El pasado viernes 27 de marzo, presenté un Punto de Acuerdo en la Cámara de Diputados para exhortar al gobierno federal a diseñar e instrumentar cuanto antes una estrategia de reactivación económica frente la crisis de salud por la que atraviesa el país. 

Considerando que las medidas de distanciamiento social y aislamiento prevalecerán durante las próximas semanas y meses, es urgente adoptar un enfoque preventivo en materia económica, preferentemente a favor de las micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes) que son la columna vertebral de la economía mexicana. El objetivo es evitar el mayor número de quiebras y el despido masivo de personal. Recordemos que las Mipymes generan el 72% del empleo y la mitad del PIB.

¿Qué medidas económicas hay que tomar para enfrentar esta pandemia? Destaco algunas de las que considero más importantes: Por ejemplo, en materia fiscal, propongo que el gobierno federal apoye a las Mipymes que no despidan personal, con deducciones fiscales y exención de cuotas del seguro social, así como subsidios para el pago de una parte de la nómina. Asimismo, propongo diferir, hasta por tres meses, la presentación de la declaración anual del ejercicio fiscal 2019, a personas físicas con actividad empresarial, así como a Mipymes. Por su parte, los gobiernos estatales y municipales deberán aplicar deducciones de impuestos, previo compromiso de las Mipymes de mantener los empleos. 

En materia financiera es urgente un acuerdo bancario-empresarial para que la banca de desarrollo apuntale la planta productiva nacional a través de garantías a los préstamos que otorgue la banca privada a empresas, o bien mediante créditos directos a empresas en riesgo. Este esquema deberá privilegiar el apoyo a los sectores más afectados por la pandemia, como el restaurantero, hotelero, de transporte de pasajeros, aerolíneas y parques industriales.

En materia de políticas de seguridad social, es necesario el pago de un ingreso mínimo a las familias en condición de vulnerabilidad, incluidas las que se encuentran en el comercio informal. De igual forma, es necesario brindar facilidades para apoyar a madres y padres en el cuidado de los hijos para que tomen días libres con goce de sueldo.

También es necesario un esquema de apoyos para trabajadores que pierdan su empleo, así como becas de capacitación para una pronta reinserción al mercado laboral. Considero pertinente prorrogar hasta por un año, el pago de créditos de vivienda de interés social a trabajadores que lo soliciten, tanto para aquellos que estén en activo como para los que pierdan el empleo. También, es imperativo diseñar un esquema para garantizar el derecho básico de alimentación de niños y niñas en situación de vulnerabilidad afectados por el cierre de centros escolares.

Finalmente, en materia de políticas industriales y comerciales, propuse garantizar la realización de proyectos prioritarios de inversión en curso, tanto públicos como privados, así como la vigilancia del buen funcionamiento de las cadenas de proveeduría asociadas, tanto nacionales como internacionales. En particular, urge poner especial atención a la industria energética, transporte, turismo, tecnológica, así como en el sector salud. 

Si ya sabemos que la pandemia va a ocasionar una crisis económica sin precedentes (JP Morgan acaba de bajar la expectativa de crecimiento para México de -1.8 a -7.0%), más vale que hagamos algo desde ahora para apoyar la economía de las familias que más lo resentirán. Sobre todo, considerando el reciente anuncio de S&P Global Ratings de bajar la calificación soberana de México en moneda extrajera a ‘BBB’ y en moneda local a ‘BBB+’ por impacto negativo en la tendencia de crecimiento.

El costo de no hacer lo necesario hoy, podría significar un mayor deterioro económico para el país. Al final, es previsible que superemos la crisis de salud por coronavirus (eventualmente surgirá un medicamento o una vacuna eficaz). Pero si se nos enferma la economía el impacto en vidas será mucho mayor en el mediano plazo.