Nuestra cultura política en tiempo de crisis

  • Héctor Olmedo
El contexto puede justificar esta serie de medidas ante una pandemia.

Las perturbantes noticias que el 2020 ha traído consigo han modificado sustancialmente el ritmo de vida y los hábitos a los que estamos acostumbrados. El tema de la pandemia relacionada con el  SARS-Cov2 (Covid-19) ha traspasado de una manera violenta todas las fronteras nacionales en un lapso de tiempo muy breve, y ha trastocado todas las aristas de la vida en casi todos los países.

Sin duda el Covid-19 ha expuesto las formas de organización para enfrentar esta pandemia en los países que en menor o mayor grado han logrado tener un control del número de contagios. Analicemos:

El Covid-19 fue detectado el 1 de diciembre en la ciudad de Wuhan, capital de la provincia de Hubei en China, fue reportado a través de médicos que se percataron de pacientes que presentaban dificultades respiratorias  que desembocaban en neumonía, en su mayoría trabajadores del Mercado de Mariscos de Wuhan. Li Wenliang médico en Wuhan alertó sobre el alto nivel de propagación y contagio que presentaba este virus a través de una plataforma en WeChat, quién más tarde fue obligado a retractarse debido a que según la policía local estaba incitando al pánico. Las medidas que el gobierno de China adoptó posterior a la ratificación del alto nivel de contagio del Covid fueron discutidas en la reunión del Comité Central del Partido Comunista de China, e incluyeron a finales de enero la implementación de una cuarentena, y el despliegue de impresionantes controles sociales para evitar la propagación que incluyeron la limitación del tránsito a actividades específicas y esenciales, los servicios de transporte público fueron suspendidos y se creó un cerco sanitario en toda la provincia de Wuhan y Huanggang al este de Hubei, este cerco sanitario se calcula que afectó al 10% de la población total de China afectando a cerca de 60 millones de personas. Estas medidas fueron criticadas por la severidad y la rigurosidad con las que fueron impuestas, debido a que también afectaron a residentes extranjeros que quedaron varados sin posibilidad de retornar a sus países de origen. Las medidas fueran acatadas por la población china, en un país con un poder altamente centralizado y una disciplina social rigurosa las medidas dieron resultados, el 23 de marzo el gobierno chino dio a conocer que no se habían registrado contagios locales, únicamente por importación (personas provenientes de un segundo país).

Si bien las medidas aplicadas por el gobierno chino podrían ser calificadas de autoritarias al limitar parcialmente derechos fundamentales como el libre tránsito, el contexto puede justificar esta serie de medidas ante una pandemia que ha escalado a niveles globales, por un lado las medidas que el gobierno chino fueron funcionales, la cultura de la sociedad que acató las recomendaciones emitidas fue sustancial para obtener resultados positivos, los casos reportados hasta el momento oscilan en 81,897 con un total de decesos de 3,300, que han sido superados por Estados Unidos, Italia y España, que se han colocado como punteros en contagios y decesos. El éxito de la política china frente a la pandemia (hasta ahora) es una sinergia entre políticas estrictas del gobierno central y  disciplina social.

La situación escabrosa por la que atraviesa el mundo se encuentra condicionada a las medidas que los países apliquen y a la velocidad de respuesta que tengan frente a la pandemia, el caso específico de nuestro país México ha tomado medidas que paulatinamente han sido implementadas. El día 27 de febrero el 2020, el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud Hugo López Gatell Ramírez anunció el primer caso de un paciente que había dado como positivo a la prueba de Covid-19, los casos aumentaron de manera gradual a partir del 1 de marzo a llegar al 28 de marzo con un total de 883 casos confirmados.

El Gobierno de la República ha pronunciado que se han tomado las medidas pertinentes para la contención del Covid-19, las condiciones del país son totalmente diferentes a las de China, la flexibilidad que el gobierno mexicano tuvo principalmente en los primeros días de la llegada de la pandemia al país, como la apertura de los aeropuertos en comparación con otros países que decidieron cerrar sus fronteras o la falta de pruebas para verificar la portación de Covid-19, generó inconformidades en la sociedad mexicana por la manera laxa de tratar un tema de salud pública y escalas globales. Sin embargo, es cierto que gran porcentaje de las acciones para controlar la pandemia provienen del sector salud a cargo del Gobierno Federal, las recomendaciones que han sido publicadas se orientan a no perjudicar la economía y mantener un nivel de interacción social que garantice los flujos económicos necesarios para el sostenimiento del sustento de las familias mexicanas que en un 50% se encuentran en el sector informal y que carecen de seguridad social o ingresos fijos, bajo esta premisa resulta lógico que no se implementen restricciones al libre tránsito. Pero ¿cuál es el nivel de responsabilidad de la ciudadanía en México para hacer valer las recomendaciones que emite el Gobierno de la República? ¿Nuestra cultura política nos permite de manera libre y consciente atender desde nuestro libre albedrío un tema de impacto internacional?

El día 29 de marzo el subsecretario Hugo López-Gatell realizó un pronunciamiento de manera enérgico para llamar a la población a mantenerse dentro de sus casas y a atender las recomendaciones emitidas por el Gobierno de la República, incluso se refirió a que el marco constitucional autoriza el uso de la fuerza para hacer valer las medidas de salud. México se enfrenta a una pandemia de escalas globales, con un gobierno que ha tenido momentos laxos en la atención de este problema alarmante, con una ciudadanía que desconfía de lo que escucha, que duda de los estudios científicos y pone en tela de juicio la veracidad de la información.

¿Por qué hablar de nuestra cultura política? Cuando hablamos de política hablamos de los asuntos públicos, lo que nos atañe, lo que nos concierne como sujetos partícipes voluntaria o involuntariamente de una comunidad, y la salud pública es estratégica en el desarrollo de una nación, su importancia es tal que las  fronteras de los países cierran, las grandes economías del mundo sufren colapsos en cuestión de horas.

Los próximos días serán cruciales para el desenlace de este tema central en la agenda global, por lo que nuestra cultura política será puesta a prueba para saber en qué grado los mexicanos somos conscientes y responsables.

Así mismo aprovecho este espacio para invitarlos a conocer y participar en el #Protocolociudadano que busca apoyar a las personas con más necesidad. Infórmate más en la página  www.involucratemx.org

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Héctor Olmedo

Licenciado en Administración Pública y maestro en Ciencias Políticas por la BUAP; especialista en Derecho Electoral y Cultura Política. Se ha desempeñado en áreas de la administración pública federal y en órganos electorales federales y locales. Miembro de la Sociedad Mexicana de Estudios Electorales.