Enriquecer del debate público

  • Víctor Reynoso

Este miércoles 19 de marzo Guillermo Valdés Castellanos presentó su libro su libro Historia del narcotráfico en México, en la Universidad de las Américas Puebla. Ahí mencionó que su idea de escribir el texto le surgió al ver que en la opinión pública predominaban ideas sobre el tema que distaban mucho de lo que él había conocido como director del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN). Consideró necesario dar su punto de vista.

El resultado es un interesante libro donde se narra la historia de la producción y tráfico de drogas en México, se caracteriza la estructura de las organizaciones de narcotraficantes y se presenta el perfil de las principales de ellas. De entre las diversas lecturas que el libro admite, una de ellas es el cuestionamiento de la hipótesis más común sobre la violencia criminal de los años recientes: que el presidente Calderón fue el causante principal de la misma, pues al llegar al poder con un déficit de legitimidad buscó legitimarse combatiendo al crimen organizado.

Valdés demuestra que el problema no surge en el sexenio de Calderón. Cuando éste llega al poder los gobernadores del país, por medio de la CONAGO, ya le habían presentado un diagnóstico en el que señalaban la gravedad del problema del narco y le pedían combatirlo.

Argumenta que el problema persona, ni siquiera de un gobierno, sino del Estado mexicano. Nuestro Estado no estaba ni está preparado para enfrentar el crecimiento del narcotráfico en una larga y compleja cadena que abarca cuatro eslabones, a juicio del autor: policías, ministerios públicos, jueces y penitenciarias.

Cada eslabón tiene una enorme complejidad. Valdés mencionó un dato ilustrativo. El gobierno de Nuevo León consideró, a partir de diversos estudios, que requería incorporar 15 mil nuevos policías. Le quedaban al gobernador cinco años de gobierno, por lo que debía incorporar 3 mil cada año. Es decir, 250 cada mes. Se consideró que debería haber unos mil candidatos mensuales para seleccionar entre ellos la cuarta parte. Pero en los primeros meses solo respondieron a la convocatoria 3 solicitantes al mes. Si se considera además que había que capacitarlos, supervisarlos, evaluarlos, se ve la dificultad de una parte de uno de los eslabones: las policías estatales. Actualizar al Estado mexicano en estos rubros es tarea de décadas. Por lo que era importante empezar y empezar bien.

Que se trata de un problema de Estado implica también que es un problema de los tres órdenes de gobierno: federal, estatales, municipales. La dispersión del poder que trajo la transición dio nuevas responsabilidades a los poderes locales, quitando peso al federal. Lo que influyó también en la nueva dimensión del narcotráfico.

Dos medidas del gobierno de Bush contribuyeron al problema. Invirtió la prioridad presupuestal de su gobierno, dedicando a partir del 2000 el 65% del presupuesto a combatir el narcotráfico y solo el 35% a disminuir el consumo y a tratar a los adictos. Antes la proporción era inversa. En 2004 permitió nuevamente la venta de armas de alto poder en las armerías norteamericanas, lo que permitió a los cárteles mexicanos armarse.

Un rasgo interesante de la nueva etapa es la creación de los Zetas. Se dio a partir de que Osiel Cárdenas asesinó a su compadre y socio en el cártel del Golfo, Salvador Gómez. Desde entonces Osiel fue conocido como “el mata amigos”. Temeroso de que le hicieran lo mismo, creo un grupo de sicarios, los Zetas, que pronto iniciaron la extorsión y el secuestro, los delitos de estas bandas que dañan más a la sociedad.

El libro de Valdés es sin duda un aporte informado y fundamentado para elevar el nivel del debate público en nuestro país sobre un tema tan delicado como el del narcotráfico.

Profesor investigador de la UDLAP

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Víctor Reynoso

El profesor universitario en la Universidad de las Américas - Puebla. Es licenciado en sociología por la UNAM y doctor en Ciencia Social con especialidad en Sociología por El Colegio de México.