La Cámara de Diputados local del Estado de Puebla se encuentra entre los que menos sesiones de trabajo realizan al año, indica una iniciativa presentada por el diputado federal, Alberto Martínez Urincho, quien propone modificaciones constitucionales a fin de que se incremente el número de sesiones en el Congreso de la Unión que es, a nivel mundial, de los que menos sesiones realiza.

Respecto al tiempo que trabajan las legislaturas locales, el diputado federal resaltó que éstas sesionan, en promedio, seis días al mes.

“El Congreso que realiza el mayor número de sesiones mensuales es el de Nuevo León, con 12. En el polo opuesto se encuentran los congresos de Baja California, Michoacán, Morelos y Querétaro con dos sesiones plenarias mensuales”, dijo.

En ese contexto, añadió que los diputados locales de Querétaro y Baja California sesionan durante 365 y 362 días, respectivamente: prácticamente todo el año. En cambio, en el polo opuesto se encuentra los legisladores locales de Jalisco y la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, que suman 150 días cada uno.

Subrayó que el promedio nacional de las legislaturas locales es de 226 sesiones de trabajo al año, en donde los diputados locales de Puebla se ubican con 180 días de labor anuales.

Las legislaturas locales que más trabajan son: Querétaro, los 365 días del año; Baja California 362; Colima 302; Morelos 300; Oaxaca 285; Michoacán 270; Tlaxcala 270; Guanajuato 265; Yucatán 255; Tabasco 24; Guerrero 240; y Tamaulipas 240.

En Zacatecas, los diputados locales laboran 217 días al año; Aguascalientes, 212; Baja California, 212; Chihuahua, 212; Coahuila, 212; San Luis Potosí, 212; Nayarit, 210; Quintana Roo, 206; Hidalgo 205; y Nuevo León, 200 días de trabajo al año.

Mientras que las legislaturas locales que menos trabajan, son: Durango, 197 días al año; México, 183; Sinaloa, 182; Chiapas, 181; Puebla, 180; Sonora, 180; Veracruz, 174; Campeche, 170; Distrito Federal, 150; y Jalisco 150 días anuales.

Congreso mexicano, de los que menos trabaja a nivel mundial

El legislador del PRD recalcó que pese a la gran carga de trabajo legislativo que existe, el Congreso de  la Unión sólo sesiona 198 días al año, en un rango en donde el congreso chileno labora 121 días anualmente y el de Venezuela lo hace 315 días al año.

Para ejemplificar la carga de trabajo que tiene el Congreso de la Unión, el diputado Martínez Urincho indicó que durante la anterior legislatura (la LXII), de septiembre de 2012 a abril de 2014, se presentaron mil 196 iniciativas en la Cámara de Senadores, mientras que en la Cámara de Diputados se presentaron dos mil 146 iniciativas, lo que contabiliza un total de tres mil 342 iniciativas de ley en el Congreso Federal.

“Esta cifra nos muestra la dimensión del volumen del trabajo que se procesa en el Poder Legislativo Federal. Cabe resaltar que la cifra podría acrecentarse en virtud de que no se contabilizan los dictámenes, las proposiciones, los instrumentos internacionales –en el caso del Senado–, los nombramientos, los acuerdos, las actas, los informes, las efemérides, o los planes, que en muchos de los casos, también se dan cuenta en los Plenos de cada Cámara”, dijo.

Pese a ello y de conformidad con la Constitución Federal, el Poder Legislativo cuenta con dos periodos ordinarios de sesiones: uno, del 1 de septiembre al 15 de diciembre, mismo que puede prolongarse hasta el 31 de diciembre cuando el Ejecutivo Federal inicie su encargo; el segundo, que inicia el 1° de febrero y concluye el 30 de abril. Esto en suman, representan 198 días de trabajo.

En cambio, los legisladores de Venezuela sesionan 315 días al año; en Uruguay lo hacen 290 días; el Congreso de Uruguay sesiona 290 días; Argentina, 275; Brasil y Francia, 273; España, 256; Colombia sesiona 247 días al año.

Luego de recalcar que el Congreso de la Unión es los que menos sesiones de trabajo realizan a nivel mundial, el diputado Alberto Martínez Urincho propuso modificar los artículos 65 y 66 de la Carta Magna para establecer que el congreso mexicano sesionaría en un primer periodo que iniciaría el 1º de agosto (no el 1º de septiembre como actualmente sucede), y no podrá prolongarse más allá del 15 de diciembre del mismo año, excepto cuando el presidente de la República inicie su encargo.

Y que el segundo periodo ordinario de sesiones inicie el 1º de febrero (como actualmente ocurre) y concluya el 31 de mayo del mismo año, y no el 31 de abril como ocurre actualmente.