ISIS marca el fin de las naciones como las conocemos

  • Alan Betancourt Torres
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Los hombres hicieron las barcas; pero ellas cobraron alma al tocar el mar, y se han liberado de los hombres.

Si un día los marineros no quisieran navegar más, ellas romperían sus amarras y se irían, salvajes y felices.

Los marineros creen llevarlas, mas son ellas quienes los rigen. Los incitan cuando se adormecen en las costas, hasta que ellos saltan a los puentes.

Gabriela Mistral (Las Barcas, 1927)

La guerra que se está desatando en el mundo contra el Estado Islámico deja en claro que la figura política, económica y social conocida como “nación” ya no será como la conocemos. No sería la primera vez que los humanos cambiamos nuestra estructura de organización por una más funcional, adecuada a las necesidades contemporáneas; en este momento, las naciones se encuentran frente a un enemigo moderno difícil de combatir por su forma de organizarse globalmente y como lo estamos viendo en Europa, su forma de perpetrar ataques terroristas supera las agencias de inteligencia y fuerzas armadas. Ésta organización se autodenominada Estado Islámico o ISIS, es una nueva estructura política que se fortalece de la globalización para lograr sus objetivos, mientras las naciones con poca gobernanza global no logran una defensiva exitosa.

Son muchos los que se han preguntado ¿Qué pasará con las naciones frente a la globalización? ya que como en el poema de Mistral, la globalización es un proceso iniciado por el hombre, sin embargo éste proceso que está amenazando nuestras organizaciones tradicionales, principalmente la organización nacional. Por un lado, las naciones son la organización del poder político y la aceptación cultural de una sociedad, conforman entidades internacionales mejor conocidas como países, los cuales tienen autonomía o soberanía frente a otras naciones; por otro lado, la globalización es el proceso de entrelazamiento de la información, cultura, economía y actualmente de la política, este proceso ve sus límites en la soberanía de las naciones, las cuales aun no deciden fusionarse para mejorar la seguridad, estabilidad política o incrementar las libertades y así entrar de lleno en el proceso de globalización.

Mientras las naciones no evolucionan a un gobierno donde puedan discutir y resolver en conjunto los problemas globales porque esto implicaría vulnerar su soberanía, existen organizaciones como ISIS que aprovechan de la globalización para organizar células en diversas partes del mundo sin que nadie ponga barreras.

Aun no se tiene una cifra real sobre los simpatizantes de ISIS en todo el mundo, pero se sabe mucho de su reclutamiento. Se ha revelado en Estados Unidos y Reino Unido que ISIS busca perfiles específicos, principalmente en Facebook, de adolescentes solitarios o excluidos socialmente, estos jóvenes encuentran pertenencia con los reclutadores que los invitan a conocer la doctrina radical del Islam, son invitados a reuniones para ingresar a las células de ISIS. Este proceso de reclutamiento se puede llevar a cabo en cualquier lugar del mundo sin que físicamente el reclutador se presente con los individuos. Por lo tanto, la seguridad de las naciones depende también de la inteligencia y medidas de seguridad de otras naciones y la voluntad que tengan para compartir esta información.

Las naciones tendrán que renunciar a algunas de sus cualidades para poder atacar efectivamente al ISIS. Por ejemplo, la inteligencia nacional puede ser efectiva, sin embargo no puede tener información de todos los rincones donde existen células del Estado Islámico, en este sentido hay una necesidad de compartir información verídica y oportuna entre los países; por otra parte, la autonomía de las naciones impide la intromisión en el espacio de fuerzas militares, entonces, si Francia o Rusia quieren atacar ISIS tienen que ingresar el espacio de otras naciones, lo cual viola la soberanía y como vimos esta semana, puede generar que el país invadido (Turquía) derribe naves de otros países (Rusia). Las ofensivas contra el Estado Islámico no están siendo efectivas por la falta de gobernanza global.

Para concluir, no creo que se abandone la figura de “nación” en poco tiempo, pero creo que es indispensable que nuestras organizaciones se incluyan en el proceso de globalización para resolver problemas de gobernanza, pero primero deberíamos tener respuestas: ¿Cómo hacer efectivo el Contrato Social en un mundo globalizado?, ¿Cómo establecer una democracia en las estructuras modernas?, ¿Cómo tener una respuesta efectiva ante organizaciones terroristas internacionales?, ¿Cómo combatir las amenazas globales sin vulnerar la soberanía? Estas y otras grandes interrogantes deambularán en el imaginario de la humanidad antes de poder transformar nuestras estructuras.

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Alan Betancourt Torres

Alan Betancourt Torres nació en Puebla, Puebla en 1991. Es escritor viajero interesado en comprender la realidad social para construir mecanismos de igualdad y justicia. Estudió la Licenciatura en Ciencia Política en la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP). A lo largo de su vida ha comprendido que la sociedad es un sistema vivo y cambiante que puede modificarse, preservarse o destruirse, es por eso que al escribir expresa distintas realidades; fue columnista en el periódico semanal La Catarina de la UDLAP, con la columna de opinión “El Agitador”; colaboró en la Revista Ruptura de Sociología en Santiago de Chile; hoy día colabora semanalmente con la columna de opinión “El Aleph” en e-consulta y trabaja como Asistente de Investigación en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) en temas de Gobierno, Pobreza y Violencia.