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Masacre en Tamaulipas: así atacó el Ejército a jóvenes en Nuevo Laredo

  • Redacción
Pobladores de Nuevo Laredo acusaron que los soldados dispararon más de 80 veces contra los jóvenes
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El domingo 26 de febrero, elementos del Ejército se enfrentaron a pobladores de Nuevo Laredo, Tamaulipas, por el ataque contra siete jóvenes de dicho municipio; cinco de ellos murieron. Los soldados abrieron fuego en respuesta a un “estruendo”, argumentaron. El reporte forense refiere que las víctimas presentaron 30 heridas de bala

La tarde de aquel día, en redes sociales circularon varios videos que mostraban un enfrentamiento entre pobladores de Nuevo Laredo, Tamaulipas, y elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena). Entre lo destacado de las imágenes se observaba una camioneta blanca con varios orificios de bala, manchas hemáticas, personas que a golpes y pedradas exigían justicia y soldados que disparaban al aire a fin de alejar a familiares de los jóvenes, defensores de derechos humanos y periodistas.

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Tras el saldo de cinco muertos por el enfrentamiento, el Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo, presidido por Raymundo Ramos, informó que las víctimas no estaban armadas durante los hechos y no había motivos para que les dispararan. Por su parte, el Ejército admitió haber disparado y argumentó que los soldados accionaron sus armas en respuesta a un “estruendo”. 

De acuerdo con estudios forenses a los que tuvo acceso el diario El País, entre los fallecidos destacan tres: un muerto con 12 heridas de bala y la cabeza destruida, otro con 10 heridas de proyectil y tanto espalda y piernas hechas pedazos, otro más con un tiro en la sien.

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Así fue el ataque del Ejército a jóvenes en Nuevo Laredo

Los hermanos Alejandro y Gustavo Pérez Benítez, junto con cinco amigos, salieron de fiesta a un antro llamado Mister Pig, en Nuevo Laredo, Tamaulipas, la noche del sábado 25 de febrero. Poco después de las 4 de la madrugada, Gustavo Ángel Suárez Castillo (de nacionalidad estadounidense y una de las cinco víctimas mortales) se ofreció llevarlos a todos de vuelta a sus domicilios, según declaró dijo Alejandro ante la Fiscalía General de la República.

 En tanto que la versión de la Sedena refiere que el domingo 26 de febrero, alrededor de las 4:50 de la mañana, personal militar de una Base de Operaciones desplegado en Nuevo Laredo hacía reconocimientos del área, “cuando oyeron disparos de armas de fuego, poniéndose en alerta”. “Posteriormente, visualizaron un vehículo tipo pick up con siete individuos a bordo, quienes se trasladaban a exceso de velocidad con las luces apagadas y sin placas, cuyos integrantes, al observar la presencia de las tropas, aceleraron velocidad de manera intempestiva y evasiva, deteniendo su marcha al impactarse después con un vehículo que estaba estacionado”. Derivado de esta situación, el personal militar accionó sus armas de fuego.

Sin embargo, Alejandro, el único joven que resultó ileso durante el ataque, dijo para el noticiero N+ que, al encontrarse de frente con los militares, se dieron la vuelta, pero los soldados los chocaron por detrás y luego les dispararon sin razón.

Al respecto dijo: “No’más llegaron y nos balacearon toda la troca, no’más me alcancé a bajar y me arrodillé. Yo iba atrás del chofer”. Eso no fue todo, sino que el sobreviviente afirma que a dos de las cinco víctimas mortales -entre ellas su hermano Gustavo- las asesinaron cuando estaban sometidas en el suelo.

El reporte forense que publicó El País revela que las víctimas, de entre 20 y 25 años de edad, presentaron 30 heridas de bala. Los soldados dispararon más de 60 veces por la parte delantera, trasera y a los costados de la camioneta de los jóvenes.

Además, el portal N+ dio a conocer videos que revelan que dos camionetas militares seguían a la camioneta blanca a las 04:44 de la mañana que viajaba sin exceso de velocidad. Un soldado identificado como capitán Elio “N”, reconoció que cuatro elementos a su mando fueron responsables de haber disparado sin orden para hacerlo.

