• Educación

Un fraude, la entrega exprés de certificados para secundaria

  • Samantha Páez
Maestros revelan que ellos y alumnos de bachillerato contestaron los exámenes de quienes deseaban el documento, a fin de cumplir metas del Coneval y elevar sus calificaciones personales
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Entre 2015 y 2016 se obligó a estudiantes y docentes de bachillerato en Puebla a contestar el examen del programa “Yo sí tengo secundaria” -dirigido a quienes no hubieran acreditado este nivel educativo- para influir en la medición del Coneval sobre pobreza y rezago social.

El gobernador Rafael Moreno Valle Rosas, quien busca la candidatura a la presidencia de 2018, planteó el objetivo de que para final del sexenio 60 mil personas –algunas de ellas analfabetas- obtuvieran su certificado, sin embargo no se logró.

Alberto Serdán Rosales, colaborador en el Programa Interdisciplinario de Política Educativa del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), sostuvo que el programa es un “fraude” porque otorgar un diploma a través de un único examen no garantiza el acceso a la educación.

Durante 2015 el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) dio a conocer que el 43.62 por ciento de los poblanos mayores de 15 años tenían incompletos sus estudios de primaria y secundaria, lo cual coloca a la entidad en el sexto sitio a nivel nacional con mayor porcentaje.

Resultados a como dé lugar

El programa “Yo sí tengo secundaria” se anunció en 2015, con el objetivo de “abatir el rezago educativo y de brindar a las personas oportunidades de desarrollo”.

La meta fue de 60 mil beneficiados para 12 municipios prioritarios: Amozoc, Atlixco, Huauchinango, Izúcar de Matamoros, Puebla, San Andrés Cholula, San Martín Texmelucan, San Pedro Cholula, Tecamachalco, Tehuacán, Teziutlán y Xicotepec

De acuerdo con la SEP, para su implementación los estudiantes de bachillerato debían localizar a una persona con rezago educativo, prepararla por un lapso no mayor de 15 días y llevarla a realizar su prueba de acreditación en línea. Si la persona aprobaba recibía su certificado, en caso contrario contaban con cuatro oportunidades más para lograrlo.

Mientras que los alumnos de bachillerato ganaban puntos en sus calificaciones.

Lo que ocurrió fue muy distinto. Cinco docentes que laboran diferentes zonas  del estado –quienes solicitaron anonimato por miedo a perder su empleo- narraron su experiencia con el programa “Yo sí tengo secundaria”. Todos coincidieron que los estudiantes y hasta ellos tuvieron que contestar la prueba para cumplir la meta impuesta por la SEP estatal.

Además no lograron que se inscribiera la misma cantidad de personas para 2016 porque no había más gente en la comunidad o porque a los beneficiarios de programas sociales, como “60 y más” y “Prospera”, se les condicionó la entrega de recursos a que presentaran la prueba en las dependencias estatales.

En el directorio de sedes que se difundió de forma interna aparecen todos los bachilleratos generales y digitales, los centros escolares, los Centros de Educación a Distancia, los Centros Integrales de Servicios (CIS),  los Centros Integrales de Prevención y Participación Ciudadana, así como plazas comunitarias.

Sólo para mover indicadores

La presión a docentes y estudiantes tuvo un solo objetivo: influir en la medición del Coneval sobre rezago social y pobreza. Así lo evidencia el oficio SEP-2.2.3-DBEPA/G/3107/16, que remitió la dirección de Bachilleratos Estatales y Preparatoria Abierta, dirigido a los supervisores y supervisoras de Bachilleratos Generales Estatales, Digitales y Educación Media Superior a Distancia (EMSAD).

De forma textual el documento dice: “Cabe señalar que las licencias indicadas en el párrafo anterior (3 mil 500 licencias para adquirir el certificado de secundaria en la zona metropolitana) serán tomadas en cuenta para la medición que hará CONEVAL, por lo que les exhorto a continuar con esta importante labor”.

En su última medición de rezago social 2015, el Coneval detectó que dos de cada cinco poblanos mayores de 15 años no concluyeron la primaria o secundaria, lo que convierte al estado en el sexto lugar nacional con esta problemática.

Alberto Serdán dijo durante una entrevista telefónica que este tipo de programas fomenta la percepción de que las escuelas sólo son fábricas de diplomas, no sitios donde se adquieren aprendizajes, conocimientos, capacidades y habilidades para desempeñarse en el hábito laboral.

Pueden sacar buenas calificaciones en los exámenes, pero en términos cognitivos simplemente no aprenden. A reserva de que exista una evaluación externa de estos programas, no parece que de entrada garanticen la calidad de los aprendizajes de forma duradera”, agregó.

Si el gobierno de Puebla en verdad deseara abatir el rezago educativo tendría que hacer varias pruebas piloto del programa, medir sus resultados y realizar las adecuaciones para que se garantice a la generación de  aprendizajes relevantes, que en esencia es de lo que se trata el derecho a la educación.

Para el experto del CIDE, el programa “Yo sí tengo secundaria” tendría el propósito de elevar los indicadores de rezago educativo, que a su vez tienen repercusiones en el indicador de rezago social.  Por ello es lamentable que se ofrezca como una alternativa educativa, cuando en esencia podría ser “un fraude”.

Programa no logró la meta

En cuanto a los resultados, los docentes refirieron que no hubo beneficios. La mayoría de personas se inscribió para ayudar a los estudiantes de los bachilleratos, pues sus intereses eran otros: trabajar el campo, hacer labores del hogar o simplemente pasar una vejez tranquila.

Hubo algunas personas que sí acudieron por su cuenta, porque en sus trabajos les pidieron el certificado, y una minoría –todos jóvenes- para seguir sus estudios de educación media superior.

Si se toma en cuenta el objetivo del mandatario de emitir 60 mil certificados, el programa tampoco cumplió su cometido, pues entre 2015 y 2016 se emitieron de 40 mil 123 a 44 mil 946 documentos para acreditar la secundaria. Es decir, que en el mejor de los casos se cubrió el 75%.

La diferencia en las cifras se debe a que en respuesta a la solicitud de información folio 00596916, la SEP estatal informó que durante 2015 hubo 38 mil 998 beneficiados por el programa y en 2016 fueron 5 mil 948, que en suma son 44 mil 946.

Sin embargo en su sexto informe, Rafael Moreno Valle refirió que 10 mil personas obtuvieron su certificado durante 2016. En tanto que en su comparecencia 2015, el titular de la SEP dijo que 30 mil 123 personas lograron su certificado, lo que da un total de 40 mil 123.

Asimismo, la participación de 2015 a 2016 tuvo una caída del 555%, esto al pasar de 39 mil a 6 mil acreditados.

En todos los municipios prioritarios hubo disminución de personas inscritas: Amozoc (-1,479%), Atlixco (-570%), Huauchinango (-347%), Izúcar de Matamoros (-1,765%), Puebla (-1,337%), San Andrés Cholula (-633%), San Martín Texmelucan (-154%), San Pedro Cholula (-2,438%), Tecamachalco (-1,285%), Tehuacán (-1,004%), Teziutlán (-615%) y Xicotepec (-1472%).

Este medio de comunicación buscó a la Secretaría de Educación Pública estatal para saber el por qué la diferencia entre las cifras oficiales, así como para solicitar su postura sobre las denuncias de los docentes, sin embargo la dependencia no regresó la llamada.

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