Fuenteovejuna es un municipio de no más de 5 mil habitantes localizado en la provincia de Córdoba, España. Fue ahí en donde el 22 de abril de 1476, sus pobladores se convirtieron en una pandilla tirana y justiciera que acabó con el yugo que los azotaba, linchando y matando al Comendador, don Fernán Gómez de Guzmán, un truhán que abusaba de su poder.

Esto hecho, dio pie a una investigación ordenada por Fernando V de Castilla, rey de España, para dar con él o los responsables del crimen. En las audiencias, la totalidad de la villa asumió la responsabilidad y en los interrogatorios sobre ¿Quién mató al Comendador?, el Pueblo contestaba al unísono: ¡Fuenteovejuna, señor!

El drama inspiró a Lope Félix de Vega Carpio, el creador del teatro español y uno de los más prolíficos dramaturgos de habla hispana, a escribir su principal obra, “Fuenteovejuna”, la historia del levantamiento de un pueblo que consideraba que esta acción “ilegal”, restituía la justicia y acababa con la impunidad. 

Menciono la obra de Lope de Vega, porque cada vez se vuelven más frecuentes los casos en donde grupos de población, hacen justicia por su propia mano.

Todo se hizo por supuesto sin juicio legal de por medio cuando desesperados y fuera de control, los habitantes de la junta auxiliar de Los Reyes Teolco, en el municipio de Cohuecan se convirtieron en jueces y verdugos, provocando que una horda golpeara, ahorcara y quemara hasta la muerte a los presuntos secuestradores y como escribió Lope de Vega “Fue Fuenteovejuna”, todos y nadie mataron a estas personas. El resultado, 7 presuntos secuestradores pierden la vida, más un agricultor como causa colateral

La frustración que genera ver la impunidad de los delincuentes y la negligencia y lentitud del sistema judicial, llámese policías, agentes del ministerio público y jueces. Pero si algo ha quedado demostrado a lo largo de la historia, es que cuando los ciudadanos ejercen una acción supletoria para combatir la violencia, esta solo genera más violencia. Además, los llamados “linchamientos”, se hacen sin la menor intención de preservar la vida de los acusados. Así que, imagínese usted, que, si en el sistema judicial vemos a inocentes sentenciados y a culpables exonerados, qué pueden esperar de quienes quedan en medio de la locura colectiva. Se trata pues, de actos igual o peores que provocaron los linchamientos.

A pesar de que la autoridad estatal, municipal y de la Gendarmería Nacional, en número de 100 elementos llegaron a los hechos, como bien lo dijo el Secretario de Gobernación, Fernando Manzanilla Prieto, la población enardecida, algunos de ellos armados, fue numerosa, por lo que la fuerza pública no intervino, para evitar algún enfrentamiento. Manzanilla también puntualizó que el hartazgo social, desbordó a las autoridades.

Vamos, desde el salinato a Peña Nieto, la impunidad y corrupción, condujo a lo más aberrante de las injusticias, al grado de que la represión social llegó a la ejecución y desaparición de líderes sociales, quienes se oponían a la violación de sus derechos constitucionales. Masacres como Acteal, El Charco, masacre en Apatzingan, Pasta de Conchos, Tesopaco Sonora, 43 normalistas. La lista es larga, si sumamos los miles de asesinados y desaparecidos por el crimen organizado, gracias a Felipe Calderón y Peña Nieto.

La Estafa Maestra, Odebrecht, Fobaproa, son unos ejemplos del saqueo nacional que cometieron los criminales de cuello blanco. En Puebla, Rafael Moreno Valle, también cometió represión y desaparecidos más asesinatos, siendo que el morenovallismo y el panismo intentan evadir su responsabilidad. Por cierto, la dirigente del PAN estatal, Genoveva Huerta, también se suma a la cortina de humo, fingiendo ignorancia, dice desconocer la existencia del Yunque.

Es interesante observar que muchos de los núcleos sociales que se expresan y movilizan contra la injusticia y clima de inseguridad, el miedo y hartazgo son motivantes de que la ira acumulada busque mecanismos incalculables.

Partamos que la violencia que cometa la sociedad, como es este y otros casos de linchamiento, parte de la injusticia de un aparato de gobierno que no da respuesta a los reclamos sociales, en cuanto a que la impunidad, permite que no pocos de los culpables, evadan la justicia. Siendo una sociedad agraviada y violentada, que al no encontrar respuestas a sus exigencias de justicia, los sentimientos de ser degradados, los conducen a cometer violencia.

La tendencia de malestar social en algunos estados y municipios ante la violencia de Estado o del crimen organizado, obliga a formar las llamadas “Guardias Comunitarias”, para su autodefensa, a pesar de que el Estado los considera ilegal, las masas responden asumiendo su fuerza.

Por cierto, este 8 de agosto de 1879, nace Emiliano Zapata. A los 27 años de edad se unió al movimiento en defensa de las tierras morelenses en contra de los hacendados porfiristas.

Zapata, representa aún, la expresión de lucha de un pueblo, porque persisten las condiciones por las que luchó en la Revolución. Lamentablemente, contra quienes se manifestó en armas, son los mismos que lo asesinan, todo porque Zapata promulgaba una postura diametralmente opuesta a los intereses de las castas doradas.

El linchamiento de los 7 delincuentes en junta auxiliar de Los Reyes Teolco, en el municipio de Cohuecan, es la expresión de Fuenteovejuna.

8 mexicanos fueron asesinados en Estados Unidos, por parte de un individuo supremacista, donde Donald Trump, es parte causante del racismo contra los migrantes. No hay nada de extraño en eso, porque dicha nación nace bajo la línea religiosa e ideológica del “Destino Manifiesto”, donde somos considerados el mal y carentes de calidad humana, porque desde su independencia a la fecha, jamás han aceptado que fueron los causantes del extermino de 123 comunidades indígenas en dicho país, los sobrevivientes, los mandaron a reservas, donde los trataron como criminales. El nacismo de Hitler, también masacró a millones de personas.

rodrigo.ivan@yahoo.com.mx Analista político y de prospectiva social