De 20 y 30 centímetros fueron las cornadas al cuerpo de El Zapata, suficientemente profundas para que le conociera el paquete intestinal todo aquel que se acercara al torero
En su segundo toro de la tarde, el quinto de la jornada, Enrique sufrió una cornada en la parte posterior del muslo izquierdo, justo debajo de la nalga.