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Reseña | Series: Los fontaneros de la Casa Blanca

  • Hervey Rivera
La serie, en un tono de farsa, retrata a estos personajes como espías nada sofisticados a los que nos tiene acostumbradas las series del género
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Cuando parecía que nada más se podía aportar al ‘Escándalo Watergate’, que inició con la detención de un grupo de personas que allanaron las oficinas del Partido Demócrata en Washington D.C. el 17 de junio de 1972, ubicadas en un conjunto de edificios denominado Watergate; la cadena de televisión de paga HBO exhibe la serie de cinco capítulos Los fontaneros de la Casa Blanca, que aborda la participación de los espías que intervinieron en la intromisión ilegal a la referida oficina por órdenes del personal de campaña del presidente Richard Nixon para sustraer documentos y colocar micrófonos que les permitieron escuchar de manera ilegal las conversaciones de los integrantes de su partido rival. Recordemos que Richard Nixon, trigésimo séptimo presidente norteamericano, competía por su reelección al cargo.

Este episodio que obligadamente se estudia en las Facultades de HistoriaPeriodismoCiencias Políticas entre otras, tuvo una máxima difusión con el libro y posterior película Todos los hombres del presidente escrito por Carl Bernstein y Bob Woodward, periodistas de The Washington Post que investigaron durante meses el episodio y que, gracias a su investigación periodística, el presidente Nixon tuvo que solicitar licencia al Congreso para dejar el cargo.

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Ambos reporteros resultaron los héroes de la historia, Richard Nixon, el villano.  En 2022 también se estrenó “Gaslit”, serie protagonizada por Julia Roberts donde personifica a Martha Mitchell, esposa del Fiscal General, John N. Mitchell, encargado de las investigaciones sobre el escándalo.

La serie de HBO aborda hasta ahora los personajes secundarios que participaron en esta conspiración, una de las más claras de su tipo en el siglo XX en el que el espionaje político fue el ingrediente principal, me refiero a los operadores materiales que ingresaron de manera ilegal a la sede del Partido Demócrata en la capital del país vecino.

El trabajo, de ficción, aunque basado en hechos reales, retrata a Virgilio GonzálezBernard BarkerJames McCordEugenio Martínez y Frank Sturgis, como los espías que entraron de manera ilegal, en diversas ocasiones, al complejo Watergate, algunas de ellas de manera fallida pues no pudieron forzar las chapas de la oficina de su rival ya que no contaban con las herramientas adecuadas.

Desde un edificio contiguo E. Howard Hunt y G. Gordon Libby, el primero exagente de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y el segundo del Buró Federal de Investigaciones (FBI), supervisaban el “operativo”. Todos ellos terminaron en la cárcel y purgaron condenas mínimas. A los autores materiales lo unía el exilio cubano, a sus jefes directos junto con ellos el anticomunismo que se vivió en la época.

La serie, en un tono de farsa, retrata a estos personajes como espías nada sofisticados a los que nos tiene acostumbradas las series y películas del género, este es el aporte de este trabajo con respecto a otros sobre el tema. La serie enfatiza en estos personajes como elementos escasamente calificadas para esas tareas, que terminó como uno de los escándalos más importantes de los Estados Unidos.

El Escándalo Watergate es uno de los sucesos más estudiados e investigados de la historia contemporánea de los Estados Unidos, no es un tema agotado desde la perspectiva historiográfica como lo apreciamos con la serie que ampliamente les recomiendo.

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