Parlamento

  • David Bravo Cid de León
Manipulación política: Tragedia para la persona

Muchos son los problemas a los que se enfrenta la política y otros más son generados por ella misma. Esto es explicable porque no existe régimen político que deje de aplicar políticas en sus diferentes y variados rubros, lo malo es que  contagia a instituciones y comisiones que por su naturaleza jurídica no debieran ser contaminadas; hago referencia a los Derechos Humanos.  Estos no admiten políticas anti-naturales sino.  Ahora bien, la política, de cualquier índole que sea solo es aplicable a los humanos y esto trae como consecuencia lógica que la política debe de girar en torno a la dignidad de la Persona Humana, toda vez que la Persona  es fundamento del Orden Jurídico. 

En los casos en que los sistemas políticos manipulan y politizan los Derechos Humanos, la política  se convierte en instrumento de disolución social y abre la puerta a la Ley de la selva. El hombre por ser creado a imagen y semejanza de su Creador recibe la dignidad que le es inherente  a su ser;  su dignidad es patrimonio que le convierte en persona por haber sido redimido por Cristo.   La calidad de persona, es una en su integridad, pero se proyecta en dos dimensiones: una exterior [ vida existencial] y otra interior [ el hombre interior]. La proyección exterior se manifiesta en que es  capaz de pasiones y sentimientos hacia otras personas; en sus manifestaciones psico-zomaticas, en la ineludible necesidad de interdependencia y convivialidad; en la búsqueda de realización física, material, existencial, etc,etc. Si alguien lograra encerrarse en la soledad existencial, del ámbito de lo humano, terminaría en la demencia, en la desesperación o en la desesperanza.

La proyección interior hace más hombre al hombre  [en masculino y femenino] porque le encamina a superar sus tendencias animales cuando se siente solicitado a satisfacer instintos degradantes. Dicho de otro modo: cuando con esfuerzos, a veces heroicos, trata de evitar la bestializacion que es contraria a dignidad de persona. La reflexión sobre sí mismo le revela ser sujeto de los Derechos Humanos, tanto ante el Estado como ante sus congéneres de la comunidad política de la que forma parte.

 Ante el Estado porque su Status reclama de e’l el VALOR JUSTICA ; Ante sus  congéneres, o sea sus coterráneos, toda vez que se ve responsable de coadyuvar a la creación de Bien COmun para poder sealizarse con dignidad como persona. Siempre será cierto que  la arbitrariedad de los criminales de los narco, de los secuestradores, de los asesinos, afecta a toda la sociedad.  Estas consideraciones no descubren el hilo negro, pero si advierten que la tendencia es la de crear un estado anímico de neurosis permanente y sostenida de cobertura internacional acompañada de una mentalidad de impotencia ante la autoridad  que revienta en violencia generalizada por desesperación.  O sea una acción semejante a la lucha de clases del materialismo ateo que se encamina y prepara el sometimiento de la persona al poder político mediante la perversión de la política y después por la manipulación y dominio de grandes masas de personas. Una mirada rápida descubre la persistencia – a nivel internacional-de tales intensiones, tanto en Europa como en Asia, Como en América, Lo que sucede en Brasil es una muestra muy elocuente. Todo esto montado en la manipulación de la política y en los Derechos Humanos como tapadera de criminalidad organizada.

Lo que realmente pasa es que unos pocos, en complicidad con grupos de presión o factores reales de poder, por sus aviesos intereses, estimulan que unos pocos, muy pocos arrastren multitudes ante los muchos, muy muchos, inmensas mayorías perviertan la política e incluso a las mismas instituciones del Estado hasta llegar a sentirse dioses de sí mismos con poder, con influencias y con radicalismos extremos.      Esta revelación le descubre que posee un alma que es inmortal. El cuerpo cuando muere se pudre, se hace polvo, el alma no muere porque por sus facultades, discierne que como espíritu posee inteligencia, memoria y voluntad. La inteligencia le descubre las dimensiones de lo finito [el cuerpo] y de lo infinito que es presencia del Espíritu que le creo.

Por la memoria recuerda y reflexiona, sobre sí mismo, sobre el sentido que le ha imprimido a su propia vida; por la voluntad enlaza su inteligencia y su memoria con las responsabilidades o irresponsabilidades de sus propios actos, con el apego o sordera voluntaria a la voz de su conciencia. El Estado anímico neurótico y la violencia nulifican el concepto política como servicio y siembran y cultivan el racionalismo de elites criminales en el ejercicio del poder y el libertinaje en las maneras de ejercer el poder político. La política en su acepción original es servicio, y este, en el marco de la verdad y de la verdadera libertad no es manipulable ni hipócrita que esconde intenciones no confesadas.

El servicio no se expresa en los sentimentalismos superficiales de quienes padecen privaciones, sufrimientos o son víctimas de la perversión y crueldad de los hombres. El servicio es vivir, sufrir y acompañar al que sufre las injusticias, los desprecios y las consecuencias de la maldad. La anemia espiritual y el estado anímico neurótico es una bomba atómica capaz de destruir a la humanidad entera.        davidbravocid@yahoo.com