El Canelo y Toño, resiliencia empresarial

  • Juan Enrique Huerta Wong
Comenzar desde abajo prepara mejor para la competencia. Movilidad ascendente

¿Qué pueden tener en común Saúl Canelo Álvarez y Toño, como es llamado el empresario vendedor de pozole más exitoso de la Ciudad de México?

Hace unas semanas, tuvo lugar la pelea entre Saúl Canelo Álvarez y Julito César, El Chavecito. Todo el mundo fue testigo de cómo Chavecito se embolsó entre 5 y 10 millones de dólares (nadie parece saber exactamente cuánto fue) por dejarse golpear como costal.

Publiqué un twitter (@huertawong) que decía que Saúl Canelo Álvarez, como sujeto de movilidad ascendente, tenía más oportunidades que El Chavecito. Algún lector me preguntó que qué quería decir.

Quiero decir que si una persona o una empresa ha llegado hasta la cumbre y compite en igualdad contra alguien que ha nacido arriba, particularmente cuando se trata de una competencia física, la posibilidad de ganar es mucho mayor.

Movilidad ascendente significa la posibilidad de vivir mejor que los padres, y avanzar al mismo tiempo en la posición relativa que se tiene con otras personas en la misma generación.

México es un país donde esta posibilidad es muy baja. Hemos construido un país que brinda más oportunidades siempre a las mismas personas, y hemos aprendido que eso es lo natural.

Significa que si una persona va ascendiendo, tiene que vencer muchas barreras en ese ascenso. Por eso resulta relevante la capacidad de sobreponerse a los retos y fracasos que todos enfrentamos, individuos y organizaciones, diariamente.

Así que cuando alguien llegó a la cumbre, ha tenido que vencer mucho más que alguien que nació arriba. Es muy probable que seas más resiliente si empezaste en pequeños torneos regionales y de ahí fuiste ascendiendo hasta Las Vegas, como El Canelo, a que tu papá haya comprado para ti una posición en los deportes.

El rol de la resiliencia y el éxito profesional se sostiene también en el mundo empresarial. La estabilidad emocional de los emprendedores y ejecutivos resulta sumamente importante. El lector habrá comido alguna vez en La Casa de Toño, por citar uno de los muchos emprendedores exitosos en la Ciudad de México.

En 1983, Toño inició su negocio, con su mamá y su abuela, en un zaguán de la Colonia Clavería. Como todos los emprendedores sabemos, hace falta mucho más que un buen plato de pozole para tener éxito. Hay que reponerse a malas épocas, a la presión policiaca, a los impuestos, a la nómina. A las vacas flacas. El emprendedor debe darle buena cara al mal tiempo.

¿Es puramente anecdótico lo que aquí cuento? No en realidad. Contamos con información de la Red de Estudios Latinoamericanos en Administración y Negocios. Relayn cuenta con grandes bases de datos que permiten comparar empresas que aún operan, con aquellas que tuvieron que cerrar sus puertas por alguna razón.

Análisis con estas bases de datos, aún no publicados, indican que una diferencia sustancial radica en el control emocional, o resiliencia psicológica, de los gerentes de las empresas exitosas del estudio. Los gerentes de las empresas exitosas cuentan con puntajes mayores de control emocional, estadísticamente significativos, que los gerentes de empresas que fracasaron.

De modo que la próxima vez que usted vea que un gerente alza la voz frente a sus subordinados, es probable que esté viendo una empresa con alta probabilidad de perecer.

[El autor es profesor de Planeación estratégica en la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla en donde coordina la Cátedra Manuel Espinosa Yglesias. Es también miembro del programa de movilidad social en el Centro de Estudios Espinosa Yglesias].

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Juan Enrique Huerta Wong

Profesor de Estrategia en Posgrados UPAEP. Soy miembro del consejo permanente del Programa de Movilidad Social, del Centro de Estudios Espinosa Yglesias. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores