“El 70%  de la biodiversidad en el océano,

depende de los arrecifes de coral”

Fabien Cousteau

Casi siempre mis principales destinos de viaje son las playas, amo estar en contacto con la brisa del mar, el sabor del agua salada, el rumor de las olas que vienen y van, los hermosos atardeceres o amaneceres que nos brinda la naturaleza, la algarabía de las aves marinas, el placer de sentir en las plantas de los pies los miles de granitos de roca que se desplazan  con  el ir  y venir del oleaje,  observar a los cangrejos que corren de un hoyo al otro , sentir en la piel las caricias del sol,  recoger conchitas en las orillas, etc.

Varias veces he practicado snorkel y buceado en el mar y me he maravillado de lo que debajo de la superficie se despliega con todo su colorido,  movimiento y belleza, tanto  vegetal como  animal.

Me ha sorprendido cómo cada vez hay menos naturaleza en los lugares en los que tradicionalmente existían corales y diversas plantas y animales, cada vez he tenido que ir más y más lejos para poder seguir viendo las  maravillas del mundo marino.

Estaba convencida que la depredación de la raza humana estaba logrando que elimináramos todo ese esplendor:   la basura, los desechos humanos  e industriales, la pesca de arrastre etc., pero nunca pensé que también el calentamiento global afectaría seriamente uno de los primeros y principales elementos del ecosistema marino: los corales.

Últimamente las lluvias torrenciales, que los especialistas han calificado como  atípicas en diversas partes del mundo incluyendo México, nos están permitiendo reflexionar en  lo que está ocasionando la pérdida masiva de los árboles en la tierra, pero poco sabemos lo que está sucediendo en el mar.

En los años recientes, la temperatura del agua del mar se ha estado incrementando, lo que está afectando a muchas especies marinas y provocando el emblanquecimiento de los corales .

Impresionantes extensiones de barreras de coral se están volviendo blancas, lo que es notorio cuando buceas  o practicas snorkel,  antes impresionaba el colorido de los corales, de los peces y los otros seres que habitualmente estaban viviendo entre ellos, pero ahora, cada vez menos los puedes encontrar.

Los especialistas en corales han descubierto que están blancos porque se están muriendo y poco a poco se podrán volver  esqueletos calcáreos sin vida porque pierden su capacidad de regeneración y de reproducción, lo que es grave dado que son alimento y hospedaje para muchas más especies al formar  parte de su cadena alimenticia.

Es triste y preocupante que esto suceda y mientras muchos expresan que el calentamiento global es solo un pretexto, el aumento de dos grados centígrados o más de calor en todo el planeta y especialmente en el mar, está provocando serias consecuencias.

Las predicciones científicas indican que si esto se sigue incrementando de la misma forma  y no hacemos nada, en veinticinco años ya no existirán más corales en los mares lo que repercutirá en la vida vegetal, animal y humana también.

Intentemos entonces hacer algo por nuestro planeta y educar a las nuevas generaciones. Es verano y muchas personas irán de vacaciones al mar, pueden evitar usar  bloqueadores y cremas solares que contengan  oxibenzona y octinoxanato;   no comprar coral ni como artesanía ni en collares, ni aretes ni tampoco cremas “mágicas” con base de coral; si practican snorkel o buceo es importante  no lastimarlos y menos destruirlos; no orinar o defecar en el mar  también es necesario  así como no caminar sobre los corales u otros seres vivos marinos.

Promovamos además que  no se realice pesca de arrastre  de grandes dimensiones y que se evite   la contaminación de los mares por actividades recreativas, en fin, lo poco o mucho que tengamos a nuestro alcance para contribuir con un granito de arena para evitar su extinción.