San Andrés Apóstol

  • Herminio Sánchez de la Barquera
San Andrés tiene particular importancia para Escocia (y para San Andrés Cholula)

San Andrés es uno de los apóstoles más conocidos y uno de los santos más populares desde la Antigüedad hasta nuestros días. Su importancia para las iglesias orientales sólo es comparable con la de Pedro y Pablo en las occidentales. Sus reliquias reposan en innumerables ciudades en Portugal, Italia, Francia, Escocia, Grecia, Turquía y Alemania; tiene un lugar especial en la liturgia de diferentes ritos católicos, como el ambrosiano (Milán) o el hispano (mal llamado “mozárabe), así como en los ortodoxos, por lo que su festividad se celebra en las iglesias luterana, anglicana, armenia, copta, ortodoxa de Etiopía y ortodoxa de Siria, además, obviamente, de las iglesias católica romana y en las demás ortodoxas (desde Grecia hasta Rusia). “Andrés” es, además, uno de los nombres de pila más populares a lo largo de los siglos; significa “varonil” o “masculino”. A San Andrés se le representa como apóstol, descalzo, con un libro, a veces un pescado, y la cruz llamada “de San Andrés” (en forma de X, atributo que se agregó hacia los siglos XIV o XV).

Es el patrono de Rusia, Escocia, Rumania, España y Grecia, así como de numerosas ciudades; también lo es de los pescadores, comerciantes de pescado, mineros y carniceros; es protector de los niños y del matrimonio, del buen clima, además de que protege contra la gota, dolores de garganta, calambres y espasmos. Su popularidad a lo largo del tiempo se refleja muy claramente en el arte, pues parece en innumerables pinturas y esculturas. Hace unos días, el 30 de noviembre, hemos conmemorado su fiesta, así que hoy hablaremos de él.

Andrés era hermano de Simón Pedro y, como este, también era de oficio pescador, según leemos en el Evangelio de San Marcos. Su lugar de origen no está claro, pues según el evangelista San Juan provenía de Betsaida - hoy la colina de Et-Tell, cerca de Ad Dardara, en Siria- o de Cafarnaúm - un lugar a orillas del Mar de Genesaret-, si seguimos a Marcos, cuyo evangelio es el más antiguo de los cuatro. Andrés fue el primero a quien Jesús llamó para que se le uniera como discípulo, pero anteriormente había sido seguidor de Juan el Bautista. Andrés fue uno de los cuatro discípulos a quienes Jesús instruyó acerca del fin de los tiempos, junto a Pedro, Santiago el mayor y Juan; parece haber tenido un buen dominio del idioma griego y estuvo presente en la Última Cena, en la Ascensión y en Pentecostés. Fue él quien se ocupó de alimentar a las 5 000 personas que acudieron a escuchar a Jesús predicar junto al lago Tiberíades.

Andrés y su hermano Pedro formaron una especie de pareja de misioneros; la tradición quiere que Andrés haya evangelizado a amplias regiones en el Mar Negro, Asia Menor, Grecia y en países atravesados por el Danubio. Se dice que él liberó a San Matías y le devolvió la vista, además de que realizó muchos milagros más. Algunas tradiciones orientales afirman que también realizó viajes apostólicos a Armenia, Georgia y al Kurdistán. Se dice que fue obispo de la ciudad griega de Patras, en donde curó y convirtió al cristianismo a la esposa del gobernador; este, empero, no se dejó convencer, lo hizo arrestar y torturar, para finalmente ordenar su ejecución atándolo a una cruz en forma de X. Se cuenta que el apóstol estuvo así, atado, dos días enteros, no dejando de predicar el Evangelio desde su cruz, hasta que murió un 30 de noviembre del año 60. El gobernador murió loco y su esposa hizo enterrar a San Andrés con toda solemnidad.

Del siglo II datan unos documentos llamados “Acta Andreae”, que relatan las aventuras de este misionero en diferentes tierras y entre distintos personajes, como la historia de Andrés y Matías entre caníbales, a los que convierten al cristianismo en siete días; también aparece San Andrés en Egipto y en otros lugares obrando muchos milagros. Estas “Actas de San Andrés” fueron fundamentales para la creación y difusión de muchas leyendas en torno suyo. Uno de los milagros más célebres atribuidos a San Andrés ocurre en la Catedral de Sant' Andrea en Amalfi (Italia) desde el siglo XIV: las reliquias allí guardadas exudan el llamado “maná de San Andrés”, una sustancia líquida, algo pegajosa, de color ámbar. El flujo es inconsistente, se recoge en una ampolla y se toma todos los años los días 28 de enero, 26 de junio, 1°, 21 y 29 de noviembre y 7 de diciembre para dar a los enfermos. También había informes desde Constantinopla acerca de un líquido curativo que brotaba de las reliquias.

