Reportitis: la pandemia del sistema educativo

  • Juan Martín López Calva

“Primer argumento: la proliferación burocrática de documentación y trámites que un profesor en sus diversas funciones tiene que hacer, es un factor directo en su calidad docente. Dicho de otro modo: calidad y burocracia son inversamente proporcionales”

José Luis Coronado. La burocracia educativa. El problema amigo.

https://ined21.com/la-burocracia-educativa-el-problema-amigo/

 

Vivimos en México las semanas críticas de la pandemia del coronavirus, el llamado COVID-19 que sigue extendiéndose por todo el mundo sin que haya todavía una probabilidad visible de solución a través de una vacuna y de tratamientos médicos que demuestren su eficacia.

En el sistema educativo –y creo que no solamente en el mexicano- estamos también viviendo una nueva pandemia que podríamos llamar reportitis o evidenciavirus. Se trata de una enfermedad de carácter organizacional que también crece exponencialmente a medida que pasan las semanas de confinamiento y de aprendizaje en casa.

Como señala el epígrafe que abre este artículo, la proliferación de la carga burocrática con su exigencia de documentación, tramitología y llenado de formatos que un profesor tiene que hacer como parte –tristemente cada vez más importante- de sus tareas cotidianas, es algo que se vive de manera creciente desde los años ochenta y noventa del siglo pasado y se ha ido apoderando cada vez más del proceso educativo.

Como bien señala la cita de Coronado, se trata de un “Problema amigo” porque es un problema que se ha ido naturalizando y normalizando al grado de que ya no se cuestiona o si se cuestiona en el fuero interno de cada docente, se asume como una parte inevitable del trabajo a desempeñar.

Pero como también señala esta cita, la burocracia es inversamente proporcional a la calidad educativa real. Entre más requisitos burocráticos menos espacio pedagógico y por lo tanto peor aprendizaje en los educandos. Esta es una vuestión que se ha señalado y se plantea en todos los foros y espacios de discusión pero que no se atiende ni se resuelve, por el contrario, aumenta cada vez más.

Si los lectores quieren leer un poco más al respecto pueden consultar un artículo previo aquí en E-Consulta en la siguiente liga: https://www.e-consulta.com/opinion/2020-01-20/el-reto-de-desburocratizar-el-trabajo-docente

La crisis sanitaria obligó a cerrar las escuelas, lo que supondría un replanteamiento creativo y comprensivo de la nueva situación para diseñar espacios y experiencias innovadoras que entendieran la situación que están viviendo los niños y jóvenes encerrados en sus casas con sus familias -que están además sufriendo consecuencias económicas cada vez más preocupantes y graves- y que promovieran aprendizajes significativos para la vida.

Pero la mente burocrática es incapaz de ver las cosas desde esta óptica deseable y lo que hizo inmediatamente fue tratar de trasladar la escuela a la casa, cosa que es tan absurda como “ponerle a un Santo Cristo dos pistolas” como dice el Dr. Gil Antón en su artículo La escuela intrusa, publicado recientemente, que se puede consultar en esta liga: https://www.eluniversal.com.mx/opinion/manuel-gil-anton/la-escuela-intrusa

De manera que lo que las autoridades educativas del país, de los estados y de las escuelas están pretendiendo es que los profesores sigan dando sus clases en sus esquemas habituales y según sus planeaciones previas con la única –y supuestamente mínima- diferencia de que tanto ellos como sus alumnos no están en el salón sino en sus casas. A esta pretensión imposible y claramente no pertinente la SEP le llama elegantemente “Aprende en casa”.

Esta lógica burocrática se lleva también a la gestión que si en las circunstancias normales de clases presenciales se centra en supervisar y controlar y se refleja en la ya mencionada petición de formatos y reportes, en su versión dentro de la contingencia se traduce en controla desde casa y supervisa desde casa, es decir, pide una aún mayor cantidad de formatos, reportes, evidencias, fotos, capturas de pantalla, videos, todo lo que justifique que la escuela intrusa sigue funcionando “normalmente” desde casa.

De manera que en lugar de aprovechar la fuerza de trabajo de los ATP, supervisores, directores y demás autoridades para acompañar el proceso de adaptación de los profesores, promover la capacitación de los docentes, facilitar espacios para que los profesores compartan entre sí sus experiencias, dudas y temores sobre esta nueva situación en la que están trabajando hacia la construcción de comunidades profesionales de aprendizaje, se está redoblando la vigilancia, el control y la justificación del trabajo de gestión a partir del incremento de peticiones burocráticas.

El profesor que ya estaba sobre cargado por la necesidad de responder a las demandas del trabajo desde casa y los aprendizajes y adaptaciones que esto requiere se está viendo ahora agobiado por las crecientes peticiones en esta reportitis o evidenciavirus que se extiende cada vez más por todo el sistema educativo.

 “La administración no para de pedir el informe del informe”… “Nos exigen justificar continuamente todo lo que vamos haciendo...”[1] se queja una profesora española que refleja fielmente el sentir de los profesores de nuestro país con los que tengo contacto directo.

La reportitis y el evidenciavirus responden a la necesidad obsesiva de mandar el mensaje de que el ciclo escolar sigue desarrollándose con normalidad. La idea a todas luces inapropiada de plantear el diseño de exámenes para dar cuenta del aprende en casa es otra forma de esta pandemia de nuestro sistema educativo.

El colmo de esta enfermedad de nuestra burocracia educativa es la pretensión de cerrar el ciclo escolar de manera presencial, con el riesgo que esto implica para la salud de nuestros niños y jóvenes.

¿No sería mejor aceptar la realidad y hacerse cargo de ella aceptando que habrá necesariamente un rezago en el aprendizaje y cerrar este período aprobando a todos los alumnos, haciendo planes compensatorios para el siguiente ciclo escolar?

 

[1] Miguel Gómez Garrido. Deshumanización, sobrecarga, burocracia. Los obstáculos de la docencia confinada.

https://www.lamarea.com/2020/04/30/deshumanizacion-sobrecarga-burocracia-los-obstaculos-de-la-docencia-confinada/

 

Opinion para Interiores: 

Anteriores

Juan Martín López Calva

Doctor en Educación UAT. Tuvo estancias postdoctorales en Lonergan Institute de Boston College. Miembro de SNI, Consejo de Investigación Educativa, Red de Investigadores en Educación y Valores, y ALFE. Profesor-investigador de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP).