Este miércoles 10 de enero se cumple el 67 aniversario luctuoso de la poeta chilena Gabriela Mistral, quien fue la primera mujer latinoamericana en recibir el Premio Nobel de Literatura, en 1945.

Nacida bajo el nombre Lucila de María del Perpetuo Socorro Godoy Alcayaga, la también feminista e ícono de la educación en América Latina nació en Vicuña, Chile, el 7 de abril de 1889, en un hogar humilde.

Si bien no pudo completar sus estudios debido a la falta de recursos, contó con la educación de una tía materna que era maestra rural. Es probable que gracias a su influencia se empleara como profesora a los 14 años, profesión que llevó de la mano con la escritura durante toda su vida.

Obra literaria

Con solo 13 años, comenzó a escribir sus primeros versos y descubrió en la poesía su vocación. Pese a su corta edad, Gabriela Mistral ya contaba con un prolífico trabajo literario y comenzó a colaborar en importantes revistas literarias como “Elegancias”, dirigida por el poeta nicaragüense Rubén Darío.

En 1922 publicó su primera obra poética “Desolación”, y años después, salió a la luz su siguiente poemario “Ternura”, el cual giraba en torno a la infancia. Gracias a estos textos, Gabriela Mistral alcanzó fama mundial debido a su sensibilidad acerca de temas como la maternidad, el amor, la relación con la naturaleza, el dolor y la muerte.

En 1945 obtuvo el Premio Nobel de Literatura, máximo galardón que se otorga a nivel mundial en esta disciplina, convirtiéndose en la primera mujer en recibir este reconocimiento en Iberoamérica.

Rol en la educación

La carrera de Gabriela Mistral en el ámbito de la educación estuvo marcada por la defensa de los derechos de los niños y el acceso a la educación pública.

Preocupada por la formación académica de la juventud latinoamericana, la poeta viajó en 1922 a la Ciudad de México para colaborar en la reforma educacional junto al filósofo mexicano José Vasconcelos.

Durante su estancia en el país mexicano, publicó “Lecturas para mujeres”, un compendio de prosas y poemas de autores latinoamericanos y europeos con el objetivo de acercar a las niñas a la poesía. Este tipo de acciones la convirtieron además en un referente del feminismo contemporáneo y es considerada como una de las mujeres que más ha aportado en la ideología de equidad de género.

Gabriela Mistral es una de las figuras femeninas más sobresalientes del siglo XX.  Su aportación como humanista, periodista, promotora de los derechos de los niños, revolucionaria en las estrategias de enseñanza como docente y su talento lírico en la poesía, la han convertido en un referente de la historia y cultura de Latinoamérica.

Tras una lucha contra el cáncer de páncreas, la autora trascendió hace 67 años, en 1957. Para recordar su vida y obra, aquí compartimos un fragmento de uno de sus poemas más celebrados.

YO CANTO LO QUE TÚ AMABAS

Yo canto lo que tú amabas, vida mía,

por si te acercas y escuchas, vida mía,

por si te acuerdas del mundo que viviste,

al atardecer yo canto, sombra mía.

Yo no quiero enmudecer, vida mía.

¿Cómo sin mi grito fiel me hallarías?

¿Cuál señal, cuál me declara, vida mía?

Soy la misma que fue tuya, vida mía.

Ni lenta ni trascordada ni perdida.

Acude al anochecer, vida mía;

ven recordando un canto, vida mía,

si la canción reconoces de aprendida

y si mi nombre recuerdas todavía.

Te espero sin plazo ni tiempo.

No temas noche, neblina ni aguacero.

Acude con sendero o sin sendero.

Llámame a donde tú eres, alma mía,

y marcha recto hacia mí, compañero.

(JC)