Cultura y política de Protección Civil

  • René Sánchez Juárez
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Hoy como hace 28 años los mexicanos nos encontramos en una situación de desgracia a causa de fenómenos naturales que azotan al país, en 1985 por éstas fechas la sociedad se solidarizaba con los miles de damnificados y afectados por el terremoto en la Ciudad de México, ahora fueron dos huracanes Ingrid por el Golfo de México y Manuel por el Pacífico, los cuales sorprendieron a las autoridades y fuimos testigos de la poca preparación que tenía el gobierno para enfrentar las consecuencias de fenómenos naturales.
 
Los efectos ya los vimos en los noticiarios, carreteras obstruidas o destruidas, cerros desgajados, puentes derribados, casas y escuelas inundadas. La infraestructura de 24 estados  fue afectada. Lo más delicado fue la pérdida de más de un centenar de ciudadanos.
 
El costo de las lluvias en el país se estima entre 16 y 48 mil millones de pesos, mientras que el Fondo de Desastres Naturales, es apenas de 6,300 millones de pesos, a decir de Luis Videgaray. Con esto podemos dimensionar la problemática que enfrenta el gobierno federal.
 
Esta es la primera emergencia que tiene que afrontar Peña Nieto y su administración, vimos que la capacidad de respuesta ante la emergencia fue adecuada; sin embargo, no fue previa, ninguna entidad gubernamental emitió una alerta para que los habitantes de las costas de nuestro país se previnieran para tomar las medidas necesarias.
 
El gobierno tendrá que enfrentar las consecuencias de las tormentas con un déficit donde tendrá que decidir entre ayuda humanitaria, infraestructura, equipamiento urbano, cosechas, fuentes de trabajo. Lo cual tendrá que hacerlo sin distingos políticos o partidistas de entre todas las entidades federativas afectadas.

Los fenómenos naturales le quitaron atención a la manifestación de la CNTE y a la discusión en la Cámara sobre la reforma energética, y a las marchas de AMLO toda atención, aprovechando el presidente el momento para atender personalmente el desastre, para reposicionar su imagen y hasta canceló su viaje a la ONU, en aras de ese objetivo.
 
Las lecciones que tendríamos que aprender los mexicanos son varias; fomentar la cultura de la prevención ante eventos predecibles como éste que experimentamos, o el correcto depósito de la basura para no perjudicar los sistemas de alcantarillado.
 
Sin embargo; los mexicanos en desgracia nunca se encontrarán solos, ya que la ayuda humanitaria no sólo debe depender del gobierno, sino que también todos podemos ayudar a nuestros conciudadanos perjudicados, de la sierra poblana o de otras entidades como Guerrero, Oaxaca, Chiapas, Veracruz, Tamaulipas y Tabasco.
 
La protección civil debe convertirse en una política pública de atención y prevención de desastres, además de fomentar una cultura entre la sociedad, que es al final de cuentas la que se verá afectada por estos fenómenos y quien termina dando el mayor apoyo para atender la contingencia con actos de solidaridad que terminan siendo más importantes que la ayuda que presta el gobierno.

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René Sánchez Juárez

Politólogo y Maestro en Ciencias Políticas. Académico de la BUAP. Sindicalista y dirigente FROC-Puebla. CONLABOR. Ex Diputado Local y Federal