Desde hace semanas la pregunta se repite con mayor insistencia en el círculo cercano al poder presidencial. ¿Quién es el más beneficiado de la crisis que explotó desde el homicidio de seis personas y la desaparición de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos?

Conocer la identidad del personaje que alentó activistas, artistas, intelectuales y un conjunto de personalidades en el mundo sobre lo ocurrido entre el 26 y 27 de septiembre se ha convertido en un tema de gobernabilidad pues sólo al determinar a ese perfil, se tendrá el antídoto.  

Es cierto que la masacre de Iguala no puede ser admisible desde ninguna perspectiva. La narrativa de detenidos y confesos partícipes en el exterminio de jóvenes estudiantes, ante la Procuraduría General de la República devela, una condición inhumana producto de la descomposición social asociada con el mundo de las drogas. Debe ser castigada con todo rigor.

Y también es cierto que en buena medida la crisis que enfrenta el Presidente de la República se debe al inmovilismo gubernamental. Haber desdeñado la denuncia de la propia escuela  por la desaparición de los estudiantes y haber depositado la confianza en el gobernador perredista Angel Aguirre Rivero, obligó a un pago de facturas de las que aún no sale librado.   

Y de manera paralela, perder la brújula y control político de grupos de presión ha orillado a poner contra las cuerdas a un Enrique Peña Nieto que parecía destinado a escribir su propia página en la historia como el artífice del cambio de los viejos paradigmas en México.  

Entre las personalidades que se han visto beneficiadas de la crisis de legitimidad que enfrenta hay priistas, ex priistas, panistas, ex panistas y hasta miembros del gabinete federal, cosa que trae atareados a los miembros del círculo cercano al propio mandatario.

El nombre que más se menciona con insistencia es el coordinador de los diputados priistas en San Lázaro, Manlio Fabio Beltrones Rivera. Conocedor del submundo de la política el sonorense es capaz de crear una crisis artificial para venderse como el único capaz de resolverla.

El tiempo de la política es el de la sucesión y los relevos. La estrategia de desgaste arrancó en un momento preciso: los relevos en puerta por el proceso interno para elegir candidatos a diputados federales y cinco gubernaturas que pondrá a prueba el andamiaje del priismo que regresó al poder en 2012.

Beltrones Rivera necesita subirse al barco del gabinete en la segunda mitad presidencial por una ecuación política elemental: ser secretario lo pone de manera natural en la carrera por la sucesión presidencial.

Otro grupo beneficiado es el del gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, panista que opera como los priistas en sus mejores momentos. Para nadie es nuevo que desde el aparato han salido los apoyos para la elaboración de mantas y consignas callejeras para denostar al inquilino de Los Pinos.

Al mandatario poblano le conviene un presidente debilitado por partida doble. El mejor que nadie sabe que un grupo antagónico frente a una crisis como la de Ayotzinapa le permite tener mayor margen en la competencia de 2015 y 2018, en la que él mismo pretende ser actor central.

Y de paso abre una oportunidad de oro: borrar del imaginario el bochornoso  episodio del niño asesinado por la policía estatal en Chalchihuapan, el nueve de julio que mereció una recomendación de la Comisión Nacional de Derechos Humanos por el cúmulo de mentiras contadas desde el poder local.

Alentar desde el gobierno las marchas contra Peña Nieto ha resultado redituable en función de aspiraciones futuras. La divulgación de las imágenes con el #RenunciaEPN en las calles de Puebla tienen un copyright que ya está en el radar de Bucareli.

Y desde luego no es extraño que la sospecha por el inmovilismo crezca ante los hechos de sangre y posterior turbulencia que tendrían que ver con los propios juegos de poder en el interior del gabinete y que tiene una fecha de nacimiento: el día en que Miguel Angel Osorio Chong subió a un templete para dialogar directamente con estudiantes del Instituto Politécnico Nacional, a finales del septiembre pasado.

El mapa de la crisis y sus orquestadores se nutre conforme avanzan los días. El resultado de ese análisis no será público, pero será palpable conforme caigan las cabezas, tal y como suele pasar en el críptico juego de poder del sistema político mexicano.

Twitter: @FerMaldonadoMX