El eslabón perdido

  • Rodrigo Rosales Escalona
La “complejidad horizontal” corresponde al modo como se entrecruzan las estructuras de crisis

En esta ocasión, no me refiero a las teorías de Carlos Darwin sobre la evolución y selección de las especies, sí en cuanto a cabos sueltos y eslabones del acontecer crítico en el país.

Cabe resaltar que, dentro de la teoría del caos político y social, es importante distinguir en toda sociedad la “complejidad vertical”, es decir, la persistencia de formas estructurales y relaciones tradicionales. La “complejidad horizontal” corresponde al modo como se entrecruzan las estructuras de crisis económica y social, derivadas por una serie de políticas de un gobierno o intereses económicos, contrario a las necesidades sociales y de una nación.

Por lo mismo, el análisis político de largo plazo, así como el coyuntural, están obligados a seguir el curso de la “complejidad social y política” y de las fuerzas latentes que se revelan o surgen a la par de los conflictos. 

A nivel político, es necesario poner atención en la reflexión de las relaciones políticas (el poder, el orden y la subordinación). Incluye en este análisis los conceptos de precaridad y vulnerabilidad de la relación política. 

Por lo que se desprenden algunas reflexiones a propósito del conflicto y sus consecuencias. 

  • Cómo y en qué circunstancias los conflictos sociales se convierten en conflictos políticos.
  • Al ser la política el lugar del conflicto, nos conduce a una lectura sobre las distintas formas de violencia: visibles, institucionalizadas, o no visibles, formales e informales entre otras. 
  • Además, distingue grados y niveles del conflicto, e intensidad de las variables que lo conforman, así como las estrategias de cambio. 

Por mi parte, incluyo otras variantes de la violencia:

  • Violencia violenta
  • Violencia provocada
  • Violencia catastrófica
  • Violencia como instrumento político. 

El poder se legitima por la producción de imágenes, por la manipulación de símbolos y su organización en un espacio que es factible llamar la teatralidad estatal, situación que se expresa de manera visible en la región latinoamericana, en países donde el costo social provocado por las políticas de ajuste estructural y la privatización, el Estado para garantizar la unidad y cohesión social recurre a un discurso nacionalista y popular, es decir, a la teatralidad

Esto es, el poder está sometido a constantes amenazas: “la de la verdad, que hace añicos la cortina de sus apariencias; la de la sospecha, que le obliga a revigorizarse periódicamente. Su alarde es la dramatización, que alcanza su mayor intensidad durante los periodos de vacío de poder”. 

En esta situación es claro imaginar la comunicación y sus medios de masas, equipadas en forma poderosa con imágenes y palabras; se perfilan en la actividad como los arquitectos principales, dominantes, de la representación de la realidad política. Los medios desatan una permanente y continua teatralidad de la política, y demuestran una capacidad para calcular y dominar los efectos del espectáculo. 

Claro está que mientras los intereses de una elite económica y política estén por encima de la mayoría, el choque es inminente, en cuanto a que los niveles de corrupción están ponderados en la protección de intereses de los criminales del cuello blanco.

A su vez, dichos poderes, al momento en que la decisión de un pueblo imprime un giro total a la decisión de ejercer el poder político de un gobierno, y, como consecuencia, de las políticas públicas en beneficio de la sociedad, la respuesta es emprender una lucha de desprestigio, vituperios, sembrar falsas noticias, manipular hechos, etcétera, con el fin de desprestigiar y poner en evidencia a un gobierno apegado a derecho.

La siembra de conflictos de todo tipo, aunado a otros que han generado, como es la pobreza y narcotráfico, serán exaltados y motivados al extremo, para definir que ellos tienen la razón y no el pueblo.

“Los ricos gozan de la libertad económica y es por ello que son los únicos que se beneficiaron con la libertad con la libertad política”. Ricardo Flores Magón.

Lamentablemente luego de una “guerra contra el narcotráfico” por parte del expresidente Felipe Calderón, derivó en 300 mil muertos y 70 mil desaparecidos a la fecha.

La crisis política generada por la detención del hijo del Chapo en Culiacán, derivó en un acto fallido, ya sea por grabes errores de lógica estratégica de los mandos, como también de pésima decisión de mandos, el punto es que somete a crisis política al gobierno de Andrés Manuel López Obrador, al grado de que el general de SEDENA, Carlos Gaytán Ochoa, durante una reunión con otros mandos militares, sentencia que en México la sociedad está polarizada políticamente porque la ideología dominante, que no mayoritaria, se basa en corrientes pretendidamente de izquierda. Coincide con los promotores del caos. Una amenaza golpista.

Es meritorio el ubicar que, si el crimen organizado ha crecido, es parte de un engranaje de la corrupción en México como de distintos gobiernos norteamericanos, quienes limitadamente combaten a sus capos, y sí son quienes venden armas de todo tipo. Dicho gobierno gringo, sobre todo con el patético Trump, nos acusan del paso de miles de migrantes a su país, promoviendo colocar un muro fronterizo para impedirlo, poco o nada hacen en sus filtros fronterizos en que ingresen a México miles de armas usadas por los criminales.