San Andrés tiene particular importancia para Escocia (y para San Andrés Cholula). En el primero de estos casos, se dice que fue el monje Regulus quien llevó dos reliquias a Escocia alrededor del año 300; sin embargo, otra tradición nombra a Acca de Hexham como el portador de las reliquias del apóstol a Escocia y como el fundador de la ciudad de St. Andrews. Esta pequeña ciudad fue sumamente importante en la Edad Media, antes de sufrir irreparables daños durante las guerras religiosas del siglo XVI. La famosa catedral de San Andrés, que quedó reducida a ruinas, fue en su momento la más grande de Escocia; la Universidad de St. Andrews fue fundada a principios del siglo XV y es, después de Oxford y Cambridge, la tercera más célebre del Reino Unido hasta nuestros días. También en Escocia, en la Catedral de Santa María, en Edimburgo, están depositadas algunas reliquias del popular San Andrés. Es importante señalar que, debido a que muchas de las noticias que tenemos de San Andrés se deben a la tradición oral o a leyendas formadas a través de los siglos, las fechas no siempre son verificables. Un ejemplo es el monje Regulus, mencionado líneas arriba. Si bien la leyenda lo hace llegar a Escocia alrededor del año 300, los primeros testimonios históricamente más sólidos del cristianismo en Escocia datan de alrededor del año 400.

Desde el siglo V encontramos a San Andrés como patrono de ciudades occidentales, por ejemplo en Ravena, la hermosa ciudad en donde moriría Dante. Andrés ya era muy popular desde los primeros siglos del cristianismo, por lo que ya en el siglo VI conocemos un libro escrito por Gregorio de Tours sobre sus milagros. También el martirologio atribuido a San Jerónimo (principios del siglo V) menciona no sólo la muerte de Andrés sino también registra el 5 de febrero como el día de su nombramiento como obispo de Patras, en Grecia, hecho que, sin embargo, no ha podido ser históricamente confirmado. De todas maneras, no sería difícil imaginarlo, pues ya hemos dicho que San Andrés hablaba bien el griego.

Debido a la rivalidad que existía entre Constantinopla y Roma en los ámbitos religioso, político y cultural, y viendo que Roma daba gran importancia a San Pedro y San Pablo, Constantinopla, la capital del Imperio Romano de Oriente, desarrolló una veneración especial por San Andrés, a quien se denomina desde entonces Protóclitos, es decir, “el primer llamado” por Jesús. A él incluso se le atribuye la fundación del obispado en dicha ciudad. También en Rusia es Andrés particularmente venerado como patrón nacional, mientras que en Rumania es adorado en una caverna cerca de Ion Corvin; desde allí, según la leyenda, realizó sus tareas evangelizadoras. Desde allí, en consecuencia, se dirigió al norte hasta la actual Ucrania y luego al sur hasta Grecia. La historia cuenta la llegada de Andrés durante un invierno muy crudo y su lucha contra los animales salvajes y las tormentas de nieve hasta que llegó a la cueva, donde hizo brotar un manantial curativo con su bastón, como lo hiciera alguna vez Moisés. En 1940, el abogado Ion Dinu encontró esta cueva y difundió la noticia de que era la que había servido de refugio al apóstol y misionero, por lo que fue consagrada en 1943 y pronto se construyó sobre ella un monasterio.

San Andrés es, por lo que hemos visto, una figura muy especial en la historia del cristianismo; si bien de perfil más modesto que el de su hermano Pedro, él fue el primero a quien Jesús llama para dejar de ser pescador normal y pasar a ser pescador de hombres. Cumplió esta tarea con celo, generosidad y diligencia ejemplares hasta el martirio.

 

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Herminio Sánchez de la Barquera

Originario de Puebla de los Ángeles, estudió Ciencia Política, música, historia y musicología en Núremberg, Leipzig, Essen y Heidelberg (Alemania). Es Doctor en Ciencia Política por la Universidad de Heidelberg.