Ver la ciudad de México como una mega concentración urbana es una visión parcial. Ese gigante urbano tiene alma, almas  en plural. La mirada curiosa, escrutadora, atenta, encuentra cientos, quizá miles de rincones. En cada uno de ellos hay sentimientos humanos, vidas, historias e historia. Hay arte, hay heroísmo, hay talento, sueños,  hay trabajo, dignidad, esfuerzo creativo que deja huella.

A esas huellas no asomamos un grupo de periodistas para recorrerla de arriba abajo cuatro días. Imposible resumir en unas cuantas cuartillas todo lo visto, lo vivido, lo saboreado. Miles y miles de rostros por doquier. Una ciudad que late intensamente. Que vive la inercia de una gran urbe, pero que tiene espacios para todo. Para todos.

Y parte de ese todo es el Centro Interactivo Futura. Una enorme maqueta que está instalada en la Plaza Vizcaínas. Ahí en la confluencia de San Jerónimo y Aldaco, en pleno centro histórico. Pero no es una maqueta común. Es, en un espacio de 18 metros por 13 metros, el resumen detallado, pormenorizado, de lo que es esta enorme e impresionante ciudad.

De esta maqueta ha dicho The  New York Times: “Uno de los lugares que no puedes dejar de visitar en la ciudad de México”. Apenas hace unos meses se abrió. Es resultado del trabajo, por casi un año, de 70 jóvenes profesionales de la arquitectura y otras ramas de la UNAM y otras universidades.

Son poco más de 230 metros cuadrados que resumen, con mil facetas, datos, cifras, luces e imágenes, este enorme conglomerado. Es como una gigantesca mano extendida, en la que uno lee y mira con asombro, la biografía de la Ciudad de México, CDMX. Con una frase se define así este admirable trabajo: “Un espacio de encuentro entre el pasado, presente y futuro de CDMX”.

No se exagera al decir que prácticamente todas las preguntas en torno a esta ciudad ahí tienen respuestas, con cifras, luces, espacios, dimensiones, demarcaciones. Es el sitio donde viven 9 millones de mexicanos, y siete más de población flotante.

Tiene además una sala interactiva modernísima, una mapoteca, línea del tiempo, y, por si fuera poco, múltiples formas de comparar este gigantesco centro urbano con otros similares del mundo. De mil maneras la maqueta te dice con detalle, dónde estás parado con respecto al mundo. Las cuotas para visitarla van de los 25 a los 100 pesos.

Vale la pena ver eso.

En otro punto del centro histórico, contiguo a La Ciudadela, está la Biblioteca de México, una reserva viva de libros, más de 300 mil en el área general. Registra una visita diaria de entre mil 500 y mil 800 personas y cuenta con todos los adelantos modernos para leer, consultar, copiar, viajar por internet. Es una enorme mina del conocimiento impreso al servicio de la gente.

Ocupa un edificio diseñado especialmente para albergar esa riqueza bibliográfica, con las condiciones ideales de luz y clima para preservarlo. La gente disfruta amplios y bellos espacios para la lectura, el estudio, la consulta y la investigación. Tiene tesoros impresos sólo accesibles para los investigadores, pero posee  algo más, extraordinario, interesante e importante.

Se trata de las bibliotecas personales que donaron a este trascendente recinto notables intelectuales mexicanos: la de José Luis Martínez, con 70 mil libros; la de Antonio Castro Leal, con 50 mil; la de Jaime García Terrés, con 32 mil; la de Carlos Monsiváis con 29 mil; y la de Alí  Chumacero con 28 mil. Son templos portentosos de letra impresa, de ideas en  las que puede abrevar el público de la ciudad de México y de todo el país.

Hemos recorrido también el Museo Franz Mayer, para visitar una estupenda selección de más de cien de las mejores fotografías periodísticas del mundo, la World Press Photo 16, donde se observa la imagen de hombres, mujeres y niños en diversas latitudes del planeta, con el signo de nuestro tiempo marcado en sus rostros, cuerpos y lugares de vida.

Hemos sido invitados a este recorrido varios periodistas de distintas partes del país, a través del Fondo Mixto de Promoción Turística del (ex) Distrito Federal. Hoy la CDMX.

 Los operadores de esta tarea de acercamiento a todos los atractivos de la capital son un grupo de profesionales de alta calidad, entre quienes se incluyen operadores y guías experimentados y con un rasgo común que le da un valor agregado a su tarea (y que facilita y hace gratísima la nuestra): aman a su ciudad, la sienten, la viven con orgullo, y eso hace que tal sentimiento brote y se contagie  ¿por qué no?, y  uno sienta en carne propia  el orgullo de tener una capital del país como esta maravillosa CDMX. 

Seguiremos, con estas crónicas, dando cuenta de nuestros pasos por esos rincones y pasadizos  de la Ciudad de México.

xgt49@yahoo.com.mx

(Para quienes me han preguntado por mi libro “DICHOS Y REFRANES DISFRAZADOS”, está a la venta en el puesto de periódicos del Portal Morelos, frente al Salón de Protocolo, con Doña Mago. Servidos.)