayores han caído y caerán quienes fundan sus posibles triunfos en argucias legaloides, mentiras, maniobras, soberbia y prepotencia, y que hacen de ellas, de manera absoluta, su forma de gobierno. 

Todo ello los lleva a ignorar el gran malestar que han provocado en el pueblo, por la forma en  que  han  manejado la pandemia, por el trato indiferente que le han dispensado a la población, a la que tiene sufriendo por los miles de contagiados y de  fallecidos, porque se han quedado sin trabajo y porque sin ingresos están padeciendo de hambre. 

Su maniqueísmo los lleva a concluir que lo que antes fue bueno y benéfico para Morena, hoy es malo para todos los demás partidos políticos. Era tan buena la coalición, que hicieron de ella su bandera de lucha y el argumento insustituible para desprestigiar a los partidos que le precedieron en el poder, además las alianzas fueron, entre otras, arma para ascender al poder que hoy detentan. Por añadidura, la reforma al COIPEP en comento viene a demostrar cuánta razón le asiste al Movimiento Antorchista Poblano al señalar al gobernador y a Morena como los únicos  directamente responsables de la represión política, abuso de poder y violación de nuestros derechos constitucionales, que sufrimos, cuando se nos negó el registro como partido político local. La negativa del registro, así como la negativa a la conformación de alianzas electorales, forman una unidad que prueba el temor a un libre y competitivo juego democrático.

Proponer el recorte a las prerrogativas económicas a las que por ley tienen derecho todos los partidos políticos con registro, arguyendo “austeridad republicana”, es exhibirse como un mal mago, como un mal tahúr. No saben sacar la paloma de la chistera y se les caen las cartas en el juego  de naipes. 

“Austeridad”, cuando se dilapidan inútilmente miles de millones de pesos en un aeropuerto que no satisfará las necesidades del país, en la construcción de una refinería cuando ya se agota el petróleo para refinar, gastar miles de millones en programas sociales como Sembrando Vidas y la entrega de recursos directos a jóvenes y ancianos para atarlos electoralmente al carro de Morena, por la vía de la necesidad. Aunque parezca repetitivo, el recorte presupuestal a los partidos políticos busca alejarlos de un posible triunfo. Argumentar que esta propuesta afecta tanto a Morena como a los demás partidos es una mentira más. Ellos tienen el presupuesto de la ación. No caigamos  en el garlito. La mañanera, las giras presidenciales y los ataques a partidos, organizaciones y a individuos, son una prueba más de lo aquí afirmado. Eliminar la figura “del gran perdedor” es quitar voz a ciertos grupos ciudadanos y eliminar a competidores incómodos.

El par de iniciativas enviadas al Congreso del Estado, no pueden ni deben entenderse como una superación de nuestra vida democrática. Creo, a riesgo de equivocarme, que no es más que un experimento político para medir la reacción de  partidos y sociedad, ante medidas que buscan la reelección, por la vía de la fuerza. No es casual que días antes el Presidente de la República, en declaraciones a la prensa, se arrogara funciones de vigilante de las elecciones constitucionales de 2021; función que constitucionalmente le corresponde al Instituto Nacional Electoral (INE). Son los prolegómenos de la reelección en 2024.

La cancelación de alianzas debe traducirse en la conformación de un frente único que, con su triunfo, evite la reelección y coloque al frente del país a una nueva clase política, que haga de los mexicanos hombres más libres, más educados, más saludables, más patriotas y más justos. Reza el refrán popular: “no hay mal que por bien no venga”. A eso atengámonos.

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Eleusis Córdova Morán

Es un estudioso de la realidad nacional y es líder de Antorcha en la región de Izúcar de Matamoros.