González Oropeza en Tehuacán: de la Mora

  • Atilio Peralta Merino
Oriundo de la Ciudad de Tehuacán representó a Nueva España en Bayona

En la antigua “ciudad de las granadas” se verificó en fechas recientes la conferencia de Manuel González Oropeza, hasta hace muy poco tiempo magistrado de la sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, quien disertó en la ocasión sobre la representación en las “Cortes de Bayona” de José Joaquín de la Mora.

Oriundo de la Ciudad de Tehuacán representó a Nueva España en Bayona, sin mediar elección popular como al efecto reseñó en la ocasión González Oropeza, aun cuando, al igual que en la designación de la representación política pocos años después en las “Cortes de Cádiz”, habría habido, según alcance a dilucidar de la exposición referida, sondeos por “parroquia” y por “provincia”.

El proceso mismo de conformación de la asamblea convocado bajo los auspicios bonapartistas, ha sido materia de un enorme descuido por parte de nuestros estudiosos dela “Historia Política” y del “Derecho Público”, vacío que empieza a cubrirse gracias a los estudios de González Oropeza, quién no sólo se referiría en la ocasión a José Joaquín de la Mora, sino que, con peculiar delicadeza abordaría la presencia en Bayona de Lardizabal, el célebre autor del capítulo criminal concerniente a la “Novísima Recopilación de Leyes de Castilla”

Aclarando por supuesto, que éste, a diferencia del personaje oriundo de Tehuacán, no representaba a los reinos americanos, sino al “Consejo de Castilla” en el que desplegaría su erudición en la materia criminalística que le parangona, con justo mérito, al celebre autor del “Tratado de los Celitos y de las Penas” Cesar Becaria, y cuya Doctrina fuera materia de alguno de los episodios centrales de la novela de José Joaquín Fernández de Lizardi, el célebre “Periquillo Sarniento”.

Las “Cortes de Bayona”, convocadas para legitimar la entronización en el trono de España de José Bonaparte, constituyen un hito en el constitucionalismo europeo, cuyo desenvolvimiento se suscita con posterioridad a la promulgación de la “Constitución de Filadelfia”: “el documento más importante en la historia política del mundo” habría afirmado Emanuel Kant en los “Principios Metafísicos de la Doctrina del Derecho”; ejerciendo una notable influencia sobre la asamblea de Cádiz bajo los lineamientos de la “Declaración de Derechos” expedida por la asamblea revolucionaria de Francia, y cuyos alcances se perciben en América y en México en particular hasta nuestros días.

Por lo que hace al personaje objeto de la disertación de cuenta, en lo específico, así como por lo que hace al bastante más conocido Lardizabal, valdría bien la pena relacionar la biografía de ambos con algunos de los personajes reseñados en el segundo tomo de la célebre obra de don Marcelino Menéndez y Pelayo: “La Historia de los Heterodoxos Españoles”, siendo digno de destacarse al respecto el carácter indiano de Lardizabal a quién el ex magistrado Manuel González Oropeza identifica como oriundo de Tlaxcala, aun cuando, hasta donde tengo entendido lo era de San Martín Texmelucan, lo cual , en realidad y entrando a en profundidad, no ofrece en realidad mayor controversia, ya que, en la época”, san Martín estaba adscrito a la jurisdicción de intendencia de “la niña de azúcar” de don Miguel N; Lira.

 

Organizada por Antonio Tenorio Adame  bajo el auspicios de diversas instituciones de índole cultural de la Ciudad de Tehuacán, la reflexión esgrimida en la ocasión por Manuel González Oropeza se erige en el punto de partida para el estudio y la reflexión profunda sobre unos de los  muchos pasajes y aspectos de nuestra historia política y social, cubiertos por el manto de la indiferencia, la irreflexión y la ignorancia, en un momento en el que los retos que como sociedad nos presenta el panorama de los acontecimientos por venir exige, precisamente, todo lo contrario por parte de los hombre y las mujeres llamados a plantear la soluciones a los retos en ciernes.

 

albertoperalta1963@gmail.com

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Atilio Peralta Merino

De formación jesuita, Abogado por la Escuela Libre de Derecho.

Compañero editorial de Pedro Angel Palou.
Colaborador cercano de José Ángel Conchello y Humberto Hernández Haddad y del constitucionalista Elisur Artega Nava