Lamentablemente, fueron asesinados tres mujeres y seis niños de la familia LeBarón en los límites de los estados de Chihuahua y Sonora y que hay seis menores heridos, que fueron trasladados a Phoenix, Arizona para su atención médica.

La zona donde la familia fue emboscada es una región que por su colindancia con Estados Unidos es proclive al “tráfico de estupefacientes y de migrantes”. Ha estado en disputa principalmente por dos organizaciones criminales: La Línea, grupo delictivo afín del Cártel de Juárez, y el cártel de Sinaloa, “Los Chapos”, de acuerdo con información que brindó el Fiscal de Chihuahua, César Arturo Peniche Espejel.

Siendo La Línea, quienes masacraron a la familia, con total violencia equiparable a actos de criminales militares en países en conflicto, como también durante el poderío de Pablo Escobar en Colombia. Los integrantes del crimen organizado son prisioneros del odio, que como forma de combatir a sus enemigos, para control o eliminación de enemigos por mayor territorio, la hostilidad y la violencia al extremo, es el camino.

Mientras el patético Trump, le dice a Andrés Manuel López Obrador, que está dispuesto a “apoyarnos con fuerzas militares para combatir a los criminales”, la respuesta del presidente mexicano fue un No, ¿Quiere ayudar? Baje consumo de drogas en EU y tráfico de armas a México, dice Alex LeBarón a Trump, a su vez, se le manifestó el respeto a nuestra soberanía.

Entre tanto, se generan todo tipo de cuestionamientos a la actual administración federal, como si fueran expertos en la materia, sugiriendo que acepte la petición de Trump, al hacer sentir que carecemos de condiciones de seguridad y gobierno para ello. Sin embargo, la tarea de actuar y aplicar dicha seguridad, es una cuestión de crisis histórica.

En Puebla, también padecemos un clima de violencia diaria, ya sea por asaltos y robos, como también de crimines y ejecuciones, al grado de que apareen cadáveres desmembrados y descuartizados.

Los agoreros de la crítica barata, evitan analizar que en nuestro estado, si bien es parte de un problema nacional de violencia, también se inició desde la éra morenovallista.

Lo paradójico es que la secretaria para la Igualdad Sustantiva de Género, Catalina Pérez Osorio, mencionó que la inseguridad que se vive en la capital “es un mito”, pues en comparación con otros estados, la Angelópolis registra menor número de hechos

“Se dice mucho que la ciudad es insegura y la verdad es que no, hemos entrevistado a gente de otros estados en los parques públicos y con respecto a sus ciudades nos han contado cosas terroríficas, es un mito también”, dijo Catalina Pérez.

A ello agreguemos que María de Lourdes Rosales Martínez, titular de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) del municipio de Puebla, minimizó la colocación de narcomantas en diferentes puntos de la capital poblana y consideró que no han tenido mayor trascendencia.

Basta con recomendar a las dos funcionarias municipales, que según el Diccionarios de la Real Academia Española, mito es: “Relato o noticia que desfigura lo que realmente es una cosa y le da apariencia de ser más valiosa o más atractiva”.

Finalmente, la presunta desaparición de Carlos Lastiri, sembró diversas hipótesis, que si fue detenido, secuestrado o auto secuestro. Tres días bastaron para que apareciera y llegara a su casa, argumentando que sí fue secuestrado, pero felíz. Por lo que dice que interpone una denuncia de hechos. Los hechos están cuestionados por la opinión popular, derivado a que Lastiri está relacionado con el caso Rosario Robles muy directamente.

El morenovallismo está en capilla ante los mismos actos que cometieron las distintas administraciones federales del PRI y PAN, en saqueo nacional como Lozoya, Robles el fuera secretario de la SCT, Gerardo Ruiz Esparza. Curiosamente, Miguel Ángel Osorio Chong, en Puebla, se reveló lo que siempre evitó reconocer, su compromiso con Rafael Moreno Valle, por lo siguiente:  "Aprovechó para recordar a un político que me dejó marcado (...) me acuerdo de ese político que hoy, si me lo permiten, ese político que hoy lo recuerdo con cariño y con afecto, a Rafael Moreno Valle", dijo.

El gobernador le exige al secretario de Educación Esteban Moctezuma, que saque de Puebla a Darío Carmona, pues afirma es una persona corrupta y deshonesta. Creo que se ha quedado corto.

No es fácil ir logrando el contro de criminalidad y violencia en nuestro país, luego de esta pesada loza histórica. Sin embargo, es momento en que nuestras autoridades escuchen el clamor social y sí combatir el mal de raíz, es decir, corrupción.

rodrigo.ivan@yahoo.com.mx

Analista político y de prospectiva social

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Rodrigo Rosales Escalona

Periodista y analista político en medios locales y nacional, filósofo, docente en nivel superior, activista social, comprometido con la justicia.