Fernando Manzanilla

  • Israel Velázquez G.
En 2017 dejó entrever que simpatizaba con Morena

Fernando Manzanilla Prieto, escribimos en el Acantilado del 28 de mayo pasado, “es el único que tiene asegurada su permanencia como titular de la Secretaría General de Gobierno en el probable caso de que gane Barbosa”.

Luis Miguel Barbosa ya tiene su constancia de mayoría y lo único que le falta para ser el próximo gobernador de Puebla es rendir protesta; así que con ese despejado camino por delante ayer domingo en gira por la región de Tehuacán, de donde es originario, confirmó lo que le habíamos adelantado: Manzanilla, dijo, será “secretario de Gobernación porque la Secretaría General de Gobierno se convierte en Secretaría de Gobernación (…) y será el único que repita del actual gobierno”.

La primera vez que Manzanilla estuvo en ese cargo fue durante los dos primeros años de la gubernatura de su cuñado el exgobernador Rafael Moreno Valle Rosas (2011-2013); lo dejó en 2013 y dio por terminada su relación política con Moreno Valle. En 2017 dejó entrever que simpatizaba con Morena y el proyecto político de Andrés Manuel López Obrador, aunque fue el PES el que le dio espacio para que lograra ser diputado federal con la coalición Juntos Haremos Historia conformada por Morena-PES-PT.

A la Secretaría General de Gobierno regresó de la mano de Guillermo Pacheco Pulido, el gobernador interino, para sustituir a Jesús Rodríguez Almeida, nombrado en el cargo por la gobernadora Martha Erika Alonso Hidalgo. Y ayer, Luis Miguel Barbosa Huerta declaró que él, Manzanilla, es un hombre “de confianza, y con la capacidad necesaria para mantenerse al frente de la SGG (y por ello) decido que se encargue de la gobernabilidad en Puebla.”

Con la decisión de Barbosa se cumple uno más de los puntos acordados con el senador Ricardo Monreal Ávila y Alejandro Armenta Mier: Manzanilla se queda como brazo derecho y eficaz operador del gobernador, siempre y cuando convoque a elecciones inmediatas en caso de que Barbosa deba retirarse por enfermedad.

A ambos, Barbosa y Manzanilla, los une su pasado morenovallista: trabajaron en aquella alianza que llevó al priista convertido en panista a la gubernatura, derrotando a Javier López Zavala, el delfín del hoy prófugo Mario Marín Torres. Ambos, por si lo anterior fuera poco, rompieron con Moreno Valle y se convirtieron en dos de sus más poderosos opositores políticos. Tienen tres procesos electorales en las espaldas, pero es Manzanilla el artífice de la estrategia que hizo ganar primero a su cuñado y ahora a Barbosa, y también de la estrategia fallida en la que salió derrotado Barbosa y triunfadora Marta Erika Alonso. Se conocen, saben sus fortalezas y sus debilidades…, y quizá lo más importante tanto para sus simpatizantes como para sus detractores: son cómplices, en el mejor sentido de la palabra.

Hay que reconocer que Manzanilla es un buen estratega, aunque su trabajo sólo ha funcionado, hasta ahora, con expriistas llegados tanto al Partido Acción Nacional como a Morena. Falta saber su capacidad, durante más de dos años, como responsable de la gobernabilidad de Puebla…, porque ahí estará, rondando siempre, la vena autoritaria que se delineó desde los primeros meses de gobierno de Moreno Valle Rosas y que Manzanilla debe conocer al dedillo. Falta ver que pase del discurso a los hechos aquellos que escribió el 24 de enero en su cuenta de Twitter, un mes después de que fallecieran Alonso y Moreno Valle: “La urgencia de reconciliación que se vive en la sociedad poblana es un asunto que no sólo tiene que ver con la gobernabilidad, la legalidad o la corresponsabilidad (…) La dimensión humana, compleja y profunda, es el punto de partida desde el que tenemos que avanzar hacia la restauración del tejido social.”

Periferia

En una entrevista que junto con la periodista Lucero Hernández le hice a Manzanilla en mayo de 2018 dijo como candidato a la diputación que “tenemos una agenda política con lo que queremos transmitir y, en mi caso, es el tema del bienestar, la felicidad y calidad de vida, es el objetivo central que creo que toda la ley tiene que perseguir con dos medios fundamentales: la paz y la esperanza, conceptos en los que creo”.

¿Y no es esta misma idea de la reconciliación, la paz y la esperanza la que ha tomado en su discurso el gobernador electo? Tenemos entonces una idea de que ambos están en empatados en lo que quieren comunicar.

@IsraelV_mx

israelvelazquez@gmail.com

*Director Editorial de www.datamos.com.mx

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Israel Velázquez G.

Periodista de tiempo completo. Trabajó en: Milenio, El Financiero, Correo de Guanajuato, El Popular de Puebla y AZ de Xalapa. Autor de la columna Acantilado, siempre cerca del lector que toma decisiones