“Escuché que varios elementos accionaron sus armas de fuego, sin que yo diera tal orden, por lo que de manera inmediata vía radio de frecuencia ordené alto al fuego, posterior a ello desciendo de la unidad preguntando al personal quién había disparado, por lo que de manera voluntaria espontánea los siguientes elementos me informaron que habían disparado”, informó.

No solo eso, sino que el capitán narró que los militares, tras disparar sus armas, acordonaron el área y ordenó una inspección al interior del vehículo, en el que “no se localizó nada ilícito”. Sin embargo, los soldados encontraron a cinco jóvenes, tres sin vida, un civil herido y una persona más sin daños. Al costado de la camioneta se encontraron a otros dos jóvenes sin vida.

Los testimonios han sido integrados a la indagatoria federal y a la que inició la Fiscalía General de Justicia Militar. Por su parte, el Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo, organismo que representa a las familias, ha recabado las versiones de los empleados del antro Mister Pig y refieren que los militares dispararon más de 80 veces, por lo que Ramos ha calificado al hecho como una “masacre”.

Luego del ataque del Ejército a jóvenes en Nuevo Laredo, los muertos fueron identificados como Gustavo Pérez Benítez, Wilberto Mata Estrada, Jonathan Aguilar Sánchez, Gustavo Ángel Suárez Castillo y Alejandro Trujillo Rocha; el herido de gravedad fue identificado como Luis Gerardo, quien está internado en un hospital privado con al menos dos impactos de bala.

Asimismo, Raymundo Ramos dijo al portal Animal Político que Alejandro “fue llevado por los militares tres horas después ante la Fiscalía General de la República (FGR) para que rindiera su declaración, como si hubiera sido un delincuente, nunca se le trató como víctima”.

No sólo eso, sino que denunció que los soldados obligaron a Alejandro a grabar un video en el que reconoce su responsabilidad por los hechos. Lo cual quedó asentado en la carpeta de investigación FED/TAM/NVO.LAR/435/2023, en la que el joven declaró que un militar se le acercó y preguntó si quería vivir o morir. Como respondió que quería vivir, fue obligado a declarar a sus amigos y él eran culpables. Lo cual discrepa con la versión del capitán, quien aceptó la inocencia de los jóvenes e identificó a cuatro soldados que dispararon contra la camioneta.

Tras los hechos y luego de cinco horas, alrededor de las 10 de la mañana, habitantes y familiares de las víctimas se enfrentaron al personal militar, incluso a golpes y pedradas, pues acusaban a los soldados de perpetrar la ejecución extrajudicial de “al menos dos jóvenes (que) fueron rematados con disparos en la nuca estando tirados sobre el pavimento”.

Ramos dijo que al llegar a la Huasteca se encontraban alrededor de 12 unidades del Ejército custodiando la camioneta de las víctimas, en tanto que un grupo de familiares de los fallecidos y vecinos del sector “estaban enardecidos y reclamándoles por este nuevo abuso de autoridad”.

Luego, la tarde del domingo y mañana del lunes, en redes sociales se difundió que una de las víctimas está ligada al Cártel del Noreste. Hasta ahora, las autoridades no han dicho nada al respecto.

Al respecto, el presidente López Obrador se pronunció sobre el caso y dijo que “aunque se trate de supuestos sicarios, no se debe permitir la ejecución de nadie, ya no estamos en tiempos de mátalos en caliente”.

Por su parte, el Ejército informó que colabora con la Fiscalía General de la República, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, la Fiscalía General de Justicia Militar y mantiene un “diálogo abierto con las familias” de las víctimas desde el primer momento de los hechos.

Por último, medios nacionales han informado que los cuatro soldados señalados en la masacre en Tamaulipas, en la que el Ejército atacó a jóvenes en Nuevo Laredo, fueron vinculados a proceso por la Fiscalía Militar por el delito de desobediencia y están en la prisión del Campo Militar 1-A, en la Ciudad de México. Sin embargo, las autoridades no han informado nada al respecto.

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