El Primer Jefe del Ejército Constitucionalista decretó el 30 de septiembre de 1916 la desaparición de la Vicepresidencia, que consideró un elemento de división entre los mexicanos y decretó la reforma del artículo 72 de la Carta Magna proclamada el 5 de febrero de 1857 referente a la “No Reelección” del presidente de la República. La cual señala claramente no habrá reelección para presidente, ni gobernador.

Vaya que es de risa, el presidente López firma ante notario el compromiso de no reelección, ahora resulta ser más válido firmar ante notario que respetar  el Artículo 83 que textualmente dice:   “El Presidente entrará a ejercer su encargo el 1o de diciembre y durará en el seis años. El ciudadano que haya desempeñado el cargo del Presidente de la República, electo popularmente o con el carácter de interino provisional o substitutos, en ningún caso y por ningún motivo podrá volver a desempeñar ese puesto”. Es increíble  la falta de cumplimiento de la ley a la que hemos  llegado.

Pero con aquello de “a mano alzada puedo hacer lo que se me de la gana”, ante la reelección de un candidato electo a gobernador por dos años en Baja California, a cinco se ve obligado el actual presidente a firmar ante notario su no reelección. Si ha mandado al diablo las instituciones con mayor razón lo notariado.

Como la credibilidad va en caída, había que hacer un acto paralelo a la Constitución, ¡ya basta de esta burla ciudadana! cuya única intención es no cumplir la misma.  Cuando alguien es electo está obligado a cumplir la ley y PUNTO. Pero al no cumplir los compromisos hechos en las campañas,  los candidatos se han visto obligados a firmar frente a notario porque ya nadie les cree. La palabra de los políticos está en duda, y la política sino pasa por el creer y cumplir palabra,  no tiene sentido.

¿En qué momento le quitamos el valor a la palabra? ¿en qué momento la ciudadanía se hartó del no cumplimiento de la palabra de los gobernantes? ¿hasta cuando seguiremos los ciudadanos aceptando este cinismo político?,  los ciudadanos necesitan exigir un comportamiento diferente de los políticos, dejar la  indiferencia y la apatía, no solo votar y pensar  “él lo resuelve”.

Ha llegado el momento de aceptar nuestra realidad: algunos  políticos faltaron a su palabra.  Los únicos capaces de cambiar las cosas son los ciudadanos, y esto no solo con su voto, también con una participación activa y exigente.

Tú, ¿qué opinas?

¡Bien y de Buenas!

Tu amigo, Paco Fraile

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