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Corrida Apizaco, Tlaxcala: con calzador el trofeo a San Román

  • Jaime Oaxaca
Se lidiaron seis toros de la ganadería de Tenopala: ninguno tuvo embestidas con transmisión, emocionante; hubieran dejado torear al espontáneo, un chaval ecuatoriano
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Qué lástima, no resultó lo que se esperaba la corrida de la prensa de Tlaxcala, realizada ayer sábado en Apizaco. Los toreros vistieron al estilo de la época de don Francisco de Goya; don Francisco, el de los toros. 

Se lidiaron seis toros de la ganadería de Tenopala, propiedad de Carlos González Chapa. En cuanto a presencia no hay reclamo, aunque algunas cornamentas francamente dudosas de integridad. El comportamiento del hato no fue lo esperado, dejó qué desear. Ninguno peleó en varas, el segundo se arrancó de lejos al peto, pero no empujó. Ningún toro tuvo embestidas con transmisión, emocionante. Es cierto, iban a la muleta, pero sin esa sensación de peligro que provoca conmoción en los aficionados.

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Al parecer le dieron arrastre lento al cuarto, de ser cierto fue una “jalada de pelos”, el toro fue aplaudido en el arrastre porque tardó en doblar; claro, por su casta, pero también por la mala colocación de la espada. El público se fue con la finta y lo aplaudió cuando arrastraron sus despojos; de eso al arrastre lento…

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Corrida de la prensa: Óscar San Román, el vencedor

Óscar San Román se llevó el trofeo en disputa. A mi entender debió quedar desierto el premio al triunfador, la oreja que recibió el queretano no tuvo solidez taurina. Innegable que se dio el arrimón y no se salvó de que el morito lo echara pa’rriba, el toro se movía poco. Mató de estocada delantera y caidita de efectos rápidos. No que Diego estuviera mal, pero ni de chiste pa’una oreja. 

Con el segundo de la tarde, el queretano estuvo bien. Lo recibió con lances por mandiles, en el último tercio se puso ahí, sin espantarse a pesar que el burel desarrolló sentido.  

José Mari Macías se lució con el capote en ambos toros, sobre todo en las verónicas de recibo. En los quites, a su primero gaoneras; al cuarto, saltilleras. Con la muleta tuvo buenos momentos, en el cuarto inició de rodillas, en su deseo por agradar alargó la faena, para que la gente aplaudiera pidió “la de acá”, nadie sabe cuál es ésa; la banda del gobierno del estado tocó “Cielo Tlaxcalteca”, un pasodoble muy bonito poco conocido; total, el público no se “animó” con la música. Pinchó al primero. A su segundo lo caló, supongo que por eso no soltó la oreja el Juez, bien por don Mario Sosa. José Mari dio la vuelta al ruedo. Por cierto, el abreplaza, sin decir agua va, saltó al callejón, todos bien, pero qué sustote. 

Alejandro Adame quitó por Zapopinas al tercero de la tarde, cogió lo palos clavó dos buenos pares, con la muleta pases sin decir mucho. Hubo algunas palmitas, salió al tercio; después, sin recato dio la vuelta al ruedo por su cuenta, el público desconoce que puede pitar para que regrese al callejón, se siente con obligación de aplaudir. 

Con el cierraplaza nada relevante. Ante el desinterés del público “para entusiasmarlo”, Adame se puso terco, pidió a la banda de música “la mia”, otra tandita, no pasa nada, otra vez la petición musical, nunca le tocaron la choteada “Pelea de Gallos”, cancioncita que, con uno alcoholes entre pecho y espalda, “anima” al respetable y se convierte en pachanga. La música, supongo, es más pa’bailar que pa’torear.

¡Caramba!, hubieran dejado torear al espontáneo que se tiró al ruedo en el último tercio y le cuajó al sexto varios muletazos, dos de rodillas, uno por la espalda. Desconozco si el chaval, se dice que novillero ecuatoriano, sea bueno para torear; lo que sí, le vi más ganas que a Alejandro Adame; no requirió de “la suya” para zumbarse al castaño. 

San Román llevó en su cuadrilla a dos de los mejores subalternos del país, Alejandro Prado y Gerardo Angelino, ambos dejaron sensacionales pares de banderillas, ni se diga a la brega; “El Pol” bien con los palos al abreplaza y Rafael Romero lo bregó muy bien; Fernando López se lució con el capote en el tercero. 

Se examinaron dos subalternos: Miguel Cobos, varilarguero, picó cuatro ejemplares, en uno marró y al segundo le dio duro. Como banderillero, Gustavo Escobedo clavó en todos los toros, en el primero salió al tercio por dos buenos pares. En el quinto se desmonteró; la verdad, aprovechó el viaje porque Angelino saludaba en el tercio

La noche anterior a la corrida de la prensa en Apizaco, Tlaxcala hubo una romería con entrada gratuita en la misma plaza, el “detallito” debió influir en que sólo hubiera un tercio de plaza. En el paseíllo se dedicó un minuto de aplausos al matador Guillermo Rondero, fallecido ese día. Asimismo, se develó una placa como homenaje al matador Rafael Ortega fallecido intempestivamente y se anunció un festival en su honor en esa misma plaza, será el 9 de julio. 

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