Con López Obrador: ¿peligra el estado laico?

  • Laura Carreto Tirado
El tema de los feminicidios en México, es un asunto muy grave

Sin duda las críticas al presidente han sido duras, especialmente de sus adversarios, esa clase política que gobernó durante años y que quiere que el presidente fracase, incluso en fechas recientes a costa de la salud de los mexicanos. Pero estamos aquellos que somos figuras neutrales, que no somos de derecha, que no simpatizamos con ningún partido y que votamos por él. Considero al presidente alguien sensible con algunas causas sociales; realista, austero, noble, respetable, con una gran carrera política. Sin embargo, su punto débil ha sido su respuesta ante la ola constante de feminicidios…

López Obrador viene de la “vieja escuela”, y me refiero a la vieja escuela cultural; un hombre de 66 años proveniente de un municipio humilde del estado sureño de Tabasco, que empezó desde abajo, migrando a la capital del país para estudiar en la universidad más importante de México: la UNAM; que siempre ha sido jefe, líder, que ha encabezado distintos movimientos políticos que tienen que ver con las causas sociales, su propia educación y cultura son parte del patriarcado que ha dominado la cultura mexicana; no lo considero machista, pero definitivamente debe tener la disposición para ver más allá y pensar en una visión más abierta respecto a los feminicidios y al feminismo.

El tema de los feminicidios en México, es un asunto muy grave: ha pasado casi desapercibido para AMLO, quien prefirió darle más importancia a la rifa simbólica del avión presidencial en vísperas de la conmemoración del día de la mujer, en lugar de plantear (en esa fecha tan importante) nuevas políticas para evitar los feminicidios y castigar a los feminicidas. Es sorprendente que, teniendo a mujeres muy capaces dentro de su gabinete, como la secretaria de gobernación, la ex ministra: Olga Sánchez Cordero, el presidente se niegue a replantear algunas estrategias que serían de suma importancia para esta “pandemia social” que azota a todo el mundo.

Preocupa la “omisión” de postura frente a temas tan relevantes hoy para la sociedad como el derecho a decidir, el matrimonio igualitario y los derechos de las mujeres. No creo que sea una coincidencia, pues es bien sabido de su cercanía con algunos pastores cristianos. En marzo del año pasado el presidente se reunió con los pastores de la “Confederación Nacional de Iglesias Cristianas Evangélicas (Confranternice). Arturo Farela, de 65 años, originario de Frontera, Coahuila, uno de los pastores miembros fue recibido dos ocasiones en los primeros cien días de la gestión del presidente, quien expresó ante el periódico “El País”: “Dios nos ha abierto unas gigantescas puertas porque hemos sido invitados a colaborar con el Gobierno Federal en algunos programas sociales”, dijo Farela (El País, 2019).

La colaboración de las iglesias cristianas, la citada “Confranternice” con López Obrador se trata de la distribución de la “Cartilla Moral”, la cual AMLO plantea como parte de la solución a los feminicidios; lo volvió a subrayar el 18 de febrero pasado en la “Conferencia Mañanera” de Palacio Nacional, luego de ser cuestionado sobre una estrategia para parar los feminicidios, ya que recién habían ocurrido dos casos que alarmaron a la sociedad mexicana: los de Ingrid Escamilla y la niña Fátima “N”. Las declaraciones del presidente desataron la ira de las feministas, quienes se manifestaron un día después, y con justa razón.

La “Cartilla Moral”, que comenzó a distribuirse a principios del año pasado es un texto, escrito por el escritor Alfonso Reyes en 1944, a petición del entonces secretario de Educación Pública: Jaime Torres Bodet. En su cartilla, Alfonso Reyes afirma que esta serie de preceptos deben considerarse como “mandamientos” y que no se les puede “desoír” sin que “la voz de la consciencia” nos lo reproche (Radio Fórmula, 2019).

Si bien la cartilla, es un postulado de valores universales, también resulta una imposición. No es el fondo lo que disgusta más sino la forma, pues en primer lugar es la postura única del presidente y en segundo: es ofensivo para el estado laico el que sea una organización cristiana la encargada de su distribución.

Y es que, la contradicción empezó desde su campaña a la presidencia en 2018, pues el partido de AMLO: Morena (Movimiento de Regeneración Nacional) se alió entre otros partidos para conformar un bloque que asegurara su triunfo, entre otros con el extinto: “Partido Encuentro Social (PES)” que, aunque nunca lo aceptaron públicamente: era conformado por personas de religión cristiana, hasta algunos pastores. La mayoría de sus integrantes pertenecían a diversas asociaciones religiosas en el país y de Guanajuato. Se definía como un partido de la familia, rechazaba los matrimonios del mismo sexo, el aborto; en pocas palabras: conservador, más cercano a la ideología del Partido Acción Nacional que al partido del hoy presidente.

También resulta contradictoria la postura del presidente, quien su máximo líder es Benito Juárez, defensor del estado laico, gracias a este personaje es que gozamos de la separación entre la iglesia y el estado. Fue Juárez quien propuso “Las leyes de Reforma” (1855-1863) y tomó las armas para luchar por esa división. El presidente está violentando los principios de su figura histórica más venerada, y a las propias leyes de nuestro país: a la Constitución Mexicana, de acuerdo a nuestra “Carta Magna” no debería haber ningún acercamiento, ni asesoría, ni intromisión de ninguna corriente religiosa, sea cual sea.

Los especialistas en religión: Bernardo Barranco (maestro en Sociología del Catolicismo Contemporáneo por la Escuela de Altos Estudios Sociales de París) y Roberto Blancarte (Colegio de México) están preocupados porque el presidente no respeta la laicidad del Estado mexicano que tanto defendió Benito Juárez. Fue así que escribieron el libro llamado “AMLO y la religión: el estado laico bajo amenaza” donde a través de 11 ensayos divididos en dos partes: analizan los peligros de la reintroducción de la religión al estado.

Y es que las constantes citas bíblicas a las que ha hecho referencia el presidente nos han incomodado a los que estamos a favor de la separación de la iglesia y del estado. Durante una de las conferencias mañaneras cuando le preguntaron al presidente ¿cómo se protegía del COVID-19? mostró la imagen del sagrado corazón de Jesús; Barranco asegura que Obrador usa esos símbolos como estrategia para comunicarse con el pueblo mexicano tradicional y religioso. “Los símbolos como recurso cognoscitivo pueden convertirse en mecanismos de disuasión social que produzca y afiance la empatía, legitimidad y solvencia” aseveró el académico (Milenio, 2020).

El problema que dentro de esa empatía que el presidente busca generar en el pueblo con citas bíblicas o símbolos religiosos deslegitima al estado laico y desestima la lucha por los derechos de las mujeres, que son entre otros: el derecho a decidir y vivir una vida libre de violencia.

Bastó que coincidieran dos temas, como el día internacional de la mujer y la rifa simbólica del avión presidencial, para que el presidente eligiera como prioritario el tema del avión. Cuando se le cuestionó sobre replantear las estrategias para evitar los feminicidios, simplemente respondió que iba a seguir con las mismas, además de insistir en la “famosa” “Cartilla Moral”. Las estrategias comunicativas del presidente para crear empatía con “el pueblo” deben ser encaminadas de otra manera y no citando la biblia ni mostrando imágenes religiosas. Estoy segura que la cercanía con las iglesias cristianas tiene mucho que ver en su “omisión de opinión” y posicionamiento respecto al derecho a decidir; su parte cultural lo traiciona al priorizar todos los temas antes que los feminicidios. Un presidente debe 1) respetar al estado laico y; 2) Ser objetivo y abierto ante los problemas sociales.

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Laura Carreto Tirado

Licenciada en Relaciones Internacionales, Maestra en Ciencias Políticas ambos grados por la BUAP. Especializada en temas migratorios y en la Relación México-Estados Unidos. Ha investigado y escrito al respecto en libros y revistas