Dice bien el alcalde de Huauchinango, Rogelio López Angulo, cuando señala algo fundamental: se gobierna para todos. Y es que, aunque López Angulo es uno de los tantos neo morenistas que llegaron a ese partido emigrando de otros o integrándose a este (Rogelio llegó por Nueva Alianza y hoy se sumó también a Morena) su visión parece rebasar los fundamentalismos de los morenos más recalcitrantes, esos que piensan que o “estás con el movimiento o estás contra él”.

Y es que cómo no serlo si el primer morenista del país marca está línea: Nada a medias, o estás a favor o estás en contra. Claro, eso se contrapone a lo que en esencia debería ser la democracia: el poder emanado del pueblo, para el pueblo, en el entendido que nunca se obtiene un triunfo electoral unánime, sino de una mayoría, pero una vez llegando al poder se gobierna para todos.

Más aún, si se quiere pensar localmente, en México la izquierda jamás se cansó de criticar que el priato gobernaba con favoritismos electorales, es decir, solo para sus simpatizantes, reservando obras, acciones y beneficios para los suyos y dejando fuera a quienes no lo eran. El lopezobradorismo hizo no solamente lo mismo, sino que lo mejoró: Nunca vimos o escuchamos públicamente decir a un gobernante emanado del priato decir tan cínicamente que sus adversarios deberían erradicarse, para solamente dejar a los suyos. AMLO lo ha hecho con un descaro que raya en el cinismo.

Y sí, en consecuencia, hay muchos gobernantes que piensan así, al menos lo que podríamos llamar de “primera generación”, esos morenistas que crecieron con el movimiento y odian genuinamente a los “conservadores”, pues creen a pie juntillas que son producto de un demonio de corrupción y maldad para el país. No conciben, dentro de su fanatismo, que haya ideologías distintas; son en esencia, dogmáticos y en consecuencia fanáticos.

Pero digamos que una segunda o tercera generación de políticos llegados a Morena, no tienen en sí los genes de odio de aquellos y una muestra es el edil Rogelio López, quien en una reciente gira de inauguración de obras a las cuales me hizo favor de invitarme, señaló eso que me pareció fundamental para la democracia: “Las elecciones ya pasaron. Ahora es tiempo de trabajar. Y así como ustedes me dijeron que votaron por mí para que estuviera por otros tres años en el cargo, vamos a trabajar para ustedes, pero también para los que no votaron por mí”. Eso es la democracia llevada al terreno de lo cotidiano.
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Reconocerán a Alberto Amador Leal

Viene el 163 aniversario de la ciudad de Huauchinango y con ello el reconocimiento a varios personajes ilustres nacidos aquí. Destaca la figura de Alberto Amador Leal, alguien que, si bien tuvo claroscuros, siempre fue un hombre congruente con su pensamiento. Entre su legado se cuenta la construcción de varias unidades habitacionales en la ciudad, que hicieron crecer ordenadamente varias zonas.

Fue tres veces diputado federal y secretario de Desarrollo Social con el gobernador, Melquiades Morales Flores. En 1991, asumió la secretaría general del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN) hasta 1993; y de 1994 a 1998 ocupó los cargos de coordinador de la Unidad de Análisis y director general de Organización Social de la Secretaría de Desarrollo Social, cargos estos a nivel federal. Su último cargo público fue el de Jefe de la Oficina del Gobernador de Tlaxcala, siendo gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez; ocupó este cargo hasta el 27 de diciembre de 2020 en que perdió la vida a consecuencia de la enfermedad por coronavirus.

Quizá lo que debiera criticarse fue su carácter retraído, que a veces era confundido con rasgos de altanería. No fue así. Este sábado recibirá un reconocimiento y será su hijo del mismo nombre quien acuda para recibirlo.