¿Para que usamos el dinero?

  • Nyx Diahann Sánchez Fierro
Gastos aparentes. Se compran cosas superfluas o innecesarias. Deseos de sobresalir

El dinero se usa para cubrir gastos en la mayoría de los casos, pero, en realidad ¿son gastos necesarios o solo son apariencias? Se considera gasto necesario a lo que satisface las principales necesidades de un ser humano y esto se valora de acuerdo al grado de importancia. No todo es útil cuando no se cuenta con el dinero, la ostentosidad engrandece a las mentes escasas; los gastos desmedidos, las deudas, entre otras cosas son el reflejo de la necesidad que las personas tienen por sobresalir. Si se hiciera una valoración y se analizara ¿cuánto se debe de lo que se tiene? o bien, ¿cuánto de lo que se tiene es productivo?, apreciariamos que vivimos situados en incongruencias; no es “tener mucho” lo que forma un mejor ser humano, sino la estabilidad que se tiene  al vivir cómodamente, sin preocupaciones ni excesos; ni “dar desmedidamente” sino enfocarse con lo que se tiene al alcance.

Psicológicamente, los gastos que cada persona adquiere, refleja las carencias que se han tenido y la necesidad de cubrirlas, el dinero permite tener (comprar) cosas materiales y lo material genera poder; pero es un poder sin fundamentos, lo recomendable es adaptarse al entorno al que se pertenece y no precisamente bajo la idea de carencia o conformidad, sino como  base para trabajar más, invertir más, emprender más, enfocándose al crecimiento financiero y no a la deuda.

El dinero es una de las preocupaciones más potentes del ser humano y que se magnifica de acuerdo a las circunstancias, desde algo realmente necesario como gastos médicos, consumo de alimentos o educación hasta banalidades como poseer dos o tres autos, pago de colegiaturas excesivas, vestimenta cara, etc. ya que se cree que lo caro da una mejor posición social.

Los expertos sugieren que los gastos que se adquieren deben de ser proporcionales con el ingreso que se percibe de lo contrario se vive en deuda, pidiendo prestamos, en casas de empeño o pagando tarjetas de crédito innecesariamente.

No es lo que se posee lo que da valor a una persona, sino la capacidad que se tiene para adquirir bienes.

¿Cuáles son los límites de una persona? Es decir, una vez cumpliendo los ideales económicos o materiales ¿qué sigue? Un común de la población bajo estas circunstancias se centra en adquirir más, si tienen un auto o una casa ahora serán dos, si tenían una educación modesta ahora buscaran una educación en apariencia más elevada, pero ¿qué debería de ser lo correcto?  La lógica señala que si los ingresos aumentan, los gastos también pueden aumentar y ser cubiertos y así sucesivamente; la lógica del don manifiesta cierta generosidad, consiste en compartir lo que se tiene, ser reciproco, preocuparse por el otro, sin embargo la mayoría se centra en el poder adquisitivo, sin darse cuenta que es esto lo que los está limitando a crecer económicamente.

Thorstein Veblen, economista y crítico social (1857-1929), explicó a través de la teoría de la clase ociosa la visión que tienen las nuevas sociedades opulentas que surgieron como consecuencia de la revolución industrial; esta teoría analiza los mecanismos que llevan a la clase social a apropiarse del ocio y entregarse al consumo exacerbado con el único enfoque de la reproducción económica y simbólica. Por ejemplo, una impresión que se tiene de una persona que tiene dos autos de manera inmediata es de poderío, sin embargo, si se hace un análisis crítico, (a menos que los dos autos sean rentables y favorezcan la producción económica), se están generando gastos innecesarios y en lugar de enfocarse a lo productivo los gastos aumentan: pago de seguro, tenencia, servicio, mantenimiento, etc y esto refleja “ociosidad, acaparamiento, ostentosidad” pero nunca grandeza ni productividad.

Es necesario distinguir ¿en qué se gasta el dinero? ¿Mi vida es reflejo de productividad u ociosidad? ¿En realidad son útiles los gastos de los que soy parte? Es importante considerar que el tema del ahorro o de inversión no debe darse en caso de necesidad o urgencia, sino como parte de las prioridades personales. Pocas personas invierten en estudio o preparación ¿a qué se debe? A que esto no se nota, no es algo tangible que a distancia se refleje, es más practico invertir en ropa, cosméticos y artículos de belleza que en la salud ¿Por qué? Por la misma razón.

¡Dejemos de caer en la ociosidad! ¡Engrandezcamos nuestra capacidad de saber gastar el dinero!

Bibliografía

Torralba, F. (2012). La lógica del don y la construcción de lo social.

Veblen, T. (2004) Teoría de la clase ociosa. Editorial: Alianza. España.

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Nyx Diahann Sánchez Fierro

Licenciada en Psicología Social UAT. De 2011 a la actualidad se ocupa en la labor docente en distintos niveles educativos, debido a esta trayectoria estudio la maestría en Pedagogía en la UPAEP