Las Fuerzas Armadas, deber y tradición

  • Ricardo Velázquez Cruz
Su tarea es proteger a la nación, su soberanía, contra todo aquello que atenta contra su integridad.

Nuestra Constitución Política, como ley suprema de nuestro país, define dos preceptos contenidos en los artículos 39 y 35, como prerrogativas de los ciudadanos, describiendo la toma de armas en el ejército para la defensa de la República y sus Instituciones, estableciendo que la soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo. Por ello, todo poder público proviene del pueblo y se instituye para beneficio del mismo, en consecuencia lógica las Fuerzas Armadas en general no tienen mayor objetivo que aquel.

Así nace la estructura de las Fuerzas Armadas para asegurar el  mantenimiento y defensa del Estado. Es en los artículos 13 y al 123 apartado B, fracción XIII de nuestra Carta Magna donde  se establece que el propio orden jurídico supremo hace la diferenciación en materia de garantías laborales frente a otros trabajadores de los integrantes de las Fuerzas Armadas, por ser los responsables de la protección de bienes jurídicos superiores. Las Fuerzas Armadas tienen un sustento constitucional para su régimen; mismo que les da la especialización.

Existen otros rubros constitucionales de este tema en los siguientes artículos: 10, 13, 16, 22, 29, 31, 35, 39, 123 y 129; todos ellos mencionan deberes y misiones, actividades, límites, diferenciaciones y consecuencias de la función de las Fuerzas Armadas, de ellos se derivan leyes reglamentarias y ordenamientos secundarios de acuerdo a la propia jerarquía de las Leyes.

El Ejército se funda, además de su actividad principal, en valores éticos que hacen posible su existencia y organización; mismos que distinguen e identifican a sus miembros. Estas características morales estructuran su origen, su historia y su realidad actual, motivo por el cual el sistema militar es muy rígido, buscando siempre la preservación de la disciplina militar, ya que la actitud de sus hombres es la trascendencia en el Ejército, ejemplo de virtudes militares.

En los tiempos actuales los fines del Ejército se encaminan hacia la defensa, y la labor se da, en nuestro país, en forma primordial en auxilio de las autoridades y población civil en caso de desastres naturales. La naturaleza ha atacado con especial empeño los litorales de nuestro país, esos temporales han dejado indefensos y necesitados a muchos ciudadanos, y la presencia de la fuerza militar con apoyo en remoción de escombros, reconstrucción y cuidado de la salud de la gente en estado de necesidad ha sido invaluable.

No con menor importancia, se encuentra el apoyo táctico de las fuerzas armadas contra los actos violentos, el narcotráfico, el robo de hidrocarburos y las peleas entre cárteles que han provocado ambientes de inseguridad; sin embargo, la presencia militar en aquellos sitios restaura el equilibrio y la paz social. Es por ello que podemos válidamente afirmar que las Fuerzas Armadas son organismos profesionales y permanentes, cuya misión es proteger a la Nación y, en su caso, proteger y ayudar a la población civil, a fin de mantener la seguridad interior, lo que deriva en una estabilidad económica y social en beneficio de todos.

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Ricardo Velázquez Cruz

Es abogado notario y actuario egresado BUAP. Diplomado en Análisis Político Escuela Libre de Ciencias Políticas de Puebla. Especialidad en Derecho Agrario UNAM; Maestría en Derecho Constitucional y en Juicio de Amparo UAT.