Tenemos que cuidar al INE

  • Marisol Calva
El INE ha logrado fortalecerse, superar procesos complicados

Certidumbre en las reglas e incertidumbre en los resultados reza la máxima que define los procesos electorales democráticos.

No podríamos entender la alternancia del año 2000, la primera victoria de un partido de oposición a nivel nacional, sin la existencia de un arbitro que garantizara imparcialidad. No podríamos entender la misma victoria de López Obrador sin un organismo autónomo que organizara las elecciones y permitiera dar certeza a los resultados electorales.

Lo que el Instituto Nacional Electoral le ha abonado a la democracia en las últimas 3 décadas ha sido muy relevante, para empezar el gobierno en turno dejó de ser juez y parte organizando elecciones, no ha habido nuevas caídas del sistema, generó las condiciones para una democracia efectiva por la vía pacífica, ha impulsado una mayor participación ciudadana y por tanto un mayor involucramiento en los procesos electorales, mucho más allá del solo hecho de ir a votar. El INE ha logrado fortalecerse, superar procesos complicados como el de 2006, y sobre todo ganar credibilidad y confianza en la sociedad mexicana; sin  embargo, hoy enfrenta un riesgo de debilitamiento, perdida de autonomía y politización muy grave.

Tanto la reducción de su presupuesto, como la iniciativa presentada por el Diputado Sergio Gutiérrez de MORENA, deben alertarnos.

El Diputado  presentó una iniciativa de reforma constitucional para disminuir la presidencia del Consejo General del INE de 9 a 3 años y que este cargo sea rotativo entre sus integrantes.

Hay una razón muy poderosa para que el Presidente del Consejo del INE dure 9 años, y es garantizar su imparcialidad, sustentados en una lógica transexenal, que no empate con ningún proceso electoral.

Con este iniciativa que recibió el respaldo de 140 diputados, se genera una incertidumbre innecesaria en el INE, desestabiliza los trabajos para la organización de las elecciones y somete al instituto a una carga política adicional por el nombramiento del nuevo Presidente.

¿Por qué debe preocuparnos? Porque el gobierno de la cuarta transformación ha emprendido una agresiva y eficaz campaña para hacerse de pilares y contrapesos democráticos, como el caso de la CNDH que terminó en manos de una militante de Morena.

Porque las criticas realizadas por el Consejero Presidente Lorenzo Córdova en torno a la inconstitucionalidad de la Ley Bonilla tuvieron eco en la opinión pública e incomodaron al Presidente de la República, acto seguido se presentan estas iniciativas por la bancada de su partido.

Porque en un escenario donde se está poniendo la mesa para ganar la próxima elección, destinando jugosas partidas presupuestales a programas sociales, e invirtiendo en propaganda política por todos los medios posibles, lo único que hace falta es garantizar que el arbitro electoral tomé juego a favor.

Esto no es una cuestión menor, y el transito de esta iniciativa en el Congreso de la Unión y las 32 legislaturas locales debe mantenernos atentos y pendientes.

Por supuesto que existirán áreas de oportunidad para mejorar la función y operación del INE, claro que es necesaria la mejora para que siga siendo un facilitador y un interlocutor democrático, no es deseable que se burocratice tampoco, pero todos estos cambios no pueden ser pretexto para sacrificar la autonomía de un jugador fundamental en nuestra democracia.

Si el INE pierde autonomía, pierde la democracia y perdemos los mexicanos.

Marisol Calva

Tw. @Marisol_Calva

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Marisol Calva

Politóloga, Maestra en Gobierno y Administración Pública, Secretaria de la Comisión Nacional de Redes Sociales de Movimiento Ciudadano. Ex candidata a Diputada Local