Ramón Castro Castro acusó al gobierno mexicano de tomar el caso del obispo emérito de Chilpancingo como “instrumento político”; AMLO negó que la situación se esté usando para golpear a la iglesia
El obispo Salvador Rangel aseguró que sólo es un mediador y pidió que no se relacione con los narcotraficantes porque no les pide ni dinero ni puestos políticos