Sin querer ser pesimista o alarmista, quiero comentarles  hechos que académicamente  pronostiqué hace más de 20 años y que compartía con mis alumnos de Finanzas Públicas en posgrados de universidades públicas y privadas donde impartí clases y era a través de un ensayo, que en aquella época escribí y que  ahora está ya desactualizado porque el tiempo me alcanzó, pero que en ese momento era vigente y que llamé “El México que se nos fue y el México que se nos viene.”

Seguro si tengo la fortuna de que alguno de mis alumnos lea esta columna, lo recordará, sin identificar en ese momento, al  personaje. Narraba yo que de no corregir el rumbo de nuestro país y de continuar el deterioro del nivel de vida general de los mexicanos, iba a llegar al poder alguien de corte populista y de tendencias comunistas,  que ganaría la elección en forma contundente debido al hartazgo de la mayoría de la gente, por el evidente fracaso de los tecnócratas que han mal dirigido al país.

Y el tiempo nos alcanzó. Las cosas no mejoraron y llegó Andrés Manuel López Obrador que ha estado cocinando ya por 12 años ininterrumpidos, su llegada a la presidencia de México y le ha dado buena lectura al deseo de un desquite o cambio de rumbo al manejo de la economía de nuestro país;  el pésimo nivel de vida de la gran mayoría de los mexicanos,  ha cultivado un enorme resentimiento social y según López Obrador, los culpables de esta situación tan delicada, son a los que se les ha llamado La mafia del poder, los que ya han sido identificados por él, con nombres y apellidos. También ha sembrado desprecio hacia la clase empresarial  a los que llama Pipiris nais, por lo que los empresarios o son de la Mafia del poder  o son Pipiris nais.

Él habla que no habrá venganza, sino justicia y se siente con la calidad moral para determinar la aplicación de su justicia y en nombre de la misma, vendrán una serie de persecuciones con el apoyo de muchos mexicanos.  Ese resentimiento se ha convertido peligrosamente en odio de muchos  mexicanos hacia otros mexicanos y solo basta ver las redes sociales para confirmar este hecho.

 Hay los defensores de AMLO que se les ha llamado los “Chairos” que perfectamente define en la columna de este lunes 21 de mayo Mario Alberto Mejía. Y  ya escuchábamos a un “Chairo” Paco Ignacio Taibo II, hablar de acciones que se deben de tomar por millones de mexicanos como  tomando las calles para apoyar a su líder o para realizar expropiaciones de empresas que decida Andrés Manuel y que según él, pertenecen a los miembros de la Mafia del poder. No me imagino algunos de estos miembros de esa mafia transitar por las calles de alguna ciudad sin correr peligro de ser agredidos  como ahora ocurre lamentablemente  en algunas poblaciones cuando  los pobladores hacen justicia de propia mano ante la enorme inseguridad que ya se padece. Así de peligrosa es esta polarización.

Ante este momento tan importante a solo días de la elección contemporánea más importante del país, la sociedad se ha polarizado; muchos ven bien la llegada de Andrés Manuel a la presidencia de México y otros muchos no la ven bien y se han generado discusiones que han enemistado a muchos contra otros y éso no es lo óptimo en un país tan desigual como el nuestro.

Esta polarización la ha incentivado Andrés Manuel al descalificar a sus oponentes con calificativos o sobre nombres como Ricky Rikón Canalla, en pleno segundo debate ante la atención de millones de mexicanos. Aunque sus seguidores no solo lo justifican sino lo aplauden. Y se lo decimos a Andrés Manuel, nunca un pueblo dividido logra los mejores resultados para lograr el bienestar social.

Seremos testigos de algo único e irrepetible y tendremos la oportunidad de elegir el rumbo que tomará México hacia el futuro.