Espaldarazo sin duda, es lo que recibió este lunes, Zeferino Hernández González de parte del PRI, al nombrarlo consejero estatal.

Es cierto, los consejeros del PRI no aconsejan nada, ni deciden absolutamente nada, pero simbólicamente, el que lo haya recibido Zefe, sabiendo de sus aspiraciones como candidato a la alcaldía municipal de Huauchinango, sin duda es una señal buena para las mismas.

No por nada, priistas de cepa como el ex alcalde, Savador Morgado pegaron el grito en el cielo y criticaron dicha posición. En cambio otros militantes como la ex diputada Yolanda Zegbe, fueron más congruentes al felicitar el nombramiento, destacando la llegada de las nuevas generaciones a sitios de poder en el tricolor, que mucha falta le hacen.

Aunque el buen Zefe ya había recibido la estafeta en otra ocasión, aquella vez lo había hecho de la mano de los Martínez Amador. Hoy, afirma, lo recibió por mérito propio.

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Son la once de la mañana en el lavado de autos de Zeferino Hernández. El agua y el shampoo para autos inundan el ambiente. Su propietario, lava un Jetta blanco, mientras tararea una canción de Bronco. El calor es insoportable. De pronto llega al lugar un personaje que inquieta a Hernández. Se trata de Isaac Martínez.

No más, pero tampoco menos. 

• ¿A qué se debe el honor? –pregunta candoroso quien fuera la mano derecha de los Martínez Amador hace algunos ayeres-.

• Pasaba por aquí –dice don Isaac-.

Platican. Alguien que estaba por ahí, dice que alcanzó a escuchar que Isaac, también aspirante a la candidatura a la alcaldía municipal, al igual que Zeferino, le dice que está dispuesto a competir con civilidad y en caso de que haya una alianza PRD-PRI, que salga el que esté mejor posicionado.

Luego dice que se dijeron cosas inconfesables, como que a la alcaldía debe llegar un huachi de corazón. Que ya no más fuereños. 

¡Gulp!

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Otra escena huauchinanguense. 

Dos aspirantes sostienen reuniones en el centro del pueblo mágico.

Uno, El Chatito, en el flamante restaurante La Casona, alejado del bullicio y de la falsa sociedad.

El otro, Zeferino Hernández, en un puesto de tamales enfrente de la Unión Serrana.

Cuando se encuentran en la Casona más tarde, se funden en un abrazo más falso que un billete de 1500 pesos. Pero la política es la política. Y dicen que Zefe se negó a tomarse una foto con el susodicho, argumentando que “si hasta ahora me ha ido tan bien, para que le juego…”.

Las risas inundaron el lugar. 

De todos.

Menos de Edgardo López, súper asesor de El Chatito, quien, cada vez que puede –y puede mucho- le jura que le tiene garantizada la silla que hoy ocupa el piloto helicopterista, Gustavo Vargas, al igual que lo hizo con el maestro, Gabriel Alvarado Lorenzo. Que él tiene ese don. Que el apaga la lumbre a chiflidos. 

Cuestionado Pancho Aguas Frescas al respecto, repite la frase que hiciera inmortal al gran Marco Antonio Quintana, abogado, cuyo único defecto es ser morenista: “Lo creo, pero lo dudo”.

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Otro espaldarazo que recibió recientemente otro aspirante a la alcaldía es Abelardo Hernández Aguilar, al ser nombrado coordinador de Afiliación en el PT de Huauchinango.

Aunque no tiene militancia en ese partido, queda claro que el trabajo que realizó en el PES en las pasadas elecciones, le dan para eso y más. 

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Un gran recibimiento fue el que tuvo en la junta auxiliar de Nopala, el alcalde Gustavo Vargas, que de tan contento hasta bailó el Xochipitzahuatl con la reina Xochiquetzalli.

Tras mencionar que si es hasta ahora cuando va a Nopala, es porque no quería llegar con las manos vacías, dijo que llegó para inaugurar una calle y llevar luminarias led a la comunidad. En total son cuatro obras las que tiene Nopala hasta el momento en la actual administración.

El edil, hasta rememoró sus ayeres, cuando dijo que ayudaba en la botica de su madre, la señora Cuquita, a donde acudía la gente de las comunidades –entre ellas las de Nopala- a comprar diferentes remedios e infusiones, que el alcalde siendo niño ayudaba a preparar en el mortero. Después le entró al caldo de camarón y los tamales.

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Dice Barragán (Carlos) que el perro pachangón que anunció para ahora que pase la pandemia no se detiene. Que va. Que como chingados no. Pero por vía de mientras, lo que agarró fue una perra salmonelosis, que Dios guarde la hora.

Pero como hierba mala nunca muere, lo encontramos ahora posteando que fue a un restaurante italiano en el meritito Tulancingo.

Dicen que pidieron empapatladas, pero en italiano.

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En Zacatlán pocos creyeron que los ambulantes serían desalojados, como lo predijo Pancho Aguas Frescas en La Pasarela, pero le atinó. Después, publicó primero que nadie la renuncia del director de Seguridad Pública, Eduardo Zurita y muchos torcieron la boca. Pero le atinó. Luego, predijo que llegaría como encargado de despacho, Marcial Meléndez. Le volvió a atinar. Y ahora, destapó antes que nadie el nombramiento de Carlos Cárdenas Ramírez, como nuevo director de Seguridad Publica, y nuevamente acertó.

Hoy, sobra decirlo, Pancho Aguas Frescas es respetado por la muchedumbre, pero odiado por el profe Luis Márquez, quien le mienta la madre cada vez que se acuerda. Y lo peor es que tiene buena memoria.

Por cierto es que el nuevo director de Seguridad, resultó ser una fichita, que muchos en lugar de festejar su llegada lo lamentan, porque creo que salieron de Guatemala… En la próxima entrega Pancho promete abundar.

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Un aplauso y no otra cosa es la que merece Liliana Luna, quien dispuso del wi-fi en sus oficinas para aquellos niños –que no son pocos- que no cuentan con internet en su casa. Parece poca cosa, pero créanme que hay varios niños que hacen uso de ese instrumento otorgado gratuitamente por la diputada.

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Hoy Pancho Aguas Frescas está de vacaciones. Pidió no ser molestado. Pasa las horas en su casa, tumbado en su hamaca, tomando cerveza helada y leyendo a Bukowski, el ultimo poeta maldito. 

No cabe duda, esta convertido en todo un viejo indecente.