Partidos sin emociones

  • Elmer Ancona Dorantes
Algo está pasando al interior de los partidos políticos que ya no mueven ni conmueven con nada

Los partidos políticos de hoy no emocionan, no prenden, no cautivan a las masas. Eso es corroborado por los propios militantes que asisten a las reuniones, a los cursos de capacitación, a los talleres de entrenamiento.

Aunque los dirigentes estatales traigan de otros países a los mejores entrenadores, a excelentes constructores de campañas políticas – a quienes pagan horrorosas sumas de dinero, tiradas a la basura-, no logran encender el fuego interno que llevan dentro los “seguidores”.

La mayoría de los eventos -dicen los militantes- son actos de acarreados que cumplen un sólo propósito: justificar pública y mediáticamente un recurso económico, pagado con los impuestos de los ciudadanos, que no satisfacen ni a los propios simpatizantes.

Por eso los partidos no ganan campañas electorales, porque están muertos en vida; ni con un viagra espiritual son capaces de levantar al difunto encarnado en el propio dirigente, en el propio “militante”.

Los ciudadanos tratan de alejarse de los partidos porque no encuentran satisfacción política en la forma de construir democracia, en los métodos para concretar la cohesión social que tanto necesita su comunidad.

Los ciudadanos están apostando mucho más por las Organizaciones No Gubernamentales (ONG), por las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC), por las asociaciones vecinales, ante la imposibilidad de los partidos para convencerlos de hacer auténtica política. Entonces, si no pueden, que les transfieran todos los recursos públicos a estos organismos independientes.

Por eso en tiempos de elecciones la gente ya no sale a depositar su voto en las urnas; por eso aumenta estrepitosamente la cantidad de votos nulos y el nivel de abstencionismo; por eso repudian a quienes aspiran ocupar un cargo de elección popular.

Algo está pasando al interior de los partidos políticos que ya no mueven ni conmueven con nada; las diversas facciones pelean a rabiar unos contra otros porque ni entre ellos encuentran salidas dignas para hacer política.

Qué triste para México seguir viendo cascarones vacíos que cuestan demasiado dinero a la gente que con trabajo tiene para comer, para salir adelante, porque sus “líderes” no dan una.

Ya las élites partidistas no tienen imaginación, no tienen sentido común, no tienen sueños e ideales; tienen mucho dinero del erario, eso sí, pero no saben cómo aprovecharlo. Por eso lo tiran a la basura en puras tonterías.

Por eso les pasa lo mismo que a la Selección Mexicana en todos los mundiales de futbol: quieren dar todo en el último partido, cuando tienen todos los escenarios en contra para ganar con dignidad.

Ahí se ve pujando a todo el mundo (entrenador, asistentes, jugadores) urgiendo a los médicos que les dé respiración artificial porque los contrincantes, los adversarios, parecen ser mejores.

Más valdría a muchos de los dirigentes de partidos reconsiderar su juego, sus estrategias, sus movimientos, porque tienen adversarios muy fuertes, muy competitivos, que pueden sacarlos de la jugada.

Más les valdría ver qué carajos hacer para volver a encender las emociones, el espíritu democrático de los miles de ciudadanos que esperan más de ellos, sobre todo en tiempos de elecciones. Aunque, para ser honestos, se ve muy difícil. Dios los agarre confesados.

@elmerando

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Elmer Ancona Dorantes

Periodista y analista político. Licenciado en Periodismo por la Carlos Septién y Maestrante de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales UNAM. Catedrático. Escribe en diversos espacios de comunicación. Medios en los que ha colaborado: Reforma, Notimex, Milenio, Grupo Editorial Expansión y Radio Fórmula.