En la marea de simulaciones donde se mueve, se imita y se inventa de todo, se construyen esas falsas realidades que llevan a la creación de personajes, que si bien consiguen un enriquecimiento real e inaudito para esos cargos que presumen con recato y fingida austeridad, son simple  figuras de arcilla construidas a modo y al gusto de sus vasallos.

Es el estilo universitario, es la Benemérita donde muerto el Rey hoy se construyen y se tejen las telarañas para constuir la nueva corte de bufones y vasallos acostumbrados a vivir del poder que otorga esa nobleza universitaria, vulnerada por la corrupción, el abuso, las ambiciones y los negocios  de familia.

En esa transición entre los que se van y quienes ya sueñan con llegar se encuentra la ridícula ambición y tentaciones de poder, ante las que sucumben los más serviles y rancios personajes universitarios que son expertos en vender sus lealtades al mejor postor. Es el estilo único de quienes aspiran, suspiran y saben que difícilmente llegarán, por ello no les queda otra más que pegarse al poder.

La sucesión en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla para algunos es la farsa mejor lograda. El tema dicen varios –está planchado-, algunos más, aseguran que el arribo de Alfonso Esparza  a la rectoría se hará sin “obstáculos” de por medio.

Y es cuando los espectadores de esta vida universitaria nos preguntamos dónde quedaron los aguerridos, los críticos, los duros, aquellos que hacían de las elecciones en la Buap verdaderas muestras de la voluntad universitaria llevada a las urnas.

Es claro así, que en estas transiciones, la máxima casa de estudios también sucumbió a esos fenómenos de la politiquería y copias de una democracia socavada donde hay mucha actuación, pero no elecciones.

Tal vez, la Buap padece ese mismo síndrome de partidos políticos, donde los grupos opositores se han ido desdibujando o sucumbiendo a las delicias mejor logradas en el cobijo de corruptelas y prebendas que garantizan el fortalecimiento de grupos de poder que controlan las arcas universitarias.

La calidad y excelencia de la Buap es indiscutible, lo lamentable es mirar a los grupos de mercenarios que hoy han hecho de esta casa de estudios su sede indiscutible.

Personajes van y vienen en la rectoría, sólo cambian los cultos de poder y la invención de nuevas “cortes” que harán que las historias se repitan.

Casas, ranchos, aviones, exquisiteces y demás volverán a saltar al cabo de un tiempo, cuando el nuevo Rey tome control absoluto de un trono que hasta ahora ha resultado rentable para funcionarios universitarios, políticos y empresarios, menos para quienes verdaderamente son el pilar de la universidad, los estudiantes.

@rubysoriano   rubysoriano@gmail.com     http://mediatikos.wordpress.com/