¿Un nuevo partido?

  • Víctor Reynoso
Puede ser el momento para una nueva organización política a la altura de la compleja coyuntura

Por tercera ocasión, la coalición encabezada por Morena desplazó a los tres partidos (PRI, PAN y PRD) que durante veinte años (1988-2018) dieron forma al sistema de partidos en México. ¿Es el momento de crear una nueva opción partidaria?

El PRD tuvo una muerte definitiva, al no alcanzar el umbral del 3 por ciento para mantener su registro. El PRI obtuvo el peor resultado electoral en su historia, apenas superior al 10 por ciento en la elección de diputados. El PAN regresó a su porcentaje de votación previo a la transición, un 17 por ciento.

La suerte del PRD estaba definida, al no poder sustituir al líder carismático que tuvo desde su fundación en 1989 hasta la salida de López Obrador en 2012. El PRI y el PAN tuvieron, ya se ha dicho, las dirigencias nacionales más desafortunadas de su historia.

Los tres partidos renunciaron a una de las funciones de todo partido de oposición: señalar los errores del partido en el poder. “Cómo nos hace falta un López Obrador en la oposición”, fue la frase que expresó esta ausencia de crítica en estos partidos.

La crítica existió, y fue una de las más severas en la historia del país, pero la ejercieron los periodistas y algunos organismos de la sociedad civil. No los partidos de oposición, que la mayor parte del tiempo “callaron como momias” ante los yerros del grupo en el poder.

Creo que cualquiera que observe a los partidos en México puede constatar que en su interior está algo de lo peor y lo mejor del país. En distintas proporciones, según el partido.

Hay capital político valioso en las tres organizaciones hoy derrotadas. Lo hay también en personas que han participado desde la sociedad civil.

Puede ser el momento para la formación de una nueva organización política. Sin dueño, como es el caso de algunos partidos hoy con registro. Con una institucionalidad interna que no dependa de una persona. Con un compromiso claro con las instituciones democráticas (la división de poderes, por ejemplo) y con políticas públicas que resuelvan nuestros problemas pensando en la próxima generación, no en la próxima elección.

Las personas, ideas y el diseño institucional de la posible nueva institución deberán estar a la altura de la compleja coyuntura que enfrentamos. Ojalá se pudiera rescatar lo mejor de los partidos que han dejado de funcionar, y también lo mejor de los ciudadanos que no han participado en partidos.

Ojalá se le pueda tomar el pulso a nuestros problemas actuales: la amenaza la división de poderes; la concentración del poder en el Ejecutivo; gobiernos de ocurrencias que deciden grandes proyectos sin análisis y sin respeto a las leyes y a la lógica; la persecución a las voces disidentes; la creencia de que la pobreza se resuelve regalando dinero.

Un reto difícil, pero quizá la actual circunstancia lo hace posible.

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Víctor Reynoso

El profesor universitario en la Universidad de las Américas - Puebla. Es licenciado en sociología por la UNAM y doctor en Ciencia Social con especialidad en Sociología por El Colegio de México.