¿Has sentido que cuando navegas en tu laptop, smartphone o algún dispositivo móvil, los anuncios que te ofrecen son justamente tus intereses?  Esto tiene una sencilla razón, toda tu información que consumes en la web es pública y además es todo un negocio.

Televisoras, mercado libre, Amazon, Netflix, bancos, agencias de viajes, y hasta políticos, han encontrado un fiel aliado en la élite de los dueños del ciberespacio y la información personal, nada más y nada menos que el gigante buscador de Google, el joven socialité Facebook y Don Multimedia Youtube, que además este último es primo del buscador.

Y es que estas tres grandes empresas, concentran la “gran base de datos” que día con día alimentamos al entrar a nuestro correo, ingresar al buscador y dar click en alguna página de nuestro interés, o en la modalidad de la mayor red social, Facebook, quien con su estupendo algoritmo ha logrado identificar cada publicación que compartes, analizando tus gustos, lugares favoritos, red de amigos y estatus, así como Youtube, quien tiene la libertad de imponer la publicidad que quiera para el público que quiera en todos sus videos; a todo este permanente flujo de información en conjunto, se le conoce como la Big data.

Bien dicen por ahí que la información es poder, y claro que lo es cuando se trata de controlar lo que la sociedad debe de consumir, ya que con esta gran base de datos, las tendencias se manejan a conveniencia del mejor postor, clientes como los que mencionamos al inicio de este artículo, pues lo que buscan es conocer cómo vender mejor una idea, un producto, un servicio, o cualquier cosa consumible para el ser humano.

Políticos, que van a querer conocer su popularidad y simpatía con el votante a través de la opinión social. Netflix, que día con día innueva en mejores y exitosas series debido al gran conocimiento de lo que su público está consumiendo. Mercado Libre, que cada vez que ingresas a una página de internet, te arroja anuncios de las posibles cosas que podrías comprar de acuerdo al peso de tu cartera, tu clase económica y hasta tu tipo orientación sexual. Y hasta las instituciones bancarias que conociendo todo tu historial, o te mandan un sin fin de correos para promoverte préstamos o para localizarte y cobrarte de la manera más vil.

La venta de carteras de clientes y la estratificación de públicos, es el pan que cada día ofrece la élite de la información. Se nos dice que leamos las letras chiquitas del acuerdo y conformidad antes de pertenecer a algún sitio web, pero se nos hace más fácil no leerlas y regalar nuestros datos personales a quien mejor les pueda dar uso, mucho de esto a causa de la indiferencia de la sociedad por salvaguardar sus derechos.

El mayor problema es que la privacidad de nuestra información ha quedado por los suelos, al grado de que ya no somos dueños de esta, y en donde otros la aprovechan para beneficiar al viciado sistema de la Big Data. Sin embargo, la reflexión que tenemos aquí, es posible que solo la logremos entender cualquier generación que no sea la “Z” (nacidos del 2000 en adelante), ya que esta ha nacido con los dispositivos móviles como si fuera otra extensión del cuerpo, y en donde arrojar cualquier tipo de información en la web, se ha convertido en algo muy normal y necesario, cuestión que los deja expuestos y vulnerables ante cualquier amenaza, como el robo de identidad, la extorsión y el secuestro.

Instituciones de inteligencia a nivel mundial, usan estos buscadores como parte de un curso básico en el manejo de la información y su debida explotación, no en vano todos los cursos  gratuitos que las propias compañías brindan para eficientar su uso. Así que la próxima vez que te sientas con la seguridad de que tus datos personales que has capturado en internet están protegidos, piénsalo dos veces ya que te puedes convertir en un blanco para cualquier empresa o maleante.