México: sus errores diplomáticos y sus retos a futuro

  • Laura Carreto Tirado
Se trata de una relación histórica sin embargo este vínculo se ha centralizado

Desde la firma del Tratado de Libre Comercio con América del Norte en 1994, el gobierno mexicano erróneamente ha priorizado la relación diplomática con Estados Unidos. Se trata de una relación histórica sin embargo este vínculo se ha centralizado, gracias a la visión neoliberal de los ex presidentes priistas y panistas, quienes han sometido al comercio exterior a una fuerte dependencia al país del norte.

A pesar de la prioridad en la relación con Estados Unidos, los gobiernos mexicanos han olvidado a los compatriotas indocumentados, que han tenido que sortear las políticas anti inmigrantes federales y estatales, las cuales tuvieron un auge después del atentado del 11 de septiembre, donde se reforzaron los sentimientos nacionalistas y racistas.  Actualmente este comportamiento ha vuelto a resurgir gracias a Donald Trump, quien a través su discurso ha estereotipado a los mexicanos y a los migrantes en general, dando paso a la intolerancia y al racismo.

Durante el gobierno de Vicente Fox, en el año 2002, pasamos por una crisis diplomática con Cuba por cuidar las relaciones con Estados Unidos. En la Cumbre Extraordinaria de las Américas celebrada en Monterrey, Vicente Fox le dijo al fallecido líder cubano Fidel Castro: -“comes y te vas”- para evitar que se encontrara con su enemigo: el ex presidente de EE.UU: George W. Bush.

Jeffrey Davidow, el ex embajador de Estados Unidos en México durante parte del periodo foxista, escribió en su libro “El oso y el puercoespín” que después del atentado del 11 de septiembre: “el gobierno mexicano se tardó en darle el pésame a Estados Unidos”, un  grave error, más aun teniendo en cuenta que Fox anteponía la relación con este país.

En la época Calderonista la agenda fue trazada por Estados Unidos, haciendo hincapié en el tema de seguridad. El gobierno de Estados Unidos le dio al gobierno de México 1 mil, 900 millones de dólares para combatir el narcotráfico, 21 aeronaves, y capacitación a 5 mil oficiales penitenciarios. A pesar de estas ayudas, al gobierno de Felipe Calderón se le salió de las manos esta guerra y nuestro país se convirtió en un campo de disputa entre carteles.  

Quizá el tema más polémico durante su administración fue el “Programa Rápido y Furioso” (2009-2010), nuevamente una cooperación bilateral entre EE.UU y México que tenía como meta capturar a los narcotraficantes a través de la entrada a México de dos mil armas, con el fin de localizar a los delincuentes a través de chips instalados dentro de las mismas, sin embargo se les perdió la pista y no se supo de ellas; estas armas llegaron a manos equivocadas.

La etapa diplomática en la administración de Peña Nieto, ha sido marcada también por ineficacia sobre todo en la defensa de la dignidad del pueblo mexicano. En 2015 el entonces candidato a la presidencia de EE.UU: Donald Trump quien había ofendido abiertamente a los mexicanos y que nos hacia la advertencia de que pagaríamos por el muro, fue invitado por el presidente Peña Nieto y el secretario de Relaciones Exteriores  Luis Videgaray.  El error fue de ambas partes al convocarlo, pero durante el encuentro –en una rueda de prensa dada por Trump y EPN−, se esperaba que el presidente Peña Nieto saliera enérgicamente a defender al país, sin embargo su papel fue de sumisión. El trato que se le dio a Donald Trump era como si se tratara del presidente, cuando ni siquiera había sido elegido. La invitación parecía desbancar o minimizar a Hillary Clinton, quien posteriormente rechazó la convocatoria por parte del gobierno mexicano, tal vez por la condecorada visita a su adversario.

Así como Fox creó rencillas con Cuba, Videgaray las trazó con Venezuela, pues declaró en un foro internacional que Maduro transformó a esta nación “en un país que había dejado de ser una democracia funcional” con rasgos “francamente autoritarios” y “que el estallido de la crisis en el país del sur era algo tremendamente peligroso para la región”. La canciller de Venezuela, Delcy Rodríguez, repudió las declaraciones y reviró diciendo “que el narcotráfico, el asesinato de periodistas y problemas sociales convierten a México en uno de los países más peligrosos del mundo” (Proceso, 2018).

Durante la campaña presidencial de 2018 con la intención de desprestigiar a MORENA, los candidatos del PRI y PAN comparaban a AMLO con Maduro, a través de comerciales y llamadas telefónicas advertían que si la gente votaba por Andrés Manuel López Obrador, la situación de México sería similar a la de Venezuela.

Una de las deudas históricas es con los países centroamericanos por el trato que se les da a sus connacionales a su paso por nuestro país. Los migrantes salen huyendo de la violencia que azotan sus naciones y se enfrentan en nuestro territorio con autoridades abusivas. Por presiones de las autoridades estadunidenses el gobierno mexicano ha tratado de frenar la migración centroamericana pero lo ha hecho de manera autoritaria y sin tomar en cuenta los derechos humanos. Es necesario que el próximo gobierno plantee una nueva política migratoria, con mayor capacitación a los agentes de migración para evitar estas prácticas excesivas.

El error más grande de todas las administraciones desde Carlos Salinas de Gortari, ha sido monopolizar y priorizar las relaciones diplomáticas y comerciales con Estados Unidos. Perdiendo el liderazgo latinoamericano, México dejó de ser el hermano mayor de la región para rogar la aceptación del vecino del norte.

A sólo unos días después de que el INE lo declarará ganador, Andrés Manuel López Obrador, el presidente electo, ya designó a quien será el próximo Secretario de Relaciones Exteriores: Marcelo Ebrard, quien estudió Relaciones Internacionales en el Colegio de México. Los retos para este próximo gobierno serán: saber diversificar las relaciones diplomáticas con el exterior, ya que el haber antepuesto la relación México-Estados Unidos, ha traído consecuencias graves con los países de Latinoamérica especialmente. En este sentido es necesario crear las políticas migratorias adecuadas para que no se sigan violando los derechos humanos de los centroamericanos. Hacer “las paces” con la región hermana y tener como prioridad la relación con estos países, ya que los gobiernos anteriores fueron hostiles con Cuba y Venezuela.

Como lo declaró AMLO en campaña: la mejor política exterior es de un país fortalecido interiormente, es así que se comprometió a crear las bases económicas necesarias para que los mexicanos no tengan que salir del país en busca de mejores oportunidades.

Y para los migrantes que viven en EE.UU, el próximo presidente ha dicho que su compromiso es brindarles mayor respaldo jurídico a través de las procuradurías de la defensa de los migrantes, que, actualmente son los consulados y que se transformarán para especializarse en el tema.

El mayor  reto será que la relación con Estados Unidos sea contraria a la que ha sido en el gobierno de Peña Nieto, es decir que esté basada en la equidad y en el respeto.

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Laura Carreto Tirado

Licenciada en Relaciones Internacionales, Maestra en Ciencias Políticas ambos grados por la BUAP. Especializada en temas migratorios y en la Relación México-Estados Unidos. Ha investigado y escrito al respecto en libros y revistas