De la austeridad republicana a la pobreza franciscana

  • Alberto Hidalgo Vigueras
La seguridad, que es la piedra angular de la gobernabilidad del Estado, seguirá sufriendo recortes

De pena ajena las declaraciones de quienes tienen las riendas de nuestro querido y bien amado México. Miren que eso de que vamos a entrar a la “pobreza franciscana” no sólo raya en lo ridículo, sino que además es tremendamente preocupante.

Es increíble, que, con tal de sacar adelante proyectos totalmente inútiles al país, se recorten recursos para cosas importantes que nuestra nación clama y que como dice el Ejecutivo, “nos amarremos más el cinturón” con tal de seguir regalando dinero y además de eso, cortar programas que no sólo son importantes, sino totalmente indispensables para el avance de una nación, como lo son la salud y la seguridad.

La seguridad, que como otras veces lo hemos mencionado, es la piedra angular de la gobernabilidad del Estado, entonces, si ya de por sí han recortado recursos a los cuerpos policiales del país, en unos casos y en otros de plano los están desapareciendo. ¿Qué va a ser de los ciudadanos que vemos en nuestros policías y militares un bastión de esperanza para retomar nuestro rumbo como nación?

Ahora qué es lo que van a recortar para seguir regalando recursos a los que poco o nada hacen por nuestra patria, y no me refiero a nuestros ancianos, que lo que les llega es una burla; si usted lo compara con los programas que se les dan a los llamados “ninis”, y que en muchos casos a los que han beneficiado ha sido a dueños de antros o centros de reunión con fines de diversión.

Qué vamos a hacer, si ya de por sí tenemos una raquítica policía en nuestro México, pues cuando en los termómetros internacionales desarrollados por la ONU en la reunión de Qatar, más o menos en el 2006 o 2008, deberíamos de tener 2.8 policías por cada cien mil habitantes, y en la administración de Peña Nieto al ver este parámetro durante la administración, se dijo que como no teníamos el recurso para ello, que nuestro compromiso sería al 1.8 elementos de seguridad por cada cien mil habitantes. Lo triste de la historia es que con trabajos en la actualidad llegamos solamente al 0.9 por los mismos cien mil multimencionados habitantes.

Si aparte de esto, nos quitan presupuesto en equipo y en capacitación, o en la creación de nuevas plazas, que de por sí con la problemática delincuencial que tenemos, casi nadie se atreve a ser policía y de los que se atreven, apenas y por dar números alegres, el 10 por ciento pasa los exámenes de control y confianza. Entonces, ¿que va a pasar con nuestra seguridad?

Quién verdaderamente se hará responsable del orden  en nuestro país para que de verdad se viva en un Estado de derecho, ya que al dividir a nuestro noble Ejército Mexicano en elementos castrenses y una supuesta guardia de orden civil, lo único que se ha logrados es desgastar a nuestros muy respetados soldados y marinos mexicanos, quienes afortunadamente nunca dicen que no a nada cuando la patria los necesita y de proteger a la población se trata, pero que se les está agotando hasta el máximo al moverlos en todo y para todo; como al igual se hace con nuestra Guardia Nacional, pues estas dos corporaciones, una militar y la otra “civil" son en verdad una cobija muy pequeña para tapar a todo el país y sólo la jalan de un lado para otro. ¿Y así nos piden “pobreza franciscana”?

Tenemos un país acostumbrado a los retos, que a pesar de muchos y muy malos gobernantes que últimamente hemos tenido, sigue de pie aunque lastimado, golpeado y desesperado, pero que nunca deja de luchar; y en eso estoy seguro, de que existe tal sentimiento en cada mexicano que amamos a nuestra Patria y no volteamos a otros países con características muy diferentes y con problemas peores que al nuestro, enfermos por el mareo que produce el haberse subido a un folder, cuando no se tiene la menor idea de qué hacer.

La pregunta entonces sería: ¿esa “pobreza franciscana” que tanto pregonan, empezará como sus tristes promesas de barrer la corrupción de arriba de la escalera hacia abajo y que ni siquiera lo han iniciado? ¿Harán válido aquello de que “el buen juez por su casa empieza”?

Iniciaran con ellos mismos y sus familias, tal vez sí, pero lo dudo del todo y sigo sin saber, por qué odian tanto a nuestro México y cual Flautista de Hamelin tienen hipnotizados a los que, cual roedores, sólo los siguen al escuchar el canto de las sirenas que les tocan con su flauta.

¿O no?

Juzgue Usted.
albertohidalgo@hotmail.com

 

 

 

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Alberto Hidalgo Vigueras

Doctor en Derecho. Ha sido Jefe del Estado Mayor de la Policía Fiscal Federal, Director de Profesionalización PGJ Puebla, Jefe de Instrucción del Grupo Táctico de la PFP y Secretario de Seguridad Pública en Puebla capital. Es rector del Instituto Mexicano de Investigación y Desarrollo en Ciencias Policiales A.C