• Seguridad

Cierran vialidad y queman patrulla al frenar linchamiento en Acajete

  • Alberto Melchor
Vecinos sorprendieron a tres jóvenes robando en las instalaciones del antiguo Hospital de ese municipio
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Enfrentamientos entre pobladores y policías, la quema de una patrulla y el cierre de la carretera federal Puebla-Teziutlán, es el saldo preliminar de los disturbios en el municipio de Acajete, luego de que se frustró el linchamiento de tres hombres en la localidad de Santa Isabel Tepetzala.

Los hechos iniciaron alrededor de las 13:30 horas cuando vecinos de Tepetzala sorprendieron a tres jóvenes robando en las instalaciones del antiguo Hospital de Acajete, por lo que se organizaron y lograron detenerlos, para después entregarlos a la policía.

Sin embargo la Policía Municipal de Acajete informó que no había elementos suficientes para poner a disposición del agente del Ministerio Público a los sospechosos, lo que causó la molestia de la población que, como primera represalia, decidió cerrar la carretera Puebla-Teziutlán, a la altura del kilómetro 129.

Al no tener respuesta de las autoridades, la gente acudió a las instalaciones de seguridad para exigir que les entregaran a los sospechosos para poder tomar la justicia en sus manos, por lo que de inmediato se pidió apoyo a la Policía Estatal para evitar un linchamiento.

Ante esta situación, la Secretaría de Seguridad Pública Estatal envío al equipo antimotines para controlar a la gente, sin embargo esto solo incrementó la molestia de los pobladores y se inició un enfrentamiento con los policías.

Pese a que los granaderos lograron replegar a la gente y poner a salvo a los tres jóvenes a los que querían linchar, los inconformes decidieron tomar represalias y le prendieron fuego a dos patrullas y a un vehículo oficial que se encontraba en las nuevas instalaciones administrativas del Ayuntamiento de Acajete.

El último reporte de las autoridades fue que había algunos policías heridos en el enfrentamiento con los vecinos, sin embargo ninguno de gravedad, asimismo se dijo que ya no había riesgo de linchamiento, aunque continuaban los patrullajes para impedir una nueva reacción violenta de la gente.

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