El maestro Diego Rivera en el año de 1933, retrató de una forma clara la ideología norteamericana en su famoso mural: “El hombre controlador del Universo”. Esta magna obra sería sin duda una profecía, o quizás un retrato de los tiempos de ayer y hoy, de lo que significa la idiosincrasia gringa sobre las demás culturas.

Rivera mostró gran osadía al pintar íconos de izquierda en un mural del Rockefeller Center, uno de los monumentos más representativos y emblemáticos del capitalismo. Fue castigado en su expresión artística; ya que no lo pudo terminar y lo que es peor borraron todo indicio de dicha obra. Rivera retrató también su propia inclinación política cosaca, al retratar a los líderes de la revolución rusa (Lenin y Trotsky).

 Como una ironía de la vida cuando regresan los maestros, Rivera y Frida de aquel nebuloso viaje de New York, al pisar tierra azteca, le encargan un mural para el majestuoso Palacio de las Bellas Artes en la cd.   México, aprovecha el extraordinario Maestro la oportunidad para pintar dicha obra y enarbola su ideología de izquierda. Una vez plasmado en este bello recinto, en ese significativo mural, Rivera demostró que México es un país libre, sabe ser hermano y que nunca existieron, ni existen prejuicios raciales.

  Diego Rivera había alcanzado una importante fama mundial. Su presencia causaba revuelo a donde fuera, todas las mujeres querían que el maestro Rivera las inmortalizara en sus evocadas obras. Su paso por Europa lo había convencido a ser socialista. Era obvio: intelectual, artista y político; sin lugar a duda de izquierda tenía que ser. Sus estudios por Paris e Italia habían nutrido su singular talento, su paleta estaba ricamente influenciada con obras que iban desde el renacimiento hasta el modernismo de Picasso.  Los impresionistas que no están lejos de interferir en su manufactura también dejan ver su presencia. Se sabe que el maestro Rivera era amigable, era un hombre afable, se había formado en el mundo y “para el mundo”.  Empresarios y directores de museos de origen americano estaban en su lista de amigos. Grandes coleccionistas de arte, también se apasionaban con sus pinturas por ejemplo recordemos a Jacques Gelman.  El maestro tenía la sensibilidad de conocer a cualquier persona con el simple trato. Él siempre fue sencillo con todos Y difícilmente se enojaba, su técnica humana “la amabilidad”; claro, eso no estaba lejos de que nuestro maestro analizara y reconociera virtudes y defectos de los demás. Conoció de cerca a los gringos; ya que logró varios contratos para pintar diversos murales en los Estados Unidos. No obstante; no dejaba de expresar e imponer sus ideales políticos.  

Algo de la historia sobre el polémico mural en el Rockefeller Center.

   Cuando Rivera y Frida arribaron a Estados Unidos, los medios de comunicación se desbordaron con su presencia, el revuelo que causaron estos dos grandes personajes entre los gringos era eminente. En New York, Rivera tenía la encomienda de heredar un mural intitulado: “Hombre en el cruce de caminos”, este estaría en un lugar prominente en el edificio del Rockefeller Center.  Dentro del contrato se habían estipulado ciertas cláusulas que debían respetar ambas partes tales como: que el Mtro. Rivera tenía que ir mostrando los bocetos por adelantado para que le fueran autorizados, antes de pintarlos en el muro, que tenía que ser una obra monocromática, y que tenía que pintar un fresco y al parecer tampoco eso fue respetado.  En el Edificio de la Radio Corporation of America (RCA).  En el mural se podía admirar el progreso del capitalismo en el campo de la industria y la tecnología de los norteamericanos, Rivera en eso admiraba muchos a nuestros vecinos del norte.  En el extremo derecho de la obra se podía observar el socialismo avanzando y tenía como figuras principales a Lenin y a Trotski, cuando Rockefeller observó la presencia política en la obra, una catarsis iba iniciar, los empresarios le solicitaron al maestro que dejara así sin terminar, le pagaron los $21,500.00 dólares tal como había quedado estipulado en un contrato que habían firmado en noviembre de 1932.   Algunos historiadores dicen q destruyeron el muro; otros solo cuentan q lo borraron.

Se armó una gran polémica, causando un gran revuelo entre: los artistas, el público y la prensa. Esto ocurrió el 18 de mayo de 1933. Todas las radiodifusoras y los medios de comunicación hablaban de ello. Para los mexicanos, no era nuevo el actuar norteamericano. ¿Será que los gringos Siempre han pensado que los mexicanos estamos reposando cómodamente debajo de un nopal?

Afortunadamente la sociedad ha avanzado, hoy nos hermanamos con un sistema de comunicación instantáneo. Los mexicanos siempre hemos sido o al menos hemos tratado ser buenos anfitriones con los extranjeros; y eso quedó manifestado al ver la respuesta de muchos Países que se unieron a defender a los mexicanos ante los vapuleos y críticas de Trump (por cierto, no hace mucho tiempo de eso).  El maestro Rivera en una “travesura socialista” desafió al magnate Rockefeller, y la historia hoy lo condecora con un mural que vive eternamente en “EL PALACIO DE MÁRMOL” o Palacio de las “Bellas Artes”. Con esta anécdota artística quedó claro que México en un país libre en cuanto a temas de arte y la cultura se refiere.  “México es mágico”, ya lo dijo un día el padre del surrealismo: André Bretón al conocer las obras de la maestra Frida Kahlo. De esta anécdota artística podemos aprender que los valores humanos y artísticos están por encima de toda ideología; política, religiosa o raza.

Recordamos a la gran maestra Rina Lazzo (QEPD), quien fue la discípula predilecta del Mtro. Diego Rivera y nos ilustró mucho sobre la vida del genial artista. Ella laboró más de 20 años con el laureado pintor... Hasta las próximas Notas a la Carrera.