Marcha del 13 de noviembre: ¡Feliz cumpleaños!

  • Javier Cobos Fernández
Más que los hechos contundentes de la marcha, las señales que se mandan son más que reveladoras

En política se sabe que, mucho más allá de los hechos, las señales que se mandan son a las que hay que voltear a ver para entender no sólo los hechos pasados sino principalmente los que van muy probablemente a suceder.

Para ser muy didácticos, resumiré estas señales en solo cinco:

Primera: El miedo. Basta escuchar las últimas apariciones del Ejecutivo federal en su conferencia matutina para entender que conforme la sociedad civil se sumaba día tras día a una misma causa, la defensa del INE -no el ataque al Señor del Cumpleaños-, los calificativos sin fundamento escalaban a la misma velocidad. Palabras y descalificaciones, por ejemplo: “rateros”. Se la compro. Si la autoridad quien señala este calificativo es porque tiene pruebas, por lo que estoy esperando 200 mil carpetas de investigación correspondientes a cada uno de los participantes de la marcha que fueron acreedores de tal calificativo. Si la autoridad, creo que es, al menos en papel, hace tal señalamiento, ¿qué espera para probar su dicho e iniciar su detención? ¿No lo hace? Entonces presumo complicidad. Seguramente estarán en este momento trabajando sus carpetas para probar su dicho.

Segunda: La pérdida de control de la situación ¿Qué niveles de contaminación ambiental subieron repentinamente el sábado en la tarde, que dio lugar a una contingencia ambiental repentina con efectos para el domingo 13 de noviembre? Los mexicanos que habían planeado asistir a la marcha en Ciudad de México se vieron en muchos casos, impedidos a hacerlo por dicha restricción de circulación vehicular mágicamente presentada horas antes de la marcha. Seguramente el sábado es un día de terribles emisiones contaminantes que derivaron en una contingencia… en domingo, contra toda lógica.

Tercera: Minimización de asistencia y participación. Los satélites, fotos y videos no mienten. Algunas herramientas tecnológicas con uso de satélites calcularon una cifra por encima de 800 mil asistentes. “A la primera manifestación de 100 mil personas en mi contra, me voy a Palenque” por ahí escuché a finales de septiembre de 2020. Pues acá unos 500 mil, había, entonces. Pues, qué esperamos, cumpleañero.

Cuarta. Aguas, que ya despertó al tigre. La gente no está con usted. Lo corren de un avión, logra reunir a cientos de miles de mexicanos que opinan diferente usted y se lo están manifestando. No con tiendas de campaña vacías durante seis meses, no, con mexicanos que decidieron ceder su tiempo de descanso, cientos de miles, sin torta y coca de premio como usted bien conoce, incluso pese a las acciones de autoridad emprendidas horas antes para disuadir la participación. Por cierto, ¿500 mil fifis? Ellos, no todos, posiblemente estaban jugando golf. Entonces, esta es una primera llamada, el tigre ya despertó.

Quinta. Cuidado y te sumas con AMLO porque te estoy observando. Creo que esta es una de las menos obvias a primera vista para quienes están en la disyuntiva de aliarse, por convicción por billetazos, o por miedo a que les pisen la cola, pero posiblemente la más importante: Si te alías a una propuesta de destrucción de la democracia, no solo te castigo con mi voto, sino que estarás cavando tu propia tumba. ¿Por qué? Hoy te alías, mañana estás fuera de la competencia porque ya no te necesito… dice Morena, una lógica básica de incentivos, ¿no lo has pensado?

 

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Javier Cobos Fernández

Economista por la UDLAP y maestro en Administración Pública por la Universidad de Columbia de Nueva York, con estudios de Maestría en Derecho en el ITAM. Investigador y consultor en análisis económico, transición energética, ESG e ingeniería legislativa en COBOS&ASSOCIATES.COM,