La coyuntura político social

  • Fernando Manzanilla Prieto
Hoy día Puebla ha perdido protagonismo y relevancia en el orden nacional

No hay problema que no podamos resolver juntos y muy pocos que podamos resolver por nosotros mismos.

-Lyndon Johnson-

En colaboraciones anteriores compartí, con los amables lectores, mi análisis de la realidad poblana y las razones que me llevan a sostener que vivimos un momento extraordinario para que nos pongamos de acuerdo, entre todos los sectores sociales, sin distingos de orientación política, para restablecer nuestra normalidad cívica y nuestra cohesión comunitaria a través de un nuevo contrato social.

Hoy día Puebla ha perdido protagonismo y relevancia en el orden nacional; la naturaleza e identidad de la clase política y empresarial; la academia, las organizaciones de la sociedad civil y los sindicatos, por mencionar algunos ejemplos de actores colectivos, se han diluido y desnaturalizado, todo ello en perjuicio de nuestro tejido social.

Sumado al indeseable clima de polarización nacional, merced a diversas prácticas, decisiones y eventos desafortunados, nuestro estado ha llegado a una situación límite de gobernabilidad y un penoso ambiente de tensión social a los que tenemos que enfrentar con talento, generosidad y visión de largo plazo, facilitando los consensos para incluir y nunca más para dividir.

Las mujeres y hombres que damos diversidad y sentido a la sociedad de Puebla, con las particularidades y circunstancias de cada caso; ya sea que formemos parte del Gobierno, del Mercado o de la Sociedad Civil, tenemos en frente una afortunada coyuntura político - social, digna de ser tomada en cuenta.

Me refiero a la designación, sin ningún voto en contra, por parte de LX Legislatura del Honorable Congreso del Estado, de un Gobernador interino que habrá de proveer una transición hacia la plena gobernabilidad política, situación que, definitivamente, puede ser un magnífico punto de partida para construir nuestro nuevo contrato social.

La existencia de un nivel de negociación y consenso, lo suficientemente altos para no albergar ningún disenso al interior del Poder Legislativo a fin de dotar a Puebla de un Titular del Ejecutivo Local, es una prueba fehaciente de la voluntad política que tenemos los poblanos por devolver la paz y la tranquilidad a la sociedad en su conjunto.

En este orden de ideas, es deseable que nos demos la oportunidad de aprovechar la coyuntura que ahora vivimos, poniéndonos de acuerdo para establecer un nuevo diseño legal e institucional (eventualmente, también habría que explorar lo constitucional).

Lo anterior implica que, entre todos, favorezcamos una mejor y mayor generación de capital humano y un fortalecimiento de las capacidades de emprendimiento y productividad de las personas, así como una restauración de la vigencia del Estado de Derecho, con pleno respeto por los Derechos Humanos y las Libertades Fundamentales: ahí las vertientes de nuestro Nuevo Contrato Social.

Por ahora, la acción de Gobierno, por cuanto a la labor de diálogo, concertación y gobernabilidad política, habrá de ser de puertas abiertas, mediante políticas públicas bien diseñadas; atravesadas por los criterios de equidad, austeridad, rendición de cuentas, transparencia; combate a la corrupción y un alto sentido de legalidad e inclusión, para servir a más personas en lo político, económico y social.

Vamos a ampliar y multiplicar los puentes de negociación y entendimiento con mercado y sociedad, a fin que juntos alcancemos el bienestar, la prosperidad y felicidad que Puebla y sus habitantes nos merecemos.

Opinion para Interiores: 

Anteriores

Fernando Manzanilla Prieto

Soy Fernando Manzanilla Prieto, desde hace 20 años la vida me ha dado el privilegio de servir a las familias poblanas. Mi mayor anhelo es que a mí Estado le vaya bien.