Mitos y realidades sobre la reducción del Parlamento de Italia

  • Fernando Dworak
Hace unos días el Parlamento de Italia aprobó reducir sus asientos a una tercera parte

En política no existen las soluciones simples o inmediatas, sobre todo cuando se trata de diseñar instituciones. Es fácil aprobar ocurrencias que empeorarían un problema público cuando no hay diagnóstico, estudios comparados y prospectivas. Por ello, antes de celebrar las decisiones que se toman en otros países, es indispensable conocer antecedentes, efectos y saber bajo qué premisas la reforma podría o no servir para nuestro país.

Hace unos días el Parlamento de Italia aprobó reducir sus asientos a una tercera parte, pasando la Cámara de Diputados de 630 a 400 y el Senado de 315 a 200. Según los cálculos, se estima un ahorro de 500 millones de dólares durante los cinco años que dura una legislatura. Pero antes de celebrar y pedir los mismo para México, debemos poner atención en los detalles.

En primer lugar, el socio mayor del gobierno es el Movimiento Cinco Estrellas, de corte populista. Una demanda de este tipo de partidos y gobiernos es la reducción de órganos intermediarios, a nombre del mayor voto directo posible. Es decir, la propuesta es congruente con estas plataformas y es algo altamente popular, además. Pero popularidad no significa necesariamente eficacia.

¿Era una decisión necesaria? Aquí entran consideraciones técnicas. Se estima que la relación óptima entre el tamaño de una cámara baja la población de un país es la raíz cúbica de la segunda. Es decir, si consideramos que Italia tiene 59.50 millones de habitantes, tendríamos 390.4 legisladores. Bajo esta consideración, sí eran demasiados asientos y el tamaño corresponde a estándares. Ahora bien, falta analizar el sistema electoral y los efectos que traería esta reforma.

¿De qué tamaño sería el ahorro? Si estimamos que serían 100 millones de dólares al año, no suenan mal, pero todavía hablamos de un monto insignificante frente al presupuesto que maneja un país. Por otra parte, el debate en ese país reconoce que, aunque el ahorro es mínimo, podría obligar a los partidos a seleccionar mejor a sus candidatos.

El sistema electoral italiano es mixto, como el de nuestro país, aunque predomina el componente de representación proporcional. Esto es, de los 630 diputados que había, 398 eran de lista de partidos contra 232 de distrito. Cierto: los partidos tendrán menos asientos a repartir y deberán mejorar su oferta. ¿El Senado? Las cámaras altas en sistemas parlamentarios son poco relevantes, pues sólo tienen poder de veto temporal, no absoluto.

Aunque es una reforma popular, se teme que podría darle a los partidos de derecha y extrema derecha la mayoría calificada en las siguientes elecciones, por lo que habría que pensar mejor un detalle de fondo: atacar el tamaño como un problema sin hacer prospectivas y adecuar la reforma siempre puede traer resultados negativos.

Dicho lo anterior, ¿qué tan buena idea sería para México? Si hacemos la raíz cúbica de nuestra población, estamos en rango: menos de 500. Sin embargo, eso no significa que estén las cosas bien. Por ejemplo, reconociendo que los legisladores de representación proporcional suelen ser los que más “trabajan” en términos de comisiones o visibilidad, el problema de fondo han sido los incentivos. Es decir, un legislador que sólo está un número determinado de años y sabe que su permanencia no depende de su esfuerzo, no va a hacer gran cosa por los ciudadanos. Se espera que la posibilidad de la reelección inmediata haga que esto cambie, siempre en función de cuánto aprovechemos esta reforma como ciudadanos.

Otro problema: votamos por legisladores de mayoría relativa y representación proporcional en una sola boleta. ¿Qué pasaría si pudiéramos votar por un diputado popular en nuestro distrito, que podría hacer que no gane alguien que no deseamos y eligiésemos el partido de nuestra elección en la boleta de representación proporcional?

Finalmente, la sola reducción no significa gran cosa. Según académicos como Javier Aparicio o Gabriel Negretto, la simple reducción de 100 asientos en la Cámara de Diputados no afecta la representación, aunque podría sobrerrepresentar a ciertos partidos en las legislaturas locales.

Hay mucho por hacer para mejorar el desempeño de nuestro Congreso, pero no ayuda adoptar reformas que, en principio, suenan populares.

@FernandoDworak

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Fernando Dworak

Politólogo ITAM, Maestro en Estudios legislativos Universidad de Hull. ExSecretario de la Comisión de Participación Ciudadana en la Cámara de Diputados. ExDirector de Estudios Legislativos en Gobernación