En el municipio de Huejotzingo existe una titular de notaría, Silvia Hernández Aguilar, que le sirvió como prestanombres al padre Froylán González Pérez para que éste recibiera, en tiempos del gobernador Melquiades Morales Flores, la notaría. El padre, todo él agradecido con el poder político, compró el inmueble ubicado en Plaza Principal número 205 interior 2, en pleno centro de aquel municipio, para instalar la notaría, que la operara Silvia y él sólo hacía corte de caja.

Todo parecía sencillo, querido lector, pero usted sabe que cuando se lo propone el diablo hace pecar al más devoto. Así que con el paso del tiempo doña Silvia Hernández Aguilar se apropió por completo de la notaría y le pintó caracoles al cura. ¿Cuándo se dio este agandalle?, pues en el sexenio de Rafael Moreno Valle Rosas, quien será, si creemos en las declaraciones hechas por el gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta, el más investigado de la historia de Puebla.

Ahora, en plena recta final del año 2019 la suerte parece sonreírle de nuevo a Froylán González Pérez. El cura metido a notario es amigo, casi hermano, de Ricardo Velázquez Cruz, el actual asesor jurídico de Barbosa Huerta y exbrazo derecho del prófugo exgobernador Mario Marín Torres. Y, ya sabe, la vida a los políticos, y también a algunos curas, no les sabe si no alardean del tráfico de influencias. Así que dejando de lado su fe en lo divino, Froylán buscó a quien bautizó como el “mero chingón de las notarías” y éste, quizá para expiar culpas, ya anda juntando todas las quejas contra la notario y prometió, casi en el límite del juramento, que le quitará la notaría a la empoderada Silvia Hernández Aguilar.

La notario, sin embargo, ni sufre ni se acongoja y ya soltó a sus allegados que le va a demostrar al cura “de qué cuero salen más correas”. Ricardo Velázquez será el ganón de este diferendo porque el destino de la notaría estará en sus manos y…, hay quienes ya prevén que Froylán y Silvia se quedarán chiflando en la loma, a pesar de que un grupo de pesados empresarios poblanos abogan por él cura ante Ricardo Velázquez.

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Vaya lío el que se vive en el gobierno municipal de Claudia Rivera. Hay tres corrientes que buscan el control del sindicato: a) Gonzalo Juárez Méndez, b) Susana Vidal, en dupla con Israel Pacheco Velázquez, y c) un tercero que no quiere ni a Gonzalo ni a Susana.

Los dos primeros, de Gonzalo y Susana, están llenos de prácticas que tienen más qué ver con un interés personal que con los sindicalizados: por ejemplo, las firmas en las que el Juzgado Quinto de Distrito en Materia Civil se basó para que el Tribunal de Conciliación y Arbitraje le conceda la toma de nota, las obtuvo con engaños: a los sindicalizados les dijo que las necesitaba para integrar una comisión que encargara del proceso de elección que fue la reventada asamblea del 11 de enero.

Y de Gonzalo, ya saben todos que se ha enriquecido de la noche a la mañana, pero lo sumamente grave es la dupla Claudia Rivera-Antonio Gali Fayad. Le cuento: ayer martes los delegados estuvieron citando a los afiliados para que se presentaran a las 17 horas en el sindicato. Afuera del inmueble estaban estacionadas las camionetas de los abogados de Antonio Gali Fayad; Rafael Ruiz Cordero, titular de la Secretaría de Administración municipal con Gali, fue visto también en la sede del Sindicato Único de Empleados y Trabajadores del Honorable Ayuntamiento de Puebla, Instituciones Paramunicipales y Organismos Públicos Descentralizados que actualmente controla Gonzalo Juárez.

Dicho de otra forma: los equipos de Claudia Rivera y de Antonio Gali protegen a Gonzalo; la presidenta municipal debe explicar porqué su gente de eventos especiales armó el templete la tarde de este martes.

Una duda, ¿el gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta estará enterado de los alcances de esa alianza?

@IsraelV_mx / israelvelazquez@gmail.com

*Director editorial de www.datamos.com.mx