En memoria del joven maestro Francisco Toledo

  • Ricardo Velázquez Cruz
Singular, enemigo de las fiestas y de perder el tiempo.

Hace algunos días murió mi entrañable amigo Francisco Toledo, artista mítico, defensor de lo originario, amigo de la amistad, benefactor de Juchitán y tantas otras comunidades. Enemigo de Juárez desde que supo que este había mandado a quemar el caserío de los juchitecos, detestaba a algunas transnacionales que quieren introducir los transgénicos al México, así también de los gobiernos pasados de Oaxaca que intentaron infructuosamente modificar el cerro del Chapulín donde se celebra la Guelaguetza.

Compartimos muchos sueños, pláticas, luchas imaginarias contra los demonios de la mente.

Algunas veces le presenté a otros amigos como a mi hermana Angelina Peralta, representante de muchos intelectuales del mundo, a Savater, mi otro hermano medio vivo y medio muerto, quien como Ciprian, piensa que “la soledad es como una puta sin esquinas” ; también coincidimos con Andrés Openhaimer, el gran periodista y escritor mundial, con el Juez Garzón y con la excelente cantante y ahora senadora de la República Susana Harp,  fueron muchos los amigos y las tertulias.

Toledo como todo artista era singular, enemigo de las fiestas y de perder el tiempo, fue muy generoso conmigo y con algunos otros de sus amigos como Bustamante, dueño de un excelente hotel oaxaqueño “ El Azul,” en ese lugar se fotografió con un atuendo de tehuana, compartimos risas y tragos.

Recuerdo que era generoso en la plática y contaba cuando le pagó a la Secretaría de Hacienda con una serie de pinturas de Mierda, cuando se ponía tenso y le decías que eran excelentes sus pinturas decía que no “a esa le falto un pito” . Venían las carcajadas y se relajaba.

Con amistad, hace un año que me regaló unas pinturas para ilustrar un libro que se llamaría “La Nación soy yo” el que por incuria - aunque lo he terminado- no he podido editar e imprimir; otro libro del cual hablamos mucho es “Lo que se de la Ciencia Gracias a Dios “ del cual se reía y pensaba imposible.

Realmente la muerte de los cercanos nos hacen valorar la brevedad de la vida y en cómo la estamos viviendo, Francisco murió de un cáncer que no se trató como debía, Fernando Savater fue intervenido hace algún tiempo. El día que vino a Puebla Jorge Hernández - líder del grupo musical Los Tigres del Norte- cuando estábamos charlando a invitación de una amiga, empezó a sentirse mal hasta que tuvo que ser atendido por un médico.

Escasa una semana antes de su muerte, Tatiana Clouthier se comunicó con ál para la presentación de su libro en Oaxaca, ahora ya no estará.

El día viernes por motivos de trabajo no pude asistir a su sepelio, cuestión que duele y me avergüenza, en la actualidad tengo algunas afecciones y dolencias lo que me hace revalorar mi circunstancia y sobre todo mi vida, es por ello que como un acto de congruencia y amistad he decidido dejar de escribir por un tiempo y dedicarme a cumplir con las promesas hechas a mi amigo.

Del porqué del título, en una ocasión le dije a Toledo: Hola venerable maestro y él me contestó, venerable? Dónde me vez lo viejo; a lo que le contesté: Francisco, mi querido Joven Maestro.

Agradezco a mis tres lectores el tiempo que se han tomado en leer mis artículos
y al Director de este medio tan importante, el que nunca me hayan dictado una línea editorial y el respeto a mi persona. Valoro mucho las muestras de amistad y las vivencias que hemos pasado. Termino diciendo que nada es para siempre y que la dignidad del hombre debe ser principio de coexistencia. Que nada ni nadie puede apresar las ideas.

Dr. Ricardo Velázquez Cruz.

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Ricardo Velázquez Cruz

Es abogado notario y actuario egresado BUAP. Diplomado en Análisis Político Escuela Libre de Ciencias Políticas de Puebla. Especialidad en Derecho Agrario UNAM; Maestría en Derecho Constitucional y en Juicio de Amparo UAT.