El violento inicio de julio
- Facundo Rosas Rosas
Pocos meses de la actual administración han comenzado con tantos homicidios dolosos como julio de 2021, en cuyos 5 primeros días se llevan reportados 415 víctimas, lo que arroja un promedio diario de 83 y no lo digo yo, lo dice el informe diario sobre víctimas de homicidio doloso que reporta de lunes a sábado a las 06:00 horas el gabinete de seguridad del gobierno federal y que revisan de lunes a viernes a esa misma hora en Palacio Nacional.
Esta cifra contradice lo señalado por el titular del ejecutivo al periodista Jorge Ramos el pasado lunes durante la conferencia “mañanera” en el sentido de que “hemos avanzado, ahora sí que yo tengo otros datos”, “nosotros hemos logrado contener el crecimiento que se traía en homicidios, incluso hay una disminución”, ya que la realidad es muy diferente.
Sin embargo, coincide con algo que también manifestó en la misma fecha y en la misma respuesta, “claro que no es fácil” y agrega que “es un fruto podrido que heredamos, no es que yo le esté echando la culpa sin razón a los expresidentes”.
Es necesario subrayar que es la primera vez que el presidente de la República acepta, aunque sea a regañadientes, que en materia de homicidio doloso y feminicidio, las cosas no van bien, por lo menos no como él ofreció en el sentido de que durante los tres primeros años de su gobierno este tipo de delitos disminuiría un 50%, como lo señaló durante su toma de protesta como presidente de la República. Al respecto solo atinó en decir que este delito ha disminuido un 3%, sin embargo no precisó las cifras absolutas y la línea base a partir de la cual se calculó tal disminución.
Pero vayamos a las cifras duras y crudas. Este 4 de julio resultó ser el tercer día más violento del sexenio, empatado con el 25 de abril del 2021 y sólo superado por el 7 de junio del 2020 con 117 y el 1 de diciembre de 2019 con 127.
Si sólo analizamos el año 2021 y sin que nadie se ofenda, el 4 de julio es el día más violento del año junto con el pasado 25 de abril, cuando también se registraron 115 homicidios dolosos a nivel nacional.
Pero si nos circunscribimos sólo al 4 de julio del 2021, encontraremos que ese día los estados más violentos fueron Guanajuato con 16, Michoacán con 12, Baja California, Estado de México y Morelos con 11 cada uno y Puebla con 10 víctimas, algo que no había sucedido en los últimos años.
Ni el día en que se registraron más homicidios a nivel nacional (1 de diciembre de 2019 con 127) se reportaron tantos casos en la entidad poblana como el 4 de julio, ya que en aquella ocasión sólo se contabilizaron 6 víctimas.
Con todo lo anterior estamos lejos de la reducción del 50% en los delitos de alto impacto como homicidio doloso, secuestro, robo de vehículo, robo a casa habitación asalto (robo) en las calles y en transporte público que prometió el presidente de la República durante su toma de posesión y que después quedó plasmada en el primer Programa Nacional de Desarrollo, pero como no era lo que él había elaborado de “puño y letra”, fue incorporado como Anexo del documento final, aunque formalmente es el que cubre los requisitos exigidos por la SHCP para ser considerado Plan Nacional de Desarrollo por su rigor metodológico.
Pero más lejos de lo ofrecido por el exsecretario de Seguridad y Protección Ciudadana y actual gobernador electo de Sonora, en el sentido de que al cumplirse los tres primeros años de la administración federal (faltan menos de 5 meses), el país tendría los mismos estándares de homicidio doloso de los países que integran la OCDE que es de 3.6 casos por cada 100 mil habitantes, cuando que al cierre de 2020 la tasa ya era de 29. Lo anterior equivaldría a reducir este tipo de delito en un 87% en solo tres años, algo que solo sucedió en Ciudad Juárez, Chihuahua entre 2010 y 2011 (85% de disminución) gracias a los esfuerzos de ‘Mesa de Seguridad’, diseñada, puesta en marcha y consolidada por las autoridades federales en estrecha coordinación con la sociedad civil organizada, en particular por empresarios, comerciantes, médicos, abogados, líderes sociales, defensores de derechos humanos y académicos.
Es más, antes de echar andar las denominadas “Mesas de Seguridad/Coordinación para la Construcción de la Paz” el exsecretario de seguridad del gobierno federal visitó Ciudad Juárez para hablar con los actores de la sociedad juarense que hicieron posible este modelo junto con la autoridad federal y ahí mismo realizar su primer foro sobre seguridad para recoger algunas propuestas para el proyecto de la 4T.
A raíz de esa visita y la realización del foro, terminó por replicar el modelo a nivel nacional a través de la Guardia Nacional, sin embargo ante la falta de participación de las organizaciones de la sociedad civil, los resultados han sido los mismos y hoy estamos inmersos en una espiral de violencia de la cual las autoridades no saben cómo salir, ya no digamos mejorar, tal como lo dijo el presidente de la República en la “mañanera” del 5 de julio “claro que no es fácil”, por supuesto que no y en Puebla tampoco lo es.
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Ingeniero por la UAM donde obtuvo la Medalla al Mérito Universitario. Estudió maestrías en Administración, así como en Seguridad Pública y Derechos Humanos. Fue capacitado en inteligencia y análisis en EU, Colombia e Iraq. A lo largo de 25 años ha sido servidor público en dependencias estatales y federales en materia de Seguridad Pública y Seguridad Nacional.