Cultura del agua, mejor futuro para nuestros hijos (2)

  • Alberto Jiménez Merino
Los enormes desperdicios que implican desequilibrios en el planeta. Conciencia de su valor.

De acuerdo con datos de la Comisión Nacional del Agua(CONAGUA), las regaderas convencionales gastan entre 10 y 23 litros de agua por minuto, las ahorradoras o economizadoras solo de 7 a 10, lo que demuestra que los desperdicios diarios son superiores a 150 litros.

 

En su fundación, la ciudad de México se construyó sobre un lago, y hago mención a ello porque en el territorio mexicano abundaban los ríos cristalinos, manantiales, lagos y lagunas. Tanto en ríos como en mares, había muchos peces y la pesca era abundante en las riberas de los cuerpos de agua.

 

Sin embargo, la población creció y con ello también la demanda del vital líquido; perdimos los bosques que alimentaban los manantiales, se fueron secando las fuentes de agua y empezaron los hundimientos de tierra.

 

En Puebla o Toluca el agua que se extraía a 4 o 5 metros del subsuelo, hoy está a más de 100. En Iztapalapa, en la Ciudad de México, ya hay pozos a 2000 metros de profundidad. Antes el agua se regalaba, cualquiera te daba un vaso de agua, hoy la botella más barata vale 5 pesos.

 

Todo esto es muy preocupante pues únicamente nos ocupamos por abastecernos de agua y nos olvidamos de ella después de ensuciarla, y esta es una de las razones del por qué los ríos cristalinos se convirtieron en ríos sucios, sin vida y con grandes riesgos a la salud de la población.

 

Hoy, varias generaciones de niños y jóvenes solo conocen barrancas llenas de basura y ríos sucios malolientes. La disponibilidad ha disminuido y las necesidades de agua se han incrementado.

 

Los costos de abasto han aumentado y, al mismo tiempo, existen altos niveles de pérdida y desperdicio; las tuberías tienen más de 50 años y esta situación provoca pérdidas cercanas al 50 por ciento de agua potable por fugas; los bajos niveles de pago del servicio de agua, debido a factores como la pobreza y la ausencia de una cultura de pago, provoca que la recaudación no supere el 50 por ciento. De igual forma, la deforestación, la erosión del suelo y la frecuencia de inundaciones en centros poblacionales son, todos, factores que han influido en la disminución en el suministro del vital líquido.

 

Paralelamente, el aumento en la contaminación de ríos y mares se ha incrementado pues, actualmente, existen islas de basura de casi 8 millones de kilómetros cuadrados en los océanos y además se dice que hay cerca de 1 kilogramo de plástico por cada 5 de peces.

 

Asimismo, y como resultado en el decremento de los niveles de abasto de agua, ya tenemos problemas de gobernabilidad y convivencia social.

 

El resultado también puede observarse en el cambio climático, en los fenómenos meteorológicos más intensos así como en las afectaciones, cada vez mayores, ocasionadas por los desastres naturales.

 

El nivel de tratamiento y re utilización de aguas residuales es muy reducido; la infraestructura instalada para tratamiento es de 63 por ciento, pero la mitad no funciona; hay más de 100 acuíferos sobre explotados y ríos con grandes problemas de contaminación. Aunado a ello, los desperdicios de agua en el riego agrícola alcanzan el 50 por ciento de lo suministrado y la aparición de plagas en cuerpos de agua contaminados, como la invasión de plantas acuáticas y moscos en las zonas aledañas, son factores que también influyen en los niveles y calidad del agua

 

Por todo lo anterior, los niños, jóvenes y la población en general deben saber que cada acción que implementemos en casa para cuidar el agua, significa ahorrar un promedio de mil litros anualmente y que, los únicos responsables somos cada uno de nosotros. 

 

Es por ello que integrar un Manual Básico sobre Cultura del Agua, con información útil, que ayude a la población, especialmente a los niños y jóvenes, a crear conciencia sobre la importancia del agua, su aprovechamiento, manejo y cuidado es algo impostergable.

 

La inclusión de la Cultura y Cuidado del Agua en los contenidos del Sistema Educativo Básico Nacional, también es necesaria, y, en particular, promover su inclusión en los contenidos del Sistema Educativo Básico del Estado de Puebla.

 

 

“Seguramente todo lo que haga sea insignificante, pero es muy importante que lo haga”. 

M. Gandhi

 

[El autor es director de la Comisión Nacional del Agua en Puebla]

 

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Alberto Jiménez Merino

Ingeniero Agrónomo. Exrector de la Universidad Chapingo. Trabajó como secretario en 3 administraciones estatales. Consultor FAO. Tiene 3 Doctorados Honoris Causa y 15 libros escritos. Candidato del PRI a la gubernatura 2